Deseo de amar

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-¡¡Tiger!! ¿¡Quien esa mujer!? - la voz grave y alterada de Fury se escucho en el altavoz. Y es que nadie sabía como había llegado tan rápido hacía el auto y porque se estaba involucrando de esa manera.

- ¡No lo se! Pero WOW ¿No es increíble? - Tiger junto a los tres hombres especie que lo acompañaban cubiertos por uniformes negros estaban impresionados y totalmente adrenalinicos

- ¡Oigan! Calmen a sus muchachos. Esto es alarmante. No debemos confiar en sus acciones, puede que sea una trampa - el reto de Tim Oberto, el jefe humano de seguridad, calmo a las especies y hombres de todas las SUVs, estaban intercomunicados y las exclamaciones de todos allí se podían escuchar en cada uno de los vehículos. Tim Oberto estaba rabioso y confundido.

"Si es un engaño es el mejor que nos han hecho" pensaba la mayoría.

- Ahora bien. La humana esta en problemas. Equipo Ti rebasa al blanco y mantelo a 60 km, equipo Fu ve a su costado izquierdo, equipo Brass en la parte trasera, quiero mantenerlo acorralado y lento para que Sussan salte a la moto - ordeno Oberto y los vehículos se pusieron en posición de fila.

Estaba a punto de ponerme a llorar "¡¿Como mierda llegue a esto?!" y es que desde que era una pequeña con cuatro dientes locos reconocía en que problemas me metía cuando llegaba el castigo.

Mis padres eran muy gruñones y severos conmigo. Los castigos eran duros para una niña, un día sin comer, un semana sin ver a sus hermanos, sin recibir visitas, sin poder salir a jugar con sus amigos o como sus padres los llamaban "la cría de la servidumbre". Puertas para fuera y en los grandes salones de su casa eran personas demasiado refinadas para el gusto de cualquiera, bueno, al menos para ella. Su circulo de monos finos babeaban al concurrir a una fiesta de gala o al ver los diamantes de mi madre. Lastima que nunca pude ser la hija perfecta que querían... Suspire "mi vida hubiera sido más fácil, ergo más aburrida"

Por ello ahora estaba en esta situación: al lado de un auto con dos psicópatas idiotas y uno de ellos con un arma en la mano ¡Ah, y tratando de salvar a una mujer!

"Otra vez ¡Merde!"

- ¡Vamos Benny! ¡Dispara de una vez! ¡Los putos animales se están acercando! - grito el conductor, un tipo flaco, de dientes amarillos y corroídos. Benny apunto su arma hacía mi rostro y gatillo.

¡Boom!

El estruendo hizo saltar a "Benny" hacía atrás tapándose el rostro y soltando el arma al instante. El conductor se trato de tapar con sus brazos sin soltar el volante. ¡El arma estallo en las manos del idiota! ¡¿A quien se le ocurre traer un arma tan vieja para secuestrar a una persona?!

"Hoy es mi maldito día". Reí por dentro y aproveche el momento de confusión para acercarme nuevamente al coche. Observe con atención a las personas dentro. El que se llamaba Benny estaba en el suelo del coche, tapándose el rostro y con las manos sangrando y la mujer seguía en el suelo mirándome, aterrada.

-Salta ¡Ahora! - grite y alargue mi brazo. La situación era exasperarte. La mujer se levanto como pudo y tomo impulso. Estuvimos cerca pero el automóvil acelero y ella cayó de costado sobre el asiento.

Con los puños sangrando y levantando mi cuerpo sobre la moto acelere todo lo que pude. ¡La BM comenzó a descomponerse¡ ¡No tenía velocidad! Solté un grito de frustración y unas lagrimas de rabia cayeron por mis mejillas. "¿Donde mierda estaban los mastodondes con sus SUVS?"

A punto de perder la esperanza, una de las camionetas negras paso a una velocidad impresionante y se posiciono delante del coche. Dos más aparecieron colocándose en su izquierda y en el paracoches respectivamente. En efecto el auto desacelero y lo alcance sin demora.

No fue necesario que gritara. La mujer me vió con ojos llenos de lagrimas, emocionada. Estire mi mano y la tomo sin dudar. La moto estaba a la altura del suelo del auto con solo estirar su pierna logro quedar sentada en la moto. Me abrazo con fuerza y hundió su cabeza entre mis omoplatos.

-Gracias, gracias, gracias - repería la mujer con su voz quedraba y la conmoción a flor de piel. Temblaba y lloraba sin parar.

-Tranquila, ya todo paso - o eso pensé.

El auto se abalanzo hacía nosotras, trate de esquivarlo pero fue imposible. Pedí el control de la moto y todo paso en cámara lenta. El asfalto de la carretera se acercaba a nosotras de manera aterradora. El grito de la mujer fue desgarrador como el suelo romper mi piel. Cerre los ojos y solté el manubrio de la moto.

Oscuridad. Inundando el paisaje. Frío y calor sofocantes.

El cuerpo dejo de pesar, el dolor en las manos y de los brazos desapareció pero... también la sensibilidad. "¿Estoy muriendo?" Tengo frío el pecho, dentro.

Me inunda el miedo "¿mi historia de huidas y de aventura llego a su fin, terminaba?"

"Ese sonido"...Son las olas "¿Por que escucho olas?" El mar esta lejos pero son olas que me tocan y hacen que su sal me queme. ¡Me quemo!

Y recuerdo el estruendo del mar violento golpear con las rocas "¿Me estoy ahogando?" Como aquella vez en Chicama, las olas me arrastraban, la arena se comía mis piernas poco a poco y la memoria se moría. No aparecían rostros, no había llanto, no había penas. Solo una cobarde que prometió volver. No Mamá. No Papá. ¡NADIE! "¿Quien me recuerda entonces? ¡Quiero que alguien me recuerde!"... "Quiero amar".

- Humana, no mueras. - calido, calor calido. - Respira, quédate conmigo. - lo escucho. Una voz grave, provoca en mi tanto. Es tan hermosa su voz que: "Tengo que verlo".

Un pestañeo, una luz y unos ojos como el atardecer de este día.






VoyageurDonde viven las historias. Descúbrelo ahora