Tras gran parte de su energía agotada y un largo rato de risas llegaron a lo que parecía ser la parte más alta de la ciudad, donde un extenso cielo de atardecer se abría ante sus ojos, y, combinado con las vistas de la hermosa ciudad, hacían del lugar algo inolvidable.
-Woah... -Rei quedó atónito, si poder pronunciar palabra.
-Este es mi sitio secreto. -Comentó.- Vengo aquí siempre que estoy mal, o, simplemente, para disfrutarlo.
-Es maravilloso... -Seguía estupefacto, admirando el popurrí de colores que teñía el cielo.
-Sí. -sonrió y se sentó en el suelo, indicándole al mayor con su palma y leves toques en el suelo que se sentase a su lado, lo cual hizo sin apartar la mirada de aquel fenómeno.- No se lo digas a nadie, solo lo sabemos tú y yo. -Sonrió.
El mayor despertó y dejo aquel paisaje para mirar al chico que estaba a apenas unos centímetros de él. Sus palabras eran realmente sorprendentes. ¿Un secreto que era solo suyo? Se quedó callado mirando al chico minuciosamente.
-¿Pasa algo, Re...- Sus palabras fueron interrumpidas por un dulce beso de parte del peliazul, que se apartó rápida y completamente sonrojado.
Los ojos del rubio de abrieron como platos ante la acción del otro, pero, deseoso de probarlo de nuevo se atrajo hacia sí con sus brazos rodeando el cuello de Rei. Corrompiendo la boca ajena inclinó la cabeza para tratar de profundizarlo.
Poco a poco y sin mediar palabra se fueron tumbando en el suelo, jugueteando con sus manos mientras intentaban descubrir cada centímetro como un intruso.
Y, entre besos, anocheció.
-Ya es tarde. -Dijo Nagisa con un deje de tristeza en la voz.
-Sí, sería mejor volver.- Imitando su tono recogió las pocas pertenencias que había llegado consigo, comenzando a andar de vuelta.
No emitieron una sola sílaba durante el viaje lo de antes ya lo había dicho todo por sí solo. A los instantes de emprender el camino Nagisa cogió la mano de Rei, quien apartó la mirada inconscientemente con un rubor impropio en las mejillas.
-¿A estas alturas te va a dar vergüenza? -Preguntó.
No respondió y siguió andando, agarrando con seguridad la mano del chico de ojos rosas, quien, de un momento a otro, y con más fuerza de la que en cualquier momento se había podido imaginar, lee sujetó de las muñecas, poniendo al mayor de espaldas a un árbol cercano y comenzando a besarle, para, poco después, separarse y dar media vuelta.
-Ya es muy tarde y no he hecho mis obligaciones. -Sonrió, girando la cabeza hacia el mayor.- Lo siento, Rei-chan.
-A-adiós...
Se marchó de allí con las manos en los bolsillos y mirando al cielo naturalmente. Rei fijó su mirada en el chico hasta que desapareció en el horizonte.
¿Qué había sido eso? Un beso, claro. Pero, ¿por qué el pequeño había seguido? ¿Acaso le gustaba?
¿Y si era una broma? Sí, otra más, al final todos hacían lo mismo con él.
Pero en el fondo sabía que Nagisa no era así... Él no era como los demás... ¿era diferente? Otra pregunta rondaba en su cabeza, ¿por qué le daba tantas vueltas al tema? Seguramente el más pequeño volvía tranquilamente a su casa mientras él seguía ahí, en la misma postura en la que el rubio le había puesto, pensando en qué sentía.
Aunque, ¿sentía algo?
(๑•́ω•̀๑)
Estos dos chicos tenían que besarse.
Yo lo deseaba.
Vosotros lo deseabais.
Ellos lo deseaban.
Esto parece una clase de lengua, emh. ¡Espero que os haya gustado! ¡Ya sabéis! ¡Comentad qué os parece!
"De nadie seré, solo de ti. Hasta que mis huesos sean cenizas y mi corazón deje de latir".
Pablo Neruda.
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¿Realmente para siempre? [ReiGisa BxB]
FanfictionFacFic yaoi de ReiGisa [Free!] Dos chicos unidos por los hilos del destino. Ellos pensaron que nada podría separarles. Y, bueno, depende de como lo mires, así es. Ellos se amaban.