7.

4 1 2
                                    


En ese momento me desperté, me quedé unos minutos mirando a la nada cuando recordé a Stan, tras la batalla lo había cargado hasta llegar a una casa decente, después cure lo mejor que pude sus heridas y...
Tal vez después de eso me quedé dormida, pues no recuerdo haber hecho nada...
No estoy muy segura, pero eso no importa ahora.
Me levante del suelo para poder estirarme, sentía que había dormido por días, sin embargo el mirar de reojo por una ventana cercana, no parecía haber pasado ni una hora, mire a mi alrededor.
Decidí acercarme a aquella ventana, necesitaba aire «fresco»(si fresco se le puede llamar a una mezcla de ácidos que seguramente provocarán tu muerte), como sea, antes de hacer cualquier cosa, necesito un pequeño descanso.
Todo estaba en silencio, no era específicamente cómodo, pero tampoco era tan incomodo, era, por decir una palabra para intentar describirlo, ¿especial?, Un silencio que aunque era tranquilo, muy en el fondo sabias que algo andaba mal.
El paisaje no estaba tan destruido, parecía que el cataclismo no había afectado tanto a esta zona, incluso había algunas plantas que parecían haber crecido recientemente, sin embargo se estaban empezando a marchitar.
El cielo estaba más pintado de un gris oscuro muy intenso que apenas dejaba pasar unos delgados rayos de sol, esto hacia que aun pareciese de noche, tal vez no había pasado solo algunas horas.
Ya más relajada, voltee mi vista hacia Stan, él seguía inconsciente recargado en una esquina, algunas de sus heridas aun sangraban sin embargo no era ni la mitad de como había sido y ya había hecho todo lo que estaba a mi alcance para salvarlo...
Y aún así, lo más increíble es que aun me sentía un poco culpable, como si aun no había hecho suficiente...
Será lo que tenga que ser supongo...
Volví a sentarme, las casa en la que estábamos se me hacia de alguna forma similar, pero no logro identificarla o tal vez solo la estoy confundiendo, si tomamos en cuenta que todas las casas fueron construidas exactamente de la misma forma, no sería raro confundirse.
El cuarto en el que estábamos estaba relativamente vacío, salvo algunas cajas de cartón que estaban apiladas unas encima de otras, parecían muy húmedas, como si hubieran pasado más tiempo del que pensaba.
Tenía cierta curiosidad en saber que había dentro de estas, así que decidí abrir una, solo para calmar mis ansias. Efectivamente la caja estaba mojada y llena de polvo, una combinación extremadamente desagradable al tacto, abrirla fue fácil, el cartón estaba tan húmedo que con solo mis manos pude desgarrar el cartón. Dentro de esta no había mucho, solo unos cuantos libros gruesos, las páginas estaban amarillas y su textura era rasposa, también estaban algo mojadas pero no tanto como la caja, había tres libros, todos muy antiguos y reconocidos, sin embargo, por lo que ir recuerdo cuando los leí eran muy descriptivos, solo una mueca de disgusto pudo salir a la luz por recordar todo el estrés que te provocaba para que al final absolutamente nada sucediera, nada relevante a la trama, tampoco es que fuera relleno del bueno...

- estúpida mariposa...-La mejor frase para dejar salir mi odio, solté un suspiro- no pienso volver a leerte
Volví a guardar todos los libros en lo que restaba de la caja y volví a sumergirme en mi aburrimiento, mirando al techo, las paredes, la pequeña ventana, esto me había hecho pensar que el cuarto era algo (por no decir mucho) pequeño y que seguramente era utilizado como un almacén, un almacén despreciado pues casi no había nada dentro, decidí darme una vuelta por la casa, tal vez había algo interesante dentro.
Al salir de la puerta había un largo espacio el cual era un comedor, una gran mesa de madera de ocre, y ocho sillas, justo al lado de esta estaba pegado la sala, conformada por tres sillones, todo se me hacia similar, pero intentaba no darle importancia, había un enorme librero, forrado con libros de todas las formas y colores, también habían repisas llenas de figuritas de porcelana, algunas en buen estado, otras con algunas grietas y también estaban las sombras de lo que antes era algo hermoso.
Había cinco cuartos más, uno era obviamente el baño, dos habitaciones una con una cama individual y otra con una cama matrimonial, el otro era una cocina, que, gracias a mi buena suerte, estaba completamente vacío, solo estaban las sobras de lo que antes solía ser comida y ahora son gusanos y moscas agonizando, no había cuchillos, ni tenedores, solo cucharas que estaban oxidadas o rotas.
La última habitación era como una oficina muy mal iluminada, tenía un gran escritorio con una pequeña lámpara de baterías, la prendí, todo era normal, una computadora, una silla sucia y decoraciones, estanterías llenas con más figuras de porcelana, muchas muñecas que se parecen al mismísimo diablo y algunas fotos, las fotos pertenecían a una pareja, al parecer estaban casados y con una hija, las fotografias estaba ordenadas cronológicamente, la última era de la misma pareja... con su hija ya grande... ella...
Una lágrima broto, deje la foto y volví al cuarto, al entrar vi que Stan ya estaba despierto.

-Yei, no me abandonaste- tenía un gran tono de sarcasmo en su voz-
-demonios, ¿por qué no se me ocurrió?
-no podrías, ni aunque quisieras- ese comportamiento me molestaba, no porque estuviera me molestara en su lo que decía, sino porque sabia que de alguna forma, era verdad-
-me pregunto que pasaría si...- dije mientras mostraba celosamente mi cuchillo de campista, mi favorito- alguien volviera a abrir tus heridas...
-lo siento, ya me callo...
-por favor...

Realmente extrañaba volver a amenazar a alguien, era un sentimientos que ya comenzaba a olvidar.

-¿cuánto tiempo pasó?
-tres semanas...
-¡¿que?!
-bromeo...- la expresión en su cara valió la pena- solo unas cuantas horas
-no hagas eso, por favor- se veía aliviado, miro su brazo, noto el gran vendaje que cubría este y la gran mancha de sangre que lo cubría- Dios, ¿qué me paso?
-te mordió un yurei
-es obvio, pero, tan malo fue
-si, ahora estas infectado, morirás en algunos días...

Su cara estupefacta ante tal revelación, pálido como un cadáver, no pronuncio ni una palabra.

-¿en-enserio?
-no, tu eres inmune
-¡Yagami!
-lo siento, es muy fácil engañarte- él suspiro frustrado, en cuanto a mi, tenía una pequeña sonrisa que no podía ocultar- ya no te asustaré, más bien, tratare de no hacerlo
-te lo agradecería

Él seguía sentado en el suelo, intentaba pararse, pero se notaba el dolor que le provocaba esa acción, así que, en un gesto de «empatía», decidí sentarme.

-Yagami...
-¿qué?
-¿a qué te refieres con que soy inmune?
-veras, esa cosa, solo es capaz de infectar a las mujeres- ¿debería decirlo?, que más da- lo cual me confirma que eres hombre
-voy a ignorar eso...
-no te enojes princesa...
-mmm... y...¿por qué solo infecta a las mujeres?
-no lo se, ¿genética? o algo así...-esto esta tomando mucho tiempo- bien sesión de preguntas terminada, hay que seguir
-¿qué?, tan rápido
-si- dije poniéndome de pie- vámonos

En eso un trueno se escucho a lo lejos, seguido de un rayo, uno tras otro, no es buena señal.

-creó que nos quedaremos aquí
-tienes suerte...- lo dije con todo el sarcasmo que pude y volví a sentarme-
-gracias- dijo aun mas sarcástico-supongo que hay más tiempo para preguntas
-no
-por favor, tengo una muy buena
-que no
-por favor- dijo haciendo un pequeño puchero, hay que admitir, que su capacidad para verse adorable era admirable- ¿si?
-bien,- dije sin mucha enjundia-tu ganas, ¿cuál es tu pregunta?
-¿cómo lo sabes?
-saber ¿qué?
-¿cómo sabes tanto sobre esas cosas?
-porque yo las cree
-enserio...
-obviamente no
-te creó muy capaz de hacerlo
-ja...ja- dije sarcásticamente mientras me cruzaba de brazos mirando de reojo la ventana- pase mucho tiempo estudiando a esos mutantes, uno aprende una que otra cosa
-eso es más creíble...

Gotas empezaron a caer del cielo, gotas con un tono grisáceo, que al contacto con el suelo dejaban sutiles marcas, pequeños huecos que se agradaban lentamente, las pocas plantas que habían crecido se retorcian en su propio dolor, aparte mi vista de la ventana para mirar a ningún lugar en especial, rezando para que este lugar sea lo suficientemente resistente a esta lluvia ácida.

-qué agradable,¿no?- soltó repentinamente mirando el cielo- todo lo que empezaba a crecer será pronto destruido
-si...

Esto me hacía sentir de alguna forma, mal, más como desesperanza, si esto le pasaba a las cosas que se supone que deben estar aquí, ¿qué pasara con las cosas que no deben estar aquí?, ¿qué pasara conmigo?.

-supongo- continuó- que esto no esta tan mal
-¿por qué?, todo se derrite a tu alrededor y dices que no esta tan...
-si, todos cometemos errores, y a veces es necesario empezar de cero, como una flor que se seca y cae para dar paso a una nueva, como esta lluvia que se mata a las plantas secas y quema el asfalto, que dará paso a un agujero con tierra para que le de sol y luego crezcan más plantas
-¿no es muy fantasioso?
-tal vez, pero, hay posibilidades
-es muy improbable
-puede ser, pero aun hay una pequeña esperanza- dijo con una pequeña y amable sonrisa- ¿no crees?

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 25, 2018 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Yagami's LifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora