Familia

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En una mañana soleada, los rayos del sol se colaban por los cristales de una ventana. Corría el mes de Mayo en Nayarit, México.
Eran las ocho de la mañana y la casa a esa hora era un verdadero escándalo. Como es normal en las familias numerosas... las peleas por bañarse primero, cuando solo funciona un baño, por acabarse el agua caliente, por desayunar primero y rápido, por no abrir la puerta de entrada... etc. etc. Y es que la familia había crecido al igual que sus necesidades, no obstante no así la casa...

Ese día llegarían Elena y Yulia, y tanto Sergey como Inessa harían lo posible por convencerlas de que se quedarán...

- Solo espero que está vez si lleguen papá - le dijo Vladimir molesto - no como la semana pasada que cancelaron -
- Esta vez lo harán -
- Si, claro, lo mismo dijiste la otra vez... mira que nos obligaste a todos a ir al aeropuerto y TODOS teníamos cosas más importantes que hacer... -
- Por eso esta vez enviaré solo a un trabajador por ellas, por si las dudas -
- Es lo mejor papá - sonriendo.


La familia Katin había dejado su natal Moscú, en busca de un horizonte mejor. Así que cuando Inessa y Sergey, los padres de familia, decidieron llegar a Nayarit, lo hicieron con casi toda su familia incluida.
Eran una familia unida y porque no decirlo, muy moderna. Ya que cuando su segunda hija Elena, les anunció que estaba enamorada de una chica, sus padres no hicieron aspavientos, ellos apoyaran a su hija en todo. Tanto así, que Elena contrajo matrimonio con Yulia Volkova, a los veintidós años, solo dos más después de haber iniciado un romance, aunque se conocían desde antes por la escuela.

Cuando los Katin llegaron a Nayarit, Elena no los acompaño, ella tenía quince años entonces, y un cambio tan drástico no era de su agrado, por lo que se encargó de convencer a sus padres de que la dejaran en Moscú con una de sus tías, y como era la consentida de Sergey, así se hizo. No obstante, sus dos hermanos Vladimir y Sergey de diecisiete y trece años, no corrieron con su misma suerte, ellos hicieron el viaje con sus padres, muy a su pesar.

En Nayarit, Sergey se asoció con un lugareño para entrar al negocio del azúcar. Al principio fue difícil, y la familia invirtió todos sus ahorros, producto de años de esfuerzo y sacrificios. Eso les creaba un constante estrés, por saber si habían decidió lo correcto, y por si no bastara con sentir la angustia de estarse jugando todo su porvenir, Vladimir, que siempre había sido muy mujeriego embarazo a una chica de su misma edad que vivía cerca de ahí, así que la boda se concertó para tres meses después, ya que tanto Sergey como Inessa jamás permitirían que uno de sus nietos, anduviera rodando por el mundo, según sus propias palabras. La boda, fue una ceremonia sencilla, no disponían de mucho dinero para hacer un gran acontecimiento, la novia denotaba alegría y entusiasmo, mientras el hijo mayor de Sergey, tenía un rostro lleno de frustración, claro, él no quería casarse a los dieciocho años, sin embargo, alguien tenía que pagar los platos rotos.
Así que Vladimir y su esposa Tania se instalaron en la casa familiar. Cuando nació el bebé, Vladimir para agradar a su padre le puso Sergey, después de todo era el primer nieto. Cuando llegó el bautizo las cosas iban mejorando, así que pudieron hacer una celebración más grande, fueron muchas personas, solo Elena no asistió por estar en exámenes, la escuela, según decía le absorbía mucho tiempo. Todos parecieron entender su ausencia, solo Vladimir, se mostró molesto, según él, el bautizo de su hijo, era lo más importante.

Con el paso del tiempo los Katin no se arrepintieron de haber llegado a un lugar extraño en busca de mejorar. Su socio, luego de dos años, decidió irse y dar por terminada su relación laboral con Sergey, de manera que éste se quedó con todo, luego de un tiempo de negociación.
Dos años más tarde, Sergey adquirió un Ingenio pequeño, para procesar la caña de azúcar, de esta manera sus ingresos subieron como la espuma y en menos de un año, era dueño de varias hectáreas de cañaverales. La fortuna les sonreía, y como tenían una posición económica muy buena, se empezaron a dar una vida que no conocían, no obstante, su unidad familiar por disposición de Sergey e Inessa no cambio, es decir, aún vivían en la misma casa, que ahora era más grande, Claro que Vladimir podía independizarse, pero no lo hacía, porque de alguna manera se sentía el heredero de su padres, por ser el hijo mayor y por haberle dado su primer nieto.

La familia solo abandono Nayarit cuando asistieron a la boda de Elena, las emociones eran varias: los padres emocionados, Sergey con muchas de ganas de ver a su hermana y conocer a la chica que la había conquistado, Vladimir molesto, para él era una completa perversión, Tania su esposa, asombrada, ella venía de una familia por demás conservadora, así que el hecho de ver a su cuñada, que por cierto solo había visto una vez, cuando ella se casó con su hermano, casándose con otra mujer, era algo digno de verse y de contarse cuando llegara a Nayarit.

A sus veintidós años, la bella hija de Sergey, que tenía el cabello rojo y rizado, los ojos verdigrises y algunas pecas en el rostro contrajo matrimonio con Yulia, una chica un año menor que ella, delgada, de cabello corto y negro, impresionantes ojos azules y que era ligeramente más bajita en estatura que Elena. La familia de Yulia no apoyo del todo la boda de su única hija, pero tampoco se opuso, finalmente era su vida, y sabían que Elena Katina era un buen partido. Los padres de Elena por su parte, estaban que saltaban de entusiasmo, realmente estaban muy emocionados, a ellos no les importaba que su hija se casara con otra mujer, porque sabían que se amaban. A Sergey la boda de su hermana también le agrado y es que había congeniado muy bien con Yulia durante la semana previa a la boda. Al único que pareció no agradarle del todo la noticia de que su hermana se uniera a otra mujer, fue a Vladimir, él era más conservador, cuando le convenía, y tenía la idea de que gastar tanto dinero en esa boda era una locura, pero aun así no se arriesgó a contradecir a su padre.
Estuvieron una semana afinando los últimos detalles para el enlace. En ese tiempo tanto Inessa como Sergey se devanaron los sesos intentando convencer a la feliz pajera de que se fuera a vivir con ellos a Nayarit, pero ellas desistieron, ambas estaban a punto de terminar la escuela y querían ejercer su profesión, no irse a enterrar a un lugar que tal vez ni siquiera aparecía en el mapa. Sin embargo, prometieron que irían a visitarles, aunque no dijeron cuándo. En todas esas charlas en las que trataban de convencerlas, Vladimir cruzaba los dedos por lo bajo para que ellas no aceptaran, se daba cuenta de que si llegaban a Nayarit con ellas sería un verdadero escándalo, ya de por sí, le molestaba la idea de ver a su hermana con otra chica, como para encima vivir en la misma casa.

Y la boda llegó, fue un momento muy emocionante, Sergey lloró al ver a su única hija dispuesta a unirse por completo a la persona que amaba. Al final los padres de Yulia decidieron asistir, aunque no estaban tan convencidos como los padres de la pelirroja, pero se conmovieron al ver el brillo que su hija tenía en los ojos.
Dos días después de la fiesta, la familia Katin regreso a Nayarit a seguir su vida. Yulia y Elena se instalaron en un departamento que Inessa y Sergey les habían dado como regalo de bodas. Ellos también se ofrecieron a pasarles una mensualidad, pero ellas se negaron, habían decidido casarse y aceptaban todo lo que eso implicaba. Además, ellas ya tenían su vida organizada, trabajaban medio día, de esa forma podían estudiar y las dos descansaban los fines de semana.

En cuanto a los Katin, a ocho años de haber llegado a Nayarit, habían adquirido las costumbres del lugar. Vladimir trabajaba con su padre en la administración del Ingenio, mientras que su esposa Tania se quedaba en la casa atendiendo a sus dos hijos, Sergey de siete años y Alex de cinco, era lo que se podía decir, una esposa sumisa.
Y es que a pesar de que tenían algunas personas que les ayudaban en las labores domésticas, Vladimir obligaba a Tania a cocinar, a lavar su ropa, a planchar, entre otras cosas. A Inessa no le parecía tanto abuso, según decía, pero pues como la chica prácticamente había sido educada de esa forma, no le quedaba de otra más que obedecer. Y cuando Inessa trataba de convencer a su esposo para que hablara con Vladimir al respecto, éste le decía que ellos no podían interferir, aunque vivieran en la misma casa. Y es que realmente a Sergey no le gustaban las fricciones familiares. Claro que él también pensaba que a Tania no se le iban a caer las manos por lavar unos platos, según él.

A principios del mes de mayo, Inessa tuvo un percance de salud, en realidad no era tan grave, si se tomaban los cuidados necesarios, le habían detectado diabetes y como no si consumía grandes cantidades de azúcar y de dulces. Sergey se preocupó mucho por su esposa, por lo que era atendida por varios especialistas, que a grandes rasgos coincidían en lo mismo: bajarle al consumo de azúcar, llevar una vida tranquila y por supuesto una dieta.
Pero Inessa que extrañaba de sobremanera a su única hija, aprovecho al máximo esa situación. Haciendo gala de sus dotes de actuación, y con la ayuda de su esposo, convencieron a Elena de que ella y su esposa se fueran a pasar una temporada con la familia. Por su parte, cuando Lena supo lo de la enfermedad de su madre se preocupó mucho y hablo con Yulia al respecto, ellas tenían un año de haberse casado y vivían bien, ya habían terminado la escuela, eran un matrimonio joven pero a la vez muy centrado y muy feliz, así que la morena acepto ir a Nayarit a pasar unas vacaciones con su familia política, porque no quería ver deprimida a su esposa. Además, serían solo eso: una vacaciones.


Yulia y Lena abordaron el auto que Sergey había enviado para recogerlas en el aeropuerto, ningún miembro de la familia había ido a recibirlas, según les dijo el empleado: Inessa sufrió una recaída, así que su esposo y Sergey se quedaron con ella, Vladimir estaba en el Ingenio bastante molesto por su llegada y Tania en la casa con los niños.
- Lo que más me agrada de tu familia, es lo atentos que son - le dijo Yulia a su esposa mientras iban en el auto.
- Ya amor, es que mamá se puso mal.
- Solo espero que esto mejore Lena.
- Lo hará, no te preocupes - sonriendo.

MIRADA AZULWhere stories live. Discover now