Si alguien deja por la noche una ventana abierta en la azotea, está invitando a la lluvia... o a algún desconocido, sobro todo si el sistema de seguridad está tan obsoleto como el del Instituto Montgomery High y sólo hay un guardia haciendo ronda.
La sombra se deslizó por la abertura y se dejó caer suavemente sobre el suelo de tela impermeable. El edificio era de un solo piso, y no hubiera sido dificil entrar por una ventana, pero si habían sido tan amables de dejarle una puerta trasera abierta, ¿por qué no aprovecharlo ? Cruzó el oscuro pasillo sin vacilar dejando atrás taquillas de metal, vitrinas con trofeos y el tablón cubierto de notas y anuncios colgados al lado de la secretaria, su destino. Giro el pomo y sonrio al ver que no se abria; por lo visto, aún habia alguien con sentido de la responsabilidad en el instituto. No tardó más de un minuto en abrir la puerta.
Era la tipica secretaria de instituto; un mostrador separaba el escritorio, con el ordenador, la impresora, el télefono y todo aquello que necesita una secretaria
Una puerta con el nombre A.J. Arron sobre el cristal opaco llevaba al fespacho del director. Pero al intruso no le interesaba lo que pudiera encontrar ahi.
A oscuras se acerco al armario, abrio el primer cajon y busco entre los expedientes el del curso que le interesaba. Se fijo en cada una de las caras, descartando imediatamente a la mayoria, aunque por suerte no iba a ser como buscar una aguja en un pajar. Dejo un gran sobre marron dentro del archivador de correo entrante de la secretaria y salio
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