if I die young ;; afi

cinco

Allí, su cuerpo totalmente pálido reposaba dentro del baúl tallado a mano, gracias a su padre. 

En el cementerio éramos muchos, pero pocos la conocían como yo. Nadie sentía lo que yo en esos momentos.

El padre había pagado una fortuna por todos los preparativos, que solo fueron un día después de su muerte. Patrick, su padre, no había hablado conmigo, solo había mandado una carta con una invitación dentro para ese día. Ni yo sabía por qué.

Tenía que al menos decirle que lo sentía o algo, aunque así era, no tenía experiencia en estas cosas, por suerte.

Me paré frente al baúl, en la segunda fila. Mientras en cura recitaba unas palabras tristes pero fuertes, yo solo miraba su cuerpo. 

Reposando en una cama de rosas.

El amanecer se asomaba por el monte, imponiendo sus rayos para iluminar a la pequeña hermosura que descansaba en paz.

Llevaba un hermoso vestido blanco, largo y suelto.

***

Caminaba por el cementerio, mirando lápidas, leyendo nombres, sintiendo los sollozos de mujeres, hombres y niños de alguna parte del lugar.

Me apoyé contra un árbol y suspiré. Alcé las manos hasta poder pasarlas por mi cara y cerré los ojos.

Es divertido cuando estás muerto como la gente empieza a escucharte. 

Gracias, Ashton.

Escuché esa jodida voz en mi cabeza. Desde que había leído la carta, su melodiosa y suave voz no para de girar sobre mí, atormentando la mitad de mis demonios.

*

*

*

- Lo lamento, muchacho. - me dijo un hombre mayor, de la edad de mi abuelo de seguro.

- La quería mucho y no tuve tiempo de demostrárselo. - hablé entrecortado. Bajé la cabeza y suspiré, conteniendo las lágrimas.

- Hay cosas que no podemos cambiar. Nos damos cuenta demasiado tarde de nuestros errores. - bajó la cabeza, arrepentido por algún momento de su vida.

Volví mi vista al cuerpo de la que en algún momento pudo haber sido mi novia, o algo por el estilo. No lo sé y lo sabré nunca. No ahora. Ahora que ella está muerta.