1 0

2.1K 212 47
                                    

Maratón 2/3

Caminé por el corredor sin muchas ganas, observé mis libros tirados cerca a mi casillero. Los había soltado para irme con Finn.

Agh... no debí hacerlo, no debí perdonarlo.

Me agaché para recogerlos, y de pronto una pálida y pequeña mano se acercó para hacer lo mismo.
Levanté el rostro y me encontré con mi amiga peli-roja, la cual me sonrió levemente.
Terminamos de recoger los cuantos libros y nos levantamos.

-Lo siento Jack. -soltó de repente.

Suspiré casi inaudiblemente y me acerqué para abrazarla. Quizá se sentía culpable por lo de ayer, ella no quizo hacerme ningún daño, es más quizo ayudarme pero no la dejé.

Sus brazos rodearon mi cuello y mis brazos pasaron por su fina cintura para rodearla completamente.
Después de segundos sus sollozos se hicieron presentes, rayos ella no era así.

-Calma Soph... -acaricié su espalda.

-Lo siento, lo siento mucho Jack. -susurró cerca de mi oído.

La aparté suavemente observando cómo desesperadamente trataba de limpiar sus mejillas sonrosadas, que por cierto, estaban empapadas.

-Soph tú no eres así. -me burlé un poco.

-Cállate idiota. -dijo riéndo un poco a la vez que empujaba mi hombro despacio. -Solo que... de verdad fuí una tonta ayer.

-¿Una tonta?

-Ya sabes. -sorbió la naríz. -Sólo quise que lo admitieras, que no me lo ocultaras, quería escucharlo salir de tu boca... pero no pensé en lo incómodo y difícil que sería para ti, de verdad lo siento.

Suspiré. -Ay Lillis.

Con mis dedos levanté su barbilla haciendo que me mirára.

-Yo soy el tonto. -sonreí sin mostrar los dientes. -No pensé en que en verdad ustedes se darían cuenta y eso. -resoplé. -Tengo miedo Soph, miedo a que él me deje, que no me trate igual.

-Jack... es tu amigo, somos tus amigos, los amigos no se hacen daño ¿Entiendes?

¿Ah sí?

-Siento que es diferente. -admití. -Yo... soy muy cobarde para decirle lo que siento, para decirles a ustedes lo que soy, me siento cobarde al ver a Jaeden y Wyatt tan felices y no poder ser como ellos, ellos... son libres y no les importa lo que digan o piensen los demás, en cambio yo...

-Tú no eres ellos. -sonrió. -Todos tenemos ciertos miedos, el tuyo es no encajar. Pero mírame cuando te digo esto. -colocó sus manos en mi cuello. -Quizá eres el doble de valiente, tú estuviste sólo y aún así sonreías, aún así eras el mismo tonto de siempre, muchos hacen cosas malas Jack, cosas que no se pueden revertir, sin embargo tú no caíste en eso, eres un machote. -rió.

-Odio tu sentimentalismo. -me burlé.

-Arruinas el momento estúpida.

-Gracias Soph... en verdad necesitaba escuchar eso de alguien que no fuera yo. -sonreí.

-Y ahora que estamos bien...

Sentí sus delgados dedos frotar una parte de mi cuello, haciendo que esa cosa pastosa de saliera de su lugar.

Mierda.

-¿Me vas a decir que son estas cosas en tu cuello Grazer? -se cruzó de brazos.

Sí, las marcas que Finn me había dejado ayer quedaron expuestas. Rayos Lillis ¡Había demorado cómo una hora para cubrirlas con maquillaje!

-Son...

-No te atrevas a decirme que te caíste, que te mordió un vampiro o que te pegó Hamilton porque no te voy a creer compañero.

Bufé. -Son chupetones ¿Bien?

Empecé a caminar en dirección al aula, debía evitarla a toda costa, sino me haría el más exhaustivo interrogatorio.

-¿Y quien te haría chupetones? -caminó conmigo. -Espera...

Me tensé un poco mientras el inquietante silencio inundaba nuestra estancia.

-No me digas que fué Wolfhard.

-...

-¿Fué Wolfhard?

-...

-Jack ¿Fue Finn? Dime que no.

-...

-Ay Dios.

-...

-¿Fué Finn?

-...

-¡JACK!

-¡QUÉ! ¡Me dijiste que no te dijera! -me encogí de hombros.

-Dime que no lo hicieron Jack. -tocó su frente. -Espera, mejor dímelo.

-¡Qué cosas dices Sophia! -dije sonrojado. -¡Obvio que no!

-Bueno con lo que traes en el cuello uno se imagina lo peor. -se excusó.

-Sólo... sólo fué un impulso.

Esa presión...

-Qué clase de gran impulso es ese par de hormonados. -bufó. -¿Quién comenzó?

-Finn...

-Ese Wolfhard es un calenturiento. -chasqueó la lengua. -¿Te dijo algo?

-Algo cómo que.

-Ya sabes, que le gustas o cosas así.

Me hubiera gustado.

-No... -suspiré. -Para nada.

-Entonces...

-Para él significó nada Soph, sólo fué un impulso, ya te lo dije.

-Para él no significó nada. -citó. -¿Y para tí? ¿Fué sólo un impulso?

Encogí mis hombros. -Supongo que está bien para mí.

-Supones. -repitió. -Si tú me lo pides Jack, yo puedo ir a golpearlo.

-Estoy bien, no es necesario.

-¿Te trató bien?

-S-sí. -mentí.

-Menos mal. -suspiró. -Quizá y también le gustas. -sonrió pícara.

No lo creo.

-Sí... -dije sin muchas ganas.

-Quita esa cara de "No he dormido en años" y vamos a clase. -tomó y mano.

-¡Espera!

-¿Qué pasa? -me miró confundida.

-Tú... ¿Me ayudarías a maquillar esto?

-Y le dices a la experta del maquillaje. -dijo sarcástica. -Bueno vamos, algo haré.

Please, don't wake me upDonde viven las historias. Descúbrelo ahora