Mimosas ;; DoWoo (Doyoung x Jungwoo)

doyoung

Decir que Dongyoung quedó sorprendido con la confianza que Jungwoo le tomó de un día para otro, sería decir poco.

Durante dos semanas el pelinegro no pensó demasiado en Jungwoo. A decir verdad solo se acordó de su existencia hasta que YoonOh le volvió a invitar a su casa. En ese momento, la imagen del menor sonriendole volvió a la mente de Dongyoung y le fue imposible negarle la oferta a su mejor amigo. Se supone que iban a hacer tarea para la escuela, se supone que también debía estudiar para su examen del día siguiente, sin embargo Dongyoung olvidó su objetivo principal en cuanto puso un pie en la casa. No por cuenta propia, si no que Jungwoo se encargó de acaparar toda su atención.

—¡hyung! – una dulce voz le llamó cuando estaba por entrar a la habitación de YoonOh. Jungwoo le abordó por detrás y se colgó de la espalda de Dongyoung como si no le hubiese visto en años, le abrazó tan fuerte que el mayor casi pierde el equilibrio, mayormente por la sorpresa que ese pequeño acto le causó. Bueno, es que hasta ese momento Dongyoung solo había ayudado a Jungwoo a cavar hoyos en la tierra, según el pelinegro no habían compartido ninguna experiencia trascendental para que el menor le abrase de tal manera.

Igual no puede quejarse si disfrutó de ese abrazo. Siempre le han gustado las muestras de afecto, solo que trágicamente ni YoonOh, Taeyong o Mark le dejan expresar nunca su amor.

Pero, justo cuando Dongyoung creyó que el abrazo había sido demasiado, que eso era lo máximo que podría recibir del menor por el momento, cuando su corazón se calmo y lo asimiló; el pelinegro se encontró con Jungwoo sentado en sus piernas en el sofá de la sala.

—Qu-e ¿que haces? – por instinto, Dongyoung le preguntó al menor. En un par de segundos el nerviosismo ya le había invadido, no era precisamente algo cómodo para él tener a alguien sobre sus piernas dando pequeños saltitos de felicidad.

—Solo paso tiempo contigo hyung, la última vez YoonOh y tú se encerraron toda la tarde en su habitación y no puede agradecerte por la ayuda. – respondió Jungwoo abrazando a Dongyoung.

No respondió, después de todo no supo que decir. El menor permaneció en la misma posición por unos momentos mas, recargado en el hombro de Dongyoung, este mismo de manera inconsciente puso ambas manos a los costados de Jungwoo.

Todo iba relativamente bien, Dongyoung prefirió no pensar demasiado sobre si aquello estaba bien o no, inclusive en lo que podría significar. Al menos no hasta que YoonOh llegó y el pelinegro no supo que decir en su defensa.