Capitulo 1 (parte 2)

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Algo desconcertado, Neal dio un paso a la izquierda y miró de refilón en la misma dirección que Beth. No pudo disimular su sorpresa y presto atención a la escena. Mike a su lado parecía quedarse sin aliento. Yo tambien segui atenta a lo que sucedía en el pasillo, y por un momento creí tener alucinaciones. Si antes DuCraine estaba contra las taquillas, ahora era Cynthia quien estaba acorralada por las largas piernas de él. Seguía abrazada a sus libros, pero ahora como si le fuera la vida en ello. DuCraine apoyaba el codo contra una de las puertas de metal y estaba tan cerca de ella que apenas los separaban un par de centímetros. Su otro mano jugueteaba recorriendo los libros de ella, el cuello y el escote de la blusa. No se veía bien lo que hacía. Él pronunció algo, y Cynthia lo miro como hechizada, tragó saliva abrumada, cerró los ojos y apoyó la cabeza en la taquilla. DuCraine hizo un amago de besarla, pero se apartó de ella con una sonrisa odiosa en el último momento mientras Cynthia lo miraba confundida. Él le dedicó entonces una reverencia burlona y se alejó por el pasillo en nuestra dirección. Ni siquiera nos miró. La expresión de burla había desaparecido, y me pareció reconocer una mezcla de amargura y frustración en su rostro, además de rabia. Basto verlo caminar para advertir su ira.

A Cynthia se le cayeron los libros y se le desparramaron por el suelo. Sobrecogida, miraba hacia DuCraine. Luego echó un vistazo a su alrededor, recogió los libros con torpeza y se fue en la otra dirección. Nunca había visto a un chico tratar así a Cyn desde que llegué al instituto.

--¡Madre mía!-- Exclamó Mike--. Parecía que la iba a... aqui mismo-- murmuró sonrojandose.

Beth asintió y dijo aturdida:

--¿ Qué parecía que qué?

La hermanastra de Mike, Susan, se nos acercó. A pesar de que tenían padres distintos, se parecian mucho. Los dos tenían los ojos de color marrón claro y el pelo liso y oscuro. Susan normalmente se recogía el pelo en un cola, lo que resaltaba sus facciones. Fue una de las mejores amigas de Cynthia hasta que esta se encapricho con Neal. Cuando vio cómo trataba a su amigo, para acabar dejándolo, ya no quiso tener nada que ver con ella.

--DuCraine casi la...--balbuceo Mike--. Ya sabes.

--No, no sé-- respondió Beth y lo miró interrogante--. ¿Qué pasa?

--Bueno, parecía que la iba a...--dijo y carraspeo buscando el apoyo de su amigo.

--La tenía contra las taquillas --añadió Neal--, y parecía tener la intención de darle algo más que un beso; aqui, adelante de todo el mundo.

--Oh --dijo Susan abriendo mucho los ojos--. Vaya vaya.

Miro al pasillo, pero al no ver ni a Cynthia ni a DuCraine volvió a mirarnos.

--¿Y que ha pasado? --pregunto.

--Nada --contestó Neal encogiéndose de hombros--. Se fue y la dejó ahí plantada.

Los ojos de Susan se abrieron mas aun, y su boca, ya entreabierta, dibujó una sonrisa.

--¿Y lo ha visto todo el mundo? Pobre Cynthia. Este tipo me cae bien --dijo sin ocultar su satisfacción. Carraspeo claramente--. A lo que venía. Gente, tenemos un pequeño problema --dijo mirando a su hermanastro--; mi madre me acaba de mandar un SMS diciendo que tiene dolor de cabeza y que si podemos ir a otro lado a ver las películas.

Mike maldijo entre dientes, y Susan nos miró esperando una respuesta. Hace más de una semana que lo habíamos planeado todo. Nadie quería desechar el plan.

--A mi abuela no le importaría que fuéramos --dijo Beth--, hoy ha quedado con unas amigas, pero nuestra tele es pequeña.

Desde que sus padres se separaron,vivía con su abuela, una viejecita muy simpática que quería a su nieta más que a nada en el mundo.Vivían en una pequeña casa de las afueras con un jardín un tanto asilvestrado. Para aportar algo a la escasa renta de su abuela, Beth trabajaba de camarera tres días a la semana en el Ruthvens, un club inaugurado hace unos meses.

--Podríamos ir a mi casa, mis padres no están --propuso Neal--, y el ampli de mi padre ya esta reparado.

--¡Sí! --dijo Mike emocionado--. Tema solucionado. ¿Qué peli vemos?.

Intercambiamos miradas, Neal se encogió de hombros.

--¿Os apetece noche de terror? -preguntó Susan insegura--. Dentro de poco es Halloween.

--Buena idea. Yo me encargo de los DVD --dijo Mike--. ¿Qué os parece Abierto hasta el amanecer?.

--¿Pueden venir Ron y Tyler? --pregunto Neal.

Ron era el hermano de Cynthia y un año mayor que ella. Él y Neal, que pasaban horas juntos montando y desmontando ordenadores, eran muy buenos amigos. Que su hermana fuera una arrogante no quitaba que él fuera más bien tímido y amable y tuviera una sonrisa de ensueño. Los intento de Cynthia de emparejarlo con una de sus amigas había sido un fracaso.

Tyler, el segundo capitán del equipo de esgrima después de Neal, era de estatura media, delgado y tenía un humor ácido. Había sido víctima de Cynthia antes de que DuCraine entrará en el instituto.

El timbre marcó el final de la pausa y el pasillo se vació de alumnos. Terminamos de planear nuestra noche de videos de prisa y corriendo. Naturalmente nadie tenia ningun problema con que vinieran Ron y Tyler, quedamos a las siete en casa de Neal. Beth, Susan y yo haríamos magdalenas y ensaladas, y Mike, Neal y los otros dos se encargarian de los DVD, la bebida y las bolas de patatas fritas. Tenía que apurarme si no quería llegar tarde a clase de fisica. El profesor Horn me miró con desaprobación a pesar de que el también estaba de camino al aula.

Después de la ultima clase, cuando volvía al coche bajo el sol de mediodía, me di cuenta de que por la mañana me había olvidado la chaqueta en el asiento del copiloto. Me empezaron a picar los brazos; sino andaba con cuidado, por la noche iba a parecer una langosta. "Un tipo leve de alergia al sol", había sido el diagnostico del medico. Si la cosa empeora podían llegar a salirme ampollas. El calor y la sensibilidad extrema no eran para tanto, pero los picores me exasperaban. Quiza deberia agradecerle a mi tio que me hubiera traido a Ashland Falls y no a Florida o a otro lugar más caluroso.

Mi ciudad podía estar alejada del "mundo civilizado", pero --además de un pequeño centro comercial donde se compraba muy a gusto, un par de clubs donde ponían buena música y un cine no muy atrasado en comparación con los de las grandes ciudades-- tenía justo lo que necesitaba: bosques interminables ideales para hacer largas caminatas. Nuestra casa se encontraba a las afueras, justo donde empezaba la arboleda. Mas alla solo estaba la mansión de Hale, cuyo terreno colindaba con el nuestro y tenía arces centenarios rodeando un lago que reflejaba las nubes y adonde iba a nadar a menudo en verano. La casa debía de tener mas cien años y hace veinte que estaba abandonada. Lo sabía por la abuela de Elisabeth. Parecía no tener dueño, y si lo tenia no parecía importarle que acabara en ruinas. Me dolía en el alma, porque me encantaba la elegancia atemporal que emanaba, con sus altas ventanas en ambos pisos y la generosa veranda de columnas que rodeaba toda la vivienda.

De vuelta a casa pase por la verdulería a la que siempre iba Ellen y compre un par de ingredientes para la ensalada. En la entrada estaba el monstruoso Rolls Royce que mi tío siempre utiliza cuando esta por aqui. Por el portón entreabierto divise el morro del Mercedes que normalmente conducian Ellen y Simon. Él estaba lavando y puliendo el Rolls, como cada semana, y me saludo con la mano.

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ESPERO QUE LES GUSTE Y ESPERO QUE DEN CLICK EN LA ESTRELLITA ASI SE COLOREA Y SE QUE DEBO SEGUIR CON LA HISTORIAS.

Besos

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⏰ Última actualización: Jun 07, 2019 ⏰

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