Sexto capítulo

9 0 0
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

−No se lo diré.

− ¿Por qué estás tan segura? De verdad, lo mejor sería decirle.

−Estoy de acuerdo con Louis.

−No creo que sea correcto hacerlo. Además será una pequeña mentira por el momento− me siento en la cama y acaricio mi vientre que apenas creció un poco.

− ¡No es una pequeña mentira Lay! ¡Es una GRAN MENTIRA! –Louis explota, camina de lado a lado en la habitación.− Olvídenlo chicas, no seré parte de esto, él es uno de mis mejores amigos y lo conozco más tiempo que a ti, lo lamento Lay− eleva sus manos y sale de la habitación.

−Bien...

−Yo te apoyaré con todo pero... en serio creo que deberías pensarlo o al menos hacer las cosas bien y acabar con todo de una vez por todas− también se retira del lugar.

−Creo que al final sólo seremos tú y yo bebé, tampoco creo que tus abuelos me apoye− acaricio mi vientre con una mano mientras con la otra detengo mis lágrimas.

*****

−Hola amor, ¿sigues con esos cambios radicales de humor por los problemas de chicas? –suena nervioso a través del auricular− Bueno, llamo para informarte que estoy en camino con una enorme caja de donas de tus sabores favoritos, me debato entre llevarte café o chocolate, ¿una ayuda?

Una sonrisa se plasma automáticamente en mi rostro: −Creo que hoy prefiero el chocolate.

−Genial, estaré por ahí en diez minutos.

La culpa no pasa desapercibida, pasa por todo mi cuerpo destruyendo todo lo bueno. Todo aquello ocasiona que más lágrimas salgan de mis ojos, a pesar de que no lo creí posible dado que estos días lloré como nunca antes lo hice.

− ¿Amor? ¿Sigues ahí? –ahogo un sollozo con la mano y simplemente cuelgo, sé que no fue lo correcto porque él descubrirá que algo anda mal.

−Soy un monstruo bebé, mamá es un monstruo.

− ¡Lay abre la puerta!− su voz me paraliza, no creí que él podría estar aquí tan rápido.

− ¡Un minuto!

− ¡Lay!

Ignoro su llamado constante, me dirijo al baño para arreglarme con algo de maquillaje para que no se note el rastro de haber llorado.

− ¡Abre la puerta o la derrumbaré! –suena desesperado.

Suelto un largo suspiro y abro la puerta− ¿Es que acaso una ya no puede entrar al baño con tranquilidad? –finjo la mejor de mis sonrisas, él me mira sospechoso.

Siento que si sigue mirándome de esa manera podrá escrutar todo mi interior y descubrirá todo lo que oculto. Por un leve momento, deseo que así sea porque podré librarme de todo esto de una vez por todas, sé que suena cobarde pero estoy segura que es lo que muchas harían en mi situación.

−Te amo.

− ¿Qué? –trata de aguantar una sonrisa pero se le escapa.

−Yo... Perdón− lo abrazo fuertemente por la cintura, él no tarda mucho en reaccionar y devolverme el abrazo, acaricia mi cabeza dulcemente.

−Lay... También te amo.

De verdad odio esto de la sensibilidad, es lo peor, otra vez me encuentro llorando entre los brazos de este hombre. ¿Por qué las cosas no ser más sencillas? <<Tú eres la que lo está complicando todo>>.

−Lamento interrumpir así de pronto, me llamaron ayer avisando que pronto tendremos una pequeña gira por el país, no creo que alcance a despedirme de ti así que pensé adelantarme y pasar tiempo juntos.

No respondo, sigo entre sus brazos aspirando su aroma, memorizando cada pequeña cosa que lo caracteriza, aunque todo es de calidad, su ropa hecha de la tela más fina, su perfume varonil de marca, todo en él es perfecto.

Un bebé sólo lo distraería de sus metas, él es idolatrado por muchas fans, estoy muy segura de que si se enteran de esto reaccionarán de muy mala forma, tampoco quiero arriesgar a mi hijo o hija a todo eso. No sólo eso, creerán que es sólo por el dinero, además, muchas de las relaciones de los famosos entre fans no funciona, ambos sufriríamos en un futuro, sin contar que esto ya es muy difícil de por sí, escondiéndonos de los paparazzis, de los fans, sobornando a los primeros para que no digan nada, no sé si estoy lista para esta vida...

Pero Harry aún no debe saberlo, no tengo las palabras adecuadas para terminar con él, aún no soy tan valiente, no puedo hacerlo. Lo mejor que puedo hacer es huir.

*****

− ¿Podrías contestarle por lo menor Laila? Estoy cansada de todo esto, nos están agotando a todos− bufa desde el otro lado de la pantalla.

−Es lo que decidí, se le pasará, se olvidará. Conocerá a alguien de su nivel y todo lo que pasamos quedará en el pasado.

− ¡No Lay! ¡No será así! Maldición, dejaste una marca en el pobre chico. ¡Joder! Reacciona− toca con su dedo la pantalla, estoy casi segura de que si no estuviéramos separadas por miles de kilómetros ya estaría ahorcándome.− Desde que volvió de su gira no hay día que no venga por acá preguntándome por ti, ¿por qué mierda al menos no le dijiste de qué país eres? A veces se queda horas, incluso cuando no estoy, se sienta en el pasillo esperando por noticias tuyas. No sé qué tonta excusa más decirle, ya he dicho como unas 17 excusas distintas cada día, me haces pecar a mi también.

−Perdona...

−No, no te disculpes, no quiero eso− agarra un almohadón y lo arroja a la pared− Te lo digo como mi amiga Lay, lo perderás y te arrepentirás mucho, debes decírselo.

−No necesito tener esta charla contigo por enésima vez− suspiro.− Ahora mismo llamaré a Harry.

− ¿Laila eres tú? –comenzaba a olvidar su voz ronca, me paraliza oírlo y me arrepiento de haberle llamado.

−Hola Harry− se escucha un suspiro a través de la línea.

−Moría por oír tu voz... yo...− incluso a miles de kilómetros puedo notar su nerviosismo.

−Lo lamento, no pude comunicarme antes.

−Pasaron tres semanas.

−Lo sé.

−Harry, cariño, la cena se enfriará− dice una voz muy dulce para mi gusto desde el otro lado.

− ¡Oh! No sabía que estabas acompañado, lamento interrumpir tú...− carraspeo− situación. No importa llamo en otra momento.

−No Lay...

−Adiós Harry.

Cuelgo sin esperar respuesta y apago el celular. Los celos explotan dentro de mí en unión con la decepción, ¿tan rápido pudo olvidarme?

*****

−Estoy embarazada− cierro los ojos evitando sus reacciones.

Pasan unos segundos de silencio absoluto, me preocupo mucho y decido volver a abrirlos. Papá, mamá y Darren tienen las bocas abiertas, los ojos abiertos como dos platos y estoy segura de que si no estuvieran sentados ya se habrían caído.

− ¿Qué estás qué? – papá es el primero en hablar, me espera un largo pleito.

Big Lie (short)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora