Sinopsis.

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Mi abuela sentía una debilidad por Luke, siempre le consentia y le regalaba dulces a escondidas de mi madre. Ella creía que a el le faltaba cariño, pero la verdad es que no. Incluso mis padres querían más a Luke que a mi . Era un niño muy consentido para se el hijo de la niñera.

Mis hermanas estaban encantadas cuando él llegó, escondido detrás de la espalda de su madre con la nariz roja y los ojos hinchados de tanto llorar. Yo sabía que su presencia significaba problemas.

El día que entró a nuestras vidas fue como un nuevo nacimiento, todos se preocupaban de el: si tenía hambre, la cocinera le preparaba comida lo antes posible; si quería jugar, mis hermana se turnaban para entretenerlo; todo lo que el deseaba estaba ante sus ojos en menos de cinco segundos. Y a mi me dejaron de lado, abandonada entre sonrisas que le dedicaban a él.

Fue la infancia más aburrida que se pudieran imaginar. A pesar de que la madre de Luke estaba allí para cuidarnos, su hijo era el protagonista. Era tierno, adorable, amable, cariñoso, risueño  y un montón de bobadas más que pensaba la gente acerca de él. Luke se había robado mi lugar en la familia y lo peor es que a nadie le importaba.

Por eso lo odiaba.

Era estúpido, me decían mis amigos, ya que a mi nunca me faltó lo material. Pero lo que yo anhelaba era amor, sentirme especial para mi familia y no ser invisible. Sin embargo, yo era difícil de destacar: mi hermana mayor, Marlee, estaba estudiando economía para ayudar a papá en el trabajo, y Nora, mi hermana menor, era tan dulce como el azúcar y la niña más sociable que haya conocido en mi vida.

En cambio yo era la que sacaba calificaciones promedió, la que no ganaba ni un premio en la feria de ciencias, la que no conseguía nada por sus propios méritos. Simplemente nadie.

Con los años, llegue a creer esa era una de las razones por las cuales mis padres trataban a Luke como a su propio hijo.

Cuando el cumplió 16 le hicieron una fiesta, arrendaron un local e invitaron a los amigos de Luke y los de mi familia. Fue espectacular, hubo fuegos artificiales y mis padres le regalaron una auto para cuando cumpliera 18 y sacará la licencia de conducir.

Cuando yo cumplí 16, tres meses después del cumpleaños de Luke, me regañaron por reprobar matemáticas y me inscribieron  en una escuela de verano donde sufrí dos meses con chicos que no paraban de calcular nada. Lo único bueno de ese verano fue que conocí a Calum y Ashton, los únicos que también fueron obligados a ir a esa escuela por reprobar.

Pero todo se  complicó cuando Luke celebró su cumpleaños número  18 y mis padres decidieron hacer algo más íntimo.

Fue una pequeña reunión entre mi familia y la de el. Su madre seguía trabajando para nosotros, Nora tenía14 años y mi madre la consideraba todavía como una niña. Los hermanos de Luke, Ben y Jack, viajaron desde Londres hasta Sidney para esa fecha. Ellos a diferencia de su hermano me agradaban.

Mi abuela había ordenado hacer un pastel gigante de crema y chocolate, decoraron la casa con flores y mis padres le susurraban cosas a Marlee con aspecto sospechoso.

En la noche, después de la cena especial que hicieron para Luke, mis padres se pusieron de pie y levantaron las copas para hacer un brindis. Dieron un discurso aburrido de lo mucho que lo querían y que era considerado como y no mas en la familia Johnson.

Entonces, la abuela comenzó a soltar lágrimas de felicidad, Marlee no paraba de sonreír y mis padres se miraban entre si como a punto de revelar un secreto.

Pero lo que dijieron fue más que un secreto, fue mi condena.

— Y por todo ese cariño que te tenemos, Luke— dijo mi padre, radiante con su traje negro que fue especialmente echo para la ocación— queremos que formes parte oficialmente de esta familia. Así que nuestro regalo de cumpleaños, la mano de nuestra querida hija Alexandra.

Marry Me - Luke Hemmings Donde viven las historias. Descúbrelo ahora