V. The Sleepy Bean.

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Otra mañana más en la cafetería, y Linda Sparks ya había servido por lo menos unas setenta tazas de café en las dos horas que llevaba de su turno ese día

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Otra mañana más en la cafetería, y Linda Sparks ya había servido por lo menos unas setenta tazas de café en las dos horas que llevaba de su turno ese día.

Era época de exámenes, y todos los estudiantes de derecho se daban el tiempo—por mínimo y apresurado que fuera— de cruzar la calle por una deliciosa bebida cafeinada para poder soportar un largo día más de estudio luego de haber pasado gran parte de la noche anterior en vela.

Birdie Jones caminaba con sus libros en la mano, sin prestar mucha atención al mundo a su alrededor mientras trataba de recordar con exactitud el quinto artículo del decreto supremo número quinientos noventa y cuatro.
Dejó su bolso y sus libros sobre la mesa, y sacudió la cabeza, tratando de soltar el estrés que se apoderaba de su cuerpo causándole lo que parecía ser el inicio de una jaqueca.

–Bienvenido a Sleepy Bean, ¿qué desea llevar?–recitó una vez más Linda Spark, sin realmente prestarle atención a la persona que se encontraba frente a ella en la línea para pagar.

–Un expresso doble, por favor.

Linda Sparks levantó la cabeza lentamente, para mirar a la chica frente a ella. Por alguna razón su piel se había erizado al escuchar su voz, y no entendía muy bien por qué.

–Claro, expresso doble. ¿Cuál es tu nombre?

La chica le sonrió, contestando a su pregunta con un simple "Birdie", para luego acercarle el dinero.

Algo dentro de Linda Sparks se había conmovido de una manera que no lograba comprender del todo, y le molestaba un poco que el primer pensamiento que había atravesado su mente fuera "amor a primera vista". No, Linda Sparks no creía en el amor a primera vista porque al fin y al cabo sonaba como uno de esos recursos fantásticos que usaban en las películas para juntar forzosamente a dos personajes más rápido de lo debido simplemente para ahorrar tiempo en el filme.

Birdie Jones por su parte estaba completamente familiarizada con la chica tras la caja registradora. Solía ver como se marchaba todos los martes al mediodía, justo al mismo momento en el que ella debía cruzar al edificio de humanidades que se encontraba a un par de cuadras para llegar a sus clases de francés.
A Birdie siempre le había intrigado lo feliz que lucía todo el tiempo, sin importar lo que estuviera haciendo.

–Expresso doble para Birdie.–gritó desde el otro lado de la habitación el chico que preparaba las bebidas, Jamie.

Una vez en sus manos, Birdie Jones se despidió con una pequeña seña y se marchó del lugar, preocupada por su examen de derecho penal mientras trataba de equilibrar sus pesados libros en su brazo derecho al caminar.
No fue hasta una hora después que notó lo que Linda Sparks había escrito en su vaso junto a su nombre: "Expresso doble, Birdie. Ten un día maravilloso y recuerda sonreír."

Birdie Jones sonrío instantáneamente, sintiendo sus mejillas un poco más calientes al tacto.

Ese día Birdie Jones se llevó el vaso de café con ella a casa, lo lavó y lo puso en su escritorio, junto con todos sus premios de danza y antes de dormir lo leyó una vez más, con una gran sonrisa en el rostro.

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Hola gente. Yo sé que me fui por mucho tiempo y quizás se merecen una explicación pero sólo diré universidad y ansiedad, eso es mi explicación en pocas palabras.
Espero que me perdonen por ser tan irregular con esto de subir, pero hay veces que simplemente no se puede y aunque suene terrible, wattpad no está ni cerca de ser una de las prioridades en mi vida, aunque solía serlo hace un par de años.
ANYWAYS, espero que les guste este capítulo y díganme que tal les van pareciendo los personajes hasta ahora, si les va gustando la historia, etc.

Love y'all & stay alive my loves.
–G.

Sparks.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora