|| 5 horas más tarde. • Narra Justin ||
-¿Qué tal estuve esta noche? – pregunté colocándome los pantalones.
-Genial. – susurró Jasmine colocándose su vestido. – Genial como siempre. – se acercó y mordió mi labio inferior.
-¡Ahora, corre! – dijo abriendo la puerta de su habitación. La cerré y la apoyé en la puerta.
-¿No me das un besito antes? – sonreí pícaro agarrándola por la cintura. Ella curvó sus labios y me dio un beso lleno de ardor.
-Adiós, Bieber.
-Adiós hermosa. – carcajeé abotonando mi blusa, abrí la puerta y tras observar si estaba el cuidador, fui a paso lento hasta mi habitación.
-Hombre, llegó el caso perdido. – dijo Chaz carcajeando en su cama. Cerré la puerta.
-¿Dónde estabas? – preguntó Ryan leyendo una revista de los Rolling Stone desde la suya.
-Por ahí. – carcajeé.
-Aún la tienes empinada. – carcajeó Chaz contagiando a Ryan. – Córtate.
-No la tengo empinada. Es el regalo más grande que Dios le puede dar a un hombre. – me elevé de hombros quitándome la blusa. – Que noche.
-Jasmine te da fuerte.
-Es una fiera. – suspiré y me tiré en mi cama. – Y tremenda fiera.
-¿No te cansas? – preguntó Chaz. - ¿No te cansas de estar siempre con ella?
-No. No siempre estoy con ella. – carcajeé. – El otro día me tiré a Angy. – dije sin rodeos.
-¿Angy?
-Sí, Angy.
-¿Angy Valt? – volvió a preguntar Chaz anonadado.
-No, ¿En serio?, esa sí que está buena.
-¡Hey! – dijo Logan bajando por las escaleras con una toalla en la cintura.
-Hola marica. – le saludo.
-Hola romeo. – me saluda Logan buscando un desodorante. Me fijo en el cuerpo de él. ¿Habia estado en el gimnasio? Casi tenía más tríceps que yo. Eso no podía permitirlo. Yo era el galán de la universidad. Fruncí el seño al darme cuenta que llevaba como 10 segundos observando el cuerpo de mi compañero.
-Mira. – dijo Ryan levantándose de su cama y sentándose en la mía. Quité mis brazos apoyados en mi cuello y me senté. – Es mi nueva muñeca.
Es una Caguasaqui X4000. El sueño de cualquier chico adolescente. Velocidad. Pura adrenalina. Corriendo a 160 km por hora. Pura libertad.
-No jodas. – dije observando la revista. No me extraña que Ryan se compre una nueva moto. Todos los meses cambia. Su padre es empresario. Uno de los empresarios más importantes de aquí. Tiene una gran empresa de electrónica en Atlanta. – Está guapa tío. – asentí. El me miró, sonrió y se volvió a tirar en su cama. Abrió su cajón, sacó un cigarro y lo prendió. Cogió una bocanada de aire y formó una nube.
-Luego vengo. – dijo Logan atándose los cordones.
-¿A dónde vas? – preguntó Chaz. Observé a Ryan y elevé una ceja. Logan se puso en pié y abrió la puerta.
-Por ahí. – me imitó observándome y luego, cerró la puerta.
-¿Qué le pasa a este? – pregunté.
-Últimamente está medio gay.
-¿Medio gay? – elevé una ceja.
-Medio raro. Medio estúpido. – Chaz bostezó. Se puso en pié, se sacó el bóxer del trasero y subió las escaleras.