dos

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Dos días. Dos días desde que el paquete había llegado a mis manos, pero seguía en el mismo lugar desde que mi mamá me dijo que lo guardara o que haga algo, pero que lo saque de la mesa.

Seguía sintiendo que me llamaba, pero el mal presentimiento siempre me ganaba y nunca lo abría. Ya lo iba a hacer.

En algún momento que no tenga nada que hacer. Pensé con la vista fija en el escritorio donde estaba la cajita con una fina capa de tierra. Solo dos días y ya juntaba tierra, que increíble.

Llamaron a la puerta de mi habitación. Sin sacar la mirada fija de la caja, me paré y caminé hasta la puerta. Desvié la mirada a mi mamá que me miraba con una mueca triste en el rostro. Fruncí el ceño y la dejé pasar. 

La cara que llevaba en esos momentos, no era una mueca de alegría, era algo preocupante.

- Mamá, no me asustes. - advertí con todo nervioso.

- Maddison Grey. - murmuró sentada en la cama y con la cabeza gacha. Abrí los ojos, su nombre no era común de apreciar en mi casa.

- ¿E-está b-bien? - tartamudeé nervioso. Ella levantó la vista y me miró nostálgica. 

Negó con la cabeza.

Ese movimiento me dio a entender que para que su nombre llegara a oídos de mi madre, había pasado algo grave con la chica más hermosa que había visto.

- Ashton, ella... - se le quebró la voz. - La encontraron en el monte, muerta. - completó y me desplomé contra la pared. Me resbalé hasta quedar contra el piso. Me pasé una mano por el pelo, desesperado. 

Mi mamá se paró y caminó hacia mí.

- ¡No! ¡Aléjate! - grité con temor. Temía hacerle daño a ella por mis impulsos.

Sus ojos se cristalizaron, o ya estaban de antes. No me importó. Dejé caer mi cabeza entre mis rodillas y sollocé.

- Estaré abajo. - contestó y salió por la puerta.

*

*

*

Muerta.

Muerta.

Maddie muerta.

Dos palabras que todavía no entraban en mi cabeza. Sentado en la cama, no podía dejar de mirar el paquetito del escritorio, de la difunta Grey.

Volvía a escuchar como si el paquete me llamara. No había llorado, solo me había caído como una bomba atómica.

Me paré de la cama y caminé hasta el paquete. La agarré y lo inspeccioné, como si tuviera algo que no fue común en un paquete entregado por el correo. Lo volví a mi vista normal y me encogí de hombros.

Caminé nuevamente hacia mi cama sintiendo como me retumbaba el corazón en el pecho. 

¿Qué misterio traerá está caja?

if I die young ;; afiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora