♡ « Like Boys Do소년처럼 » ♡ {michaeng, twice}

La piscina.

- Tengo el bañador en el cuarto... - volvió a decir, tomando después mi mano y comenzando a caminar hacia allí.

Comencé a caminar al mismo ritmo que Mina hacia la habitación, y sin embargo ella seguía sin soltar mi mano, a lo que sonreí inconscientemente.

Solo continuamos recorriendo el largo pasillo, al final del cual se encontraba dicha habitación, y de repente, ella detuvo su andar en seco.

- ¿No cogiste tu bañador? - me preguntó, para después girar su cabeza hacia mi.

- ¿Eh? - y como siempre Chaeyoung, jodiendo todo.

- ¡Mierda! Se me olvidó... - confesé, apenada.

- Tan olvidadiza como siempre, mi Chaenggie no ha cambiado. - me dijo entre risas, para luego revolver mi cabello con su mano derecha.

Su mano izquierda seguía unida a la mía, mis nervios se iban haciendo presentes, y por ende el sudor de mi mano.
Rápidamente la separé, con la pésima excusa de rascar mi cabeza, tratando de actuar avergonzada.

- No te preocupes, puedo dejarte uno. - me ofreció tan amablemente como todo lo que me dice, seguido de una de esas sonrisas que me vuelven loca.

- Gracias... - fue lo único que pude pronunciar, aparte de devolverle la sonrisa.

Completamos lo que quedaba de pasillo hasta llegar a la habitación, y seguidamente pude escuchar el sonido del pomo de la puerta, que Mina acababa de girar.

Entré en el cuarto después de ella, cerrando la puerta detrás mía.

Caminé hacia el tocador de Mina, y me incliné un poco para poder verme en el espejo y retocar un poco mi flequillo, mientras Mina rebuscaba en el armario.

- Los tengo... - dijo cerrando la estrecha puerta del guardarropa, sonriente.

- Toma, ponte este. - me dio uno de los dos bañadores que sacó - Seguro que incluso te queda mejor que a mí - rió levemente.

Sonreí al escuchar sus tiernas palabras, y tomé el bañador de su mano.

Seguidamente, Mina se dio la vuelta y caminó hacia una esquina de la habitación, donde comenzó a desnudarse.

Inmediatamente me di la vuelta y fui sacando mi ropa yo también, frente a aquel pequeño espejo.

Traté de mantener la calma, no hacer nada fuera de lo normal, comportarme con naturalidad y no dejar que nos nervios me invadieran.

Llevé mis ambas manos al botón de mis shorts, desabrochándolo con algo de dificultad, y los bajé, para luego quitármelos.

Seguidamente coloqué mis manos cruzadas en el borde de mi blusa, para después levantarla, quedando en ropa interior.

El silencio era la banda sonora de aquel momento, en el que agradecí que los nervios no tuvieran sonido.

Pude escuchar detrás de mi la ropa de Mina cayendo al suelo, lo que me hizo mirar al espejo, casi sin querer.