Baby. I'll never leave if you keep holding me this way. |LS|

Dieciseis: "Toxic"

Los problemas de Harry se desataron el sábado por la tarde, siendo más específicos; en el primer aniversario de sus retoños.

La pequeña fiesta transcurría con tranquilidad o eso aseguró Harry hasta que uno de los primos de Louis fue aplastado por otros niños en el brincolín inflable. Al parecer había una entre el chico afectado y otro niño, el cual no recuerda su nombre o conocerlo de algún lugar (¿acaso lo invitó?) cómo sea.

El problema fue que las madres de estos, al querer defender a sus hijos, iniciaron a insultarse entre ellas mismas. Primero fueron groserías y después unos agarrones de cabello y Harry al ver el escándalo que estaban armando en plena fiesta infantil, se metió en la disputa, literalmente.

—Ok, tranquilas, ¿qué sucede? —Harry estaba en medio de ambas, sus brazos alzados a sus costados.

Raquelle, la tía de Louis, fue la primera en hablar.

—Esta vieja que no sabe educar a su hijo.

La mencionada se ofendió y trató de irse hacia Raquelle, sin embargo, Harry fue más rápido y la frenó con la palma de su mano.

—¡Tranquila, mujer! —Harry estaba más alterado ahora. Esto no se solucionaría tan rápido como pensó. Estaba seguro que buscaban un noqueo y una victoriosa en la pelea.

Miró a ambos lados y notó que varios hombres empezaron a grabar la pelea. ¿Es enserio? Qué cinismo, esto no es un circo para su entretenimiento, quiso gritarles.

—Tal vez si tu hijo no fuera tan marica y llorón, estuvieran  defendiéndose como los machos que son. —Fue la respuesta de la madre del niño que no recuerda haber invitado y okay, esas palabras no fueron la mejor defensa porque Raquelle se lanzó hacia ella, queriéndole propiciar un golpe a la desconocida mujer pero en un mal movimiento, el puño de la fémina fue a parar justo en el pómulo de Harry.

Todos los presentes callaron al instante,  las mujeres implicadas en la pelea abrieron sus bocas sorprendidas y finalmente Harry cayó desmayado al suelo.

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No está seguro de cuánto tiempo pasó, ¿dos minutos? para que sus ojos fueran cegados por la tenue luz que entraban por las cortinas doradas de su habitación al abrirlos por primera vez.

Intentó levantarse de la cama pero un mareo le envió de nuevo hacia ella. ¿Qué sucedió?

Cerró sus ojos de nuevos, deseando extinguir el dolor en su rostro y recordar lo qué había sucedido.

Se quedó absorto con sus silenciosos pensamientos hasta que recordó todo.

Una pelea.

Si, eso había sucedido, no obstante, sus únicas cuestiones en esos momentos eran la hora y sus bebés.

Al no poder levantarse, miró hacia ambos lados, buscando algo que le ayudase a responder sus preguntas. No fue hasta que visualizó la luz encendida del baño de su habitación.

Minutos más tarde, una sombra bastante conocida salió del pequeño lugar sacudiéndose el cabello mojado.

Louis sonrió feliz cuando miró los ojos saltones de Harry abiertos.

—¡Harry, estás con vida! —el mejor corrió hacia él, subiéndosele encima. —Oh por Dios, pensé que quedarías en coma para siempre.

Louis intentó bromear, recibiendo como consecuencia una palmada en su brazo.

—Eres un idiota. —Harry rodó los ojos. Al parecer todo estaba normal, pero aún quería aclarar unas dudas. —¿Dónde están mis bebés?, ¿qué pasó realmente?, ¿la fiesta ya acabó?

—Si supieras —Louis río, acomodándose en su lugar, la única vestimenta en su cuerpo era una toalla blanca alrededor su torso y eso no lo vió Harry. No. —Mi tía Raquelle se molestó porque un niño golpeó a Roger, entonces fue hasta ahí y le reprendió pero la madre de este apareció muy molesta e inició la pelea, luego tú llegaste a querer separarla pero mi tía te golpeó accidentalmente y terminaste desmayado por más de cinco horas. Todos pensamos que habías muerto, Harry, ¡que susto! Sin embargo, aún respirabas. Respecto a la fiesta; la cancelamos y nuestros hijos quedaron al cargo de mi madre, se los llevó a casa para que yo te cuidara mientras seguías inconsciente —dijo Louis.

Harry sonrió por su adentros. ¿Louis lo había cuidado? Qué lindo. Quería abrazarlo y agradecerle pero la casi desnudez de Louis no se lo permitía así que solo asintió y se recostó en el respaldo, confundido por el suceso extraño en el primera fiesta que organizó.

—Jamás volveré a hacer un evento como este —admitió el voz alta.

—¿Bromeas? Fue genial, tendremos recalentado por todo un mes y los dulces siguen intactos.

Harry negó repetidas veces. —Por supuesto que no, Louis. Mañana mismo iremos a las casas de los invitados y les daremos su comida, ¿de acuerdo?

Louis cruzó los brazos sobre su pecho. Qué injusto era Harry.

—Dije, ¿de acuerdo?

—Si.

Y fue así como a primera hora del día siguiente que Louis y Harry llevaron decenas de platos, repartiéndolas en la casa de sus invitados.