4 horas después.
Una bola de papel saltó hasta mi mesa. Fruncí el seño. Vino de atrás. La desenvolví.• ‘Hola fea’.
Suspiré cansada y contesté.
• ‘Estúpido’.
Lo envolví y lo tiré hacia atrás. Le señora Avenue me miró con el seño fruncido. Le sonreí y ella viró la vista hasta Cloe, una chica de adelante. Ella estaba pintándose las uñas con sumo descaro. Volvió a llegarme el papel. Miré a Logan, que entretenido seguía dibujando. Volví a desenvolverla.
• ‘Me tienes que ayudar en algo.’
Lo leí. Lo releí. Lo volví a leer. Las llevaba claras si se pensaba que le iba a ayudar en algo. Justin seguía siendo el mismo estúpido del primer día. Irrespetuoso. Provocativo. Mujeriego. Egocéntrico. Vicioso. Infantil. Engreído. Imbécil e idiota. El mismo estúpido que me insultaba y me llevó a la dirección nada más empezar. Nadie iba a cambiar esa apariencia de mí sobre él.
• ‘Sigue soñando’.
• ‘Vas a ayudarme.’
• ‘No pienso ayudarte en nada.’
• ‘Me la debes de ayer.’
• ‘Yo no te debo nada. Tú viniste a joderme. La tendría que haber matado.’
• ‘Estás completamente loca’.
• ‘Muchas gracias, eres muy amable.’
• ‘No juegues. Espérame ahora cuando la alarma suene.’
• ‘Que no. Que no te voy a ayudar en nada, que me olvides idiota.’
Una escandalosa alarma de aviso de fin de clases hizo que me exaltara. Todos se levantaron en menos de un segundo y desaparecieron.
- ____, luego hablamos. - se despidió Logan depositando un beso en mi mejilla. Y convirtiéndose en otro de los desaparecidos.
Recogí mis cosas y salí de clases. Guardé mis libros en mi taquilla y una voz poco agradable interrumpió mis pensamientos.
-Fea, acompáñame.
-¿¡Vas a dejar de llamarme así de una vez!?
-Lo siento. Normalmente suelo ser sincero. – sonrió arrogante.
-Pues yo también soy sincera, pero no te recuerdo a cada segundo que eres un gilipollas. – el frunció el seño.
-Vamos. – tiró de mi brazo.
-¿Qué haces? – solté su agarre.
-Acompáñame.
-Que no te voy a acompañar a ningún lado joder, díselo a tu novia. – volteé comenzando a caminar. Volvió a tirar de mi agarre esta vez mucho más fuerte y tapó mi boca con una de sus manos. Me cogió casi en peso y comenzó a caminar sin parar.
-¡Que me sue.e.e.l…t.e.s..! – pataleaba.
-Cállate.
-¡Imb.é.cil que me baj.e.e.s!
-Me estás empezando a poner nervioso fea.
Abrió una puerta, estaba detrás de un cuarto muy antiguo. Habían fregonas y muchas cosas de limpieza, supongo que sería el cuarto del conserje. Intentaba gritar, soltarme, patalear, pero él era mucho más fuerte que yo. Tiró de una gran puerta verde y de repente, estábamos en la calle. Siguió caminando, sin pausa y apretó aún más su mano contra mi boca. ¿Acaso me iba a raptar? Un señor de pelo blanco, pasó por enfrente de nosotros. Justin me puso en el suelo, me acercó a él y apretó aún más mi boca. Me estaba comenzando a hacer daño. Mi corazón iba a mil. Observó mis ojos un instante y luego miró hacia un lado. Volvió a tirar de mí, esta vez caminando hasta llegar tras de unos árboles. Había una moto. Una moto morada. Quitó su mano de mi boca.