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Chloe y una casa de playa.

Un mes con la pequeña Chloe. La casa no se siente tan sola ahora. La cachorra me acompaña a todos los lugares posibles, nos hacemos compañía mutuamente casi todo el día.
Ahora estamos yendo en el coche, quiero llevarla a conocer la casa de playa. Está montada en el asiento del copiloto, mirando atentamente el paisaje por la ventana. Es una preciosidad.
Llegamos, hace tanto no venía, ¿Un año? Probablemente. Extrañaba la paz de este lugar.
Abro las puertas y Chloe baja corriendo del auto, bajo poco a poco mi bolso y algunas provisiones que traje para ambas. Estaremos un par de días aquí.
Al entrar a la casa me topo de lleno con los altos techos y las paredes azul cielo, marcos blancos, y amplios ventanales con largas cortinas blancas, casi transparentes.  El mobiliario, cubierto con enormes sábanas, debe seguir exactamente como antes de partir el otoño pasado.
Saco las sábanas de los muebles y las dejo en un cesto del baño, tendré que lavarlas, deben tener algo de polvo después de tanto tiempo allí.
Guardo las provisiones en el refrigerador y subo las escaleras seguida por Chloe. Observa todo a su alrededor mientras olfatea.
Llego a la habitación principal cargando con el bolso y ubico la ropa en el armario para luego colocar al lado de la cama, la alfombra de Chloe.
Miro a un lado, el ventanal de la terraza. Lo abro, da una vista completamente hermosa de la playa. Observo el par de sillones y la pequeña mesilla de cristal que están allí.
Cientos de recuerdos bombardean mi mente. Olivia.

Sólo llámame Alexa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora