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Luego de entrar en la oficina la mujer está cerró la puerta.

-Ven sientate- dijo, obedecí y me senté frente a él, le deje la carpeta en frente.

-¿es esa, cierto?- pregunté, él la abrió y asintió- bien entonces ya debería irme.- me levante y Simon me miró- que tenga un buen día señor Cooper.

-Dove- dijo cuando estaba caminando hasta la puerta.

Se escucharon gritos y golpes, varios tiros. Recordé las noticias y maldecí tener tanta mala suerte para estar justo hoy, aquí, cuando lo van a robar.

Abrí la puerta y ya había tres tipos armados con capuchas y barbijos negros. Uno de ellos nos apunto a Simon y a mí.

-¿Qué deberíamos hacer con ellos?- pregunto uno.

Sujetaron a Simon y lo apuntaron con un arma, la secretaria estaba igual que Simon.

-Oigan- los tres me miraron.- bajen las armas- ordene de forma sería.

-¿No quieres que ellos salgan heridos? Seguro sólo eres una mujerzuela que vino a pedir trabajo- se rieron entre ellos.

-Dije que bajen sus armas- ladeo un poco mi cabeza para observar ese típico tatuaje que cada integrante llevaba. El tipo me puso el arma en la frente, se quitó el barbijo y sonrió.

-Para, no le hagas nada- pidió Simon. Le dediqué una rápida mirada, le quite el arma al tipo y le doble el brazo hasta dejarlo boca abajo, coloque mi pie en su espalda.

Gracias señor por dejarme elegir una profesión en la que debía aprender estas cosas.

-Llamen a su jefe, me encantaría poder platicar con él - dije a los que estaban sosteniendo a Simon y la secretaria.

-¿Crees que te haremos caso?- pregunto uno de ellos y apretó su agarre en el cuello de la mujer.

Le dispare al tipo que tenia en el piso- creo que sí, a menos que quieran que vuestro amigo muera desangrado.- sonreí inocente.- traigan a su jefe.

El que apuntaba a Simon se fue en busca de su jefe, el otro se quedo observando.

-Que bajó que cayeron chicos- negué con la cabeza al ver que todavía no eran capaces de reconocerme-  Anthony, apuntar a una dama con un arma es horrible.- se saco el barbijo y la capucha. Sus cejas estaban fruncidas en confusión.

-No puede ser- dijo y soltó a la chica.-¿Qué haces tú aquí?- se guardo el arma.- y heriste a Jacob.

-Dia de campo- suspiré- ¿tienes vendas?- le pregunte a la chica, ella asintió y fue por ellas. Me las dio, le quite el buzo a Jacob y vende la parte donde la bala le había rozado.- no seas niña Jacob, solo te roce.- me queje. Giro sus ojos y yo sonreí.

El chico, Joseph, llegó acompañado de su jefe, Elijah.

- Mejor que para la próxima los tengas bien adiestrados- dije y me pare.- es tan feo atacarme- le mostré mi muñeca donde llevaba el tatuaje.

-Dove- dijo Joseph- no puede ser, qué le hiciste a tu cabello? Te ves como una persona normal- gire mis ojos.

-Ustedes idiotas- dijo Elijah- ¿Qué haces aquí Dove?

-están atacando la oficina de mi jefe- dije apuntando a Simon. Elijah tiro su cabeza hacia atrás y luego volvió a mirarme- iba a visitarte esta noche, tiene prohibido seguir atacando de esta forma, dediquen su tiempo al tráfico de drogas y autos.

-Como desees, Dove- accedió y suspire. Por qué carajos mi padre se dedica a ser jefe y salvador de estos.- devolveremos lo que tomamos aquí.

-Claramente- escupí molesta- qué se les pasa por la cabeza, están en todas las noticias.

-Lo sentimos- dijeron al unísono.

Suspire cansada- ahora deberé explicarle esto a mi jefe, que esta ahí parado- lo apunte nuevamente- me estan trayendo muchos problemas, saben que no siempre puedo cuidarles el trasero -Asintieron.- bien, entonces por qué mierda no me mandan un puto mensaje y me preguntan las cosas?

-Black no se comunicaba con nosotros y tú no nos contestabas- dijo y yo pensé un poco, ahora que recuerdo...ah- cambistas de número y Black también verdad?

Asentí- a mi padre se le cayó el celular en el retrete y el mio término estampado contra una pared.- conté y ellos sólo se rieron.

-Típico de ustedes dos- se rió Anthony.

-Dame tu celular- le dije a Elijah. Me entrego su celular, le pase el número de mi padre y mi número más mi dirección.- Ven a mi casa cuando necesites algo, llamaré a mi padre luego y le pediré que arregle esto.-sentía la frustración recorrerme-devuelvan lo que tomaron y vayansen sin que nadie los atrape, no estoy para sacar a nadie de prisión. No tengo tiempo ni de respirar- solté y moví mi mano.

-En unas semanas es tu cumpleaños- dijo y yo asentí.- dime qué quieres de regalo.

-Que no se comporten  nuevamente de esta forma y después veo- dije y ellos sonrieron apenados- mi padre vendrá para mi cumpleaños.

-Los dos jefes nuevamente en la ciudad- dijo Jacob levantándose con ayuda de Joseph.

-Ahora si, largo de mi vista- inserte gesto de largo de aquí. 

Así como entraron, se fueron.

-¿Estas bien?- le pregunte a la chica- ¿te encuentras herida, necesitas algo?

-Estoy bien, creo que iré al tocador unos momentos- asentí y se fue.

Me acerque a Simon y comencé a revisar que se encontrara bien.
-¿te duele algo, necesitas algo?- Pregunté y mire las marcas que Joseph le dejo en el brazo. Ese bruto.

-Estoy bien-dijo y tiro de mi brazo, me pegó a su cuerpo y me abrazo.

Podía sentir su corazón corriendo una carrera de fórmula 1.

-Simon, estas seguro de que te  encuentras bien?- pregunté nuevamente. Lo separe de mí, sus ojos tenían cierto miedo.

-Por favor nunca más dejes que alguien te apunte con un arma- suplico y sujeto mi rostro entre sus manos.- estaba asustado, preocupado de que pudieran matarte.- coloque mis manos sobre las de él y las estreche.

-Estoy bien- dije-se necesita más que una simple bala para poder acabar conmigo.

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Nick.

De niñera Donde viven las historias. Descúbrelo ahora