Un Humano Para El Príncipe

capitulo III

Harry despertó por el sonido de una risa realmente cruel, todo a su alrededor era extraño, estaba sobre la cama con doseles más grande que alguna vez había visto, con sabanas de seda negra, miro a su alrededor intentando recordar, las paredes color marfil tenían un aire ostentoso, candelabros de oro prendían de las paredes, mesas de decoración color caoba donde descansaban pequeños adornos florales con narcisos y crisantemos. Poco más allá de donde descansaba, en una pequeña sala, dos hombres conversaban en susurros sentados en costosos sofás con grabados en hilos color dorado, una chimenea con marco de marfil mantenía algunas fotografías y estatuillas de oro.

Cuando sus ojos se cruzaron con unos hermosos color negro con motas rojizas los recuerdos galoparon por su mente, acababa de tener un orgasmo con el príncipe Tom Riddle, un vampiro, ahora era un sirviente, si sus padres vivieran estarían decepcionados, una vergüenza, huir toda la vida para terminar siendo un sirviente más de la casta real.

La humillación que sentía era tal que sintió sus ojos picar y las lágrimas empezaron a resbalar por sus mejillas teñidas de rojo, tenía el ceño fruncido y dejaba salir suaves hipidos frustrados, el hecho de estar llorando lo enojaba aún más y tenía la necesidad de romper todo a su alrededor.

El príncipe en un parpadeo estuvo junto a él, con un pañuelo en mano silenciosamente limpio sus lágrimas, el enojo hizo que su cuerpo reaccionará involuntariamente golpeando la mano que con cuidado secaba los lagrimales.

El rostro del vampiro paso de seriedad a enojo, sus ojos brillaban atenuándose las motas rojas que los decoraban, el fuego se reflejaba en ellos y Harry sabía que la había cagado, estaba jodido porque no solo había golpeado la mano del príncipe, al parecer lo había hecho frente a un súbdito.

— Entiendo que estés asustado, incluso adolorido, puedo entender que estas confundido y enojado pero eso no te da derecho a faltarme el respeto cuando te he  salvado la jodida vida.— Harry paso saliva mientras escuchaba la gélida voz hablar en un susurrante gruñido — Lo dejare pasar esta vez porque soy consciente que naciste siendo rebelde pero si se vuelve a repetir yo mismo doblaré tu cuello ¿quedo claro?

Solo atinó a asentir, mientras las lágrimas continuaban bajando, el príncipe tomo una de sus manos bruscamente y clocó el pañuelo sobre esta antes de dar media vuelta y sentarse nuevamente en el sillón junto al hombre de apariencia etérea que lo veía como si pudiera quebrarlo en cualquier instante.

Los hombres se adentraron en una discusión susurrante mientas lo ignoraban.

Permitió que algunas lágrimas se deslizar antes de limpiar su rostro he intentar ponerse en pie.

— No intentes escapar — gruño Tom a su oído causando que el menor pegara un brinco de susto, no lo había escuchado acercarse, pero el hombre estaba junto a él tomándolo fuertemente de la cintura haciendo que Harry apoyara todo su peso en su pecho.

— Solo quiero ir al baño — Dijo irritado, odiaba esta sensación de obediencia, el no obedecía, sus padres le enseñaron a ir contra cualquier regla.

Tom caballerosamente lo cargo hasta el baño, (uno jodida mente grande por cierto) una vez dentro lo bajo suavemente, lo dejo apoyado en el mueble del lavamanos y cruzo sus brazos mirándolo fijamente.

— Puedes salir — dijo frunciendo el ceño mientras veía directamente a los ojos del hombre.

— No confió en ti

— Si, bien no lo negare intentaré escapar en cuanto pueda pero si lo olvidas tengo un esguince, con suerte puedo estar de pie, además de que aún no tengo un plan de escape, solo deseo orinar. — contesto mientras cruzaba sus brazos y enarcaba una ceja esperando a que el vampiro saliera de la habitación.