Antes De Que Me Vaya -YoonMin.

Capitulo 8

Pov Jimin

Jin se había pasado toda la tarde arreglando mi cabello, y maquillando mi rostro, con cuidado y de una manera casi profesional. 

- No creo que el maquillaje me quedé bien, hyung -trate de razonar con él, lo que menos quería era parecer un payaso en mi primera cita, mi cabello ya era lo suficiente llamativo.

JungKook nos miraba atento, sosteniendo los frascos que Jin le dejaba a cargo y pasandole lo que le necesitara.

-Shh,  se lo que hago, se vera completamente natural, confía en mi -me regaño, retomando su trabajo.

La puerta sonó dos veces, y mi tímida madre apareció, sosteniendo una bandeja con la merienda.

-Wuoo... Esta quedando muy bien, Jin. Te felicito -hablo entusiasmada al ver lo que le estaban haciendo a mi rostro.

Oh no, conocía a mamá. Sabía lo que se venía. Se acerco, tratando de integrarse disimuladamente a lo que estábamos haciendo.

- Gracias señora Min -le sonrió tan educadamente, Jin podría ser el todo lo que una madre desea para su hija- espero que no le moleste, el maquillaje últimamente es común entre los jovenes, pensé que seria buena idea un pequeño retoque.

-No, no, le he dicho que podría hacerlo en el pasado, pero se rehusaba. Algunos no entienden la magia del maquillaje-  Movió su cabeza de un lado a otro, negando de solo recordar aquello.

-Estoy totalmente de acuerdo.

Puse los ojos en blanco, ahora resulta que mi mamá es más social que yo.

-Creo que le falta un pequeño detalle, y espero que ustedes puedan convencerlo de usarlos -saco una pequeña caja, la cual dejó a un lado de nosotros para luego salir corriendo como si fuese una niña pequeña.

Los tres miramos la caja detenidamente.

- ¿Que es? -pregunto Jin, extrañado.

-No se... Mamá es impredecible.

JungKook tomo la caja sin rodeos, abriéndola por nosotros  y mostrando lo que había dentro.

-Lentes de contacto -Dijo el menor, con seriedad.

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Si este fuera un cuento de hadas, mi papel seria el de Cenicienta.

Lo había leído mil veces de niño, nunca me imaginé que una persona, como el Hada Madrina, podía hacer tanto por Cenicienta sin pedir nada a cambio. Pensé que era irreal. Gente así no existía fuera de los cuentos.

Pues Jin parecía bastante real. Había transformado mi antiguo yo, me había convertido en una persona completamente distinta y al mirarme al espejo casi no pude reconocerme.

El vestido era la remera blanca de cuello ancho, la camisa suelta y los jeans negros con pequeños cortes. El carruaje fue su auto, el cual me dejó en la puerta del cine.  

Hubiese preferido que Jin me acompañará hasta que YoonGi llegará, pero tenía planes con NamJoon. En cambio, JungKook se encontraba a mi lado.

Y eso lo hacía más incómodo. Estar a su lado me daba una extraña sensación. Como si estar a su lado fuera algo malo.

Quizás, por la forma que tenía de mirarme. Siempre observaba cada pequeño gesto que hacía, y cuando estaba quieto, simplemente miraba mis ojos.

Lo que me ponía realmente incómodo.

Decidí mirar al frente, buscando a Yoongi. No sabía si el era una persona puntual, pero eso no importa,  sólo tenía que llegar y con eso seria feliz. Si no llegaba... Tal vez no aguantaría las lagrimas.