capitulo II

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Tom creía que su auto control se escurría poco a poco de sus manos, no solo el aroma de la sangre lo tenía mal, la excitación que desprendía el chico entre sus brazos lo tenía al borde de la locura, lo único que deseaba era bajar los pantalones de Harry penetrarlo y joderlo al ritmo que galopaba su caballo.

Obviamente no era algo que pudiera hacer en este momento, la primera razón era que Severus estaba a unos cuantos metros de ellos y Tom no deseaba audiencia cuando jodiera al humano y la razón más importante era que Harry estaba herido, los colmillos que desgarraban la piel en su cuello lo tenían enojado, cuando supiera quien había sido, su cabeza colgaría en la mitad de la plaza para que todos supieran que no debían tocar lo que era suyo.

Ignorando la posesión en sus pensamientos, dirigió la vista al chico que tenía la mirada perdida, al parecer estaba aún procesando el hecho de que serviría al príncipe, Tom pensó que tal vez había sido muy directo. No es como si lo pudieran culpar, la primera imagen del chico detuvo el filtro en sus palabras y solo dijo lo que pensó.

Quería morder esos labios, a quien engañaba, deseaba morder todo el cuerpo del menor, marcar absolutamente toda su piel, la imagen de sus colmillos adornado cada extensión de Harry produjo que su pene comenzara a soltar liquido pre seminal.

Aumento el ritmo una vez vio las puertas de madera abiertas para su llegada, continúo con un trote lento hasta la entrada principal del castillo, sin decir una palabra bajo del caballo con suma gracia a pesar de la carga en sus brazos, ingresando al castillo dirigió una mirada a Severus quien levemente asintió.

Ellos podían entenderse con una sola mirada, eran amigos desde hace algún tiempo, cuando Tom se escapaba de casa para jugar en el campo con el otro muchacho.

Camino con la cabeza en alto ignorando a sus sirvientes y las vampiresas que lo miraban para luego cuchichear entre ellas, subió hasta sus aposentos, una vez dentro de ellos acomodo al chico en su cama. Despejo el cabello negro de el bello rostro apreciando sus lindas facciones, sus ojos esmeralda eran grandes y curiosos nunca había visto tal color, sus labios tenían un pequeño puchero «adorable» pensó, tenía el ceño levemente fruncido, como si le desagradara la conclusión a la que había llegado.

Antes de que pudiera preguntar qué pasaba por esa bella cabeza la puerta de su habitación sonó, sabiendo quienes eran Tom simplemente murmuro un adelante, la puerta se abrió dejando pasar a Severus junto con kingsley, el medico real quien hizo una profunda reverencia, levantándose de la cama realizo una seña con su mano hacia harry, siendo atendido inmediatamente por el doctor.

Después de unos cuantos segundos kingsley saco una pequeña pomada de su maletín, sin embargo, cuando iba a esparcirla por la piel lastimada del pequeño humano una fuerte mano se lo impidió, a su lado el principe lo miraba seriamente, tragando saliva coloco el frasco en la otra mano que estaba extendida y procedió a dar las indicaciones mientras sacaba algunas vendas y medicamentos del maletín.

- Disculpe su majestad, fue mi error - se disculpó aún que sólo estuviera haciendo su trabajo.

- Este bien, ahora, ¿qué es esto? - pregunto mirando el pequeño frasco de cristal.

- Es una pomada cicatrizante, tiene componentes naturales, debe aplicarlas en las heridas abiertas y luego vendarlas, las pastillas son antibióticos, una cada ocho horas solo si presenta fiebre o irritación en las heridas.

- ¿Qué hay de su pie?

- Es un esguince en el tobillo, sólo ponga algunas compresas de hielo para que disminuya la hinchazón, en algunos días o semanas estará perfecto, pero no debe a apoyarse en el pie o hacer algún esfuerzo físico.

Un Humano Para El Príncipe Donde viven las historias. Descúbrelo ahora