En la cocina de la humilde y acogedora casa de los Waits, situada en el pequeño pueblo llamado Kossnap , se encuentra Héctor, el padre de Gabriel, preparando el desayuno a las apuradas ya que su despertador, como de costumbre volvió a fallar.
-Gabriel! Si no te das prisa vas a llegar tarde al instituto- Grito Héctor fuertemente para que pueda oírle con claridad.
En la habitación de la planta alta de la casa, está Gabriel que, al escuchar la llamada de su padre, sin dejar de peinarse frente al espejo le responde:
-Ya voy papa, Ya voy-
Gabriel no era el más guapo de su clase, pero sí el más inteligente, no era el más fuerte pero sí el más ingenioso, no era el más valiente, pero si el menos temeroso. Sus enormes ojos verdes cautivaban a más de una de las chicas del instituto, aunque su extraña fobia hacia las arañas le había jugado más de una mala pasada ya que sus compañeros solían hacerle bromas con ese tema. Con sus 16 años creía ser un chico normal, aunque siempre tuvo la sensación de que algo estaba pasando en su interior, algo que él, hasta entonces no podía explicar.
-Venga hijo, come rápido que te acerco al instituto en el coche- Dijo Héctor terminando muy de prisa su café.
-Ya estoy papa- responde rápidamente Gabriel mientras espera a que su padre se de vuelta para echar el desayuno en la mochila-
Lo de cocinar no se le daba muy bien a Héctor, y Gabriel era el principal afectado. Así que en ocasiones por no ofender a su padre se tenía que comer todo lo que su padre le preparaba, y otras veces, no le quedaba más opción que guardarla para dársela a Duke, el perro de su vecino que alguna que otra vez ni él quería aquella comida.
-Te recogeré a las 4- te parece bien? - Dice Héctor desde la ventanilla del coche mientras le saluda.
-No papa, voy caminando con Kevin, no te preocupes, estaré en casa antes de las 6 -responde Gabriel mientras se aleja caminando de prisa hacia la entrada del instituto donde está su mejor amigo esperándole.
-Hola colega! ¡Cuánto tiempo! ¿¡Como estas!?- Dice Kevin mientras le da fuerte abrazo-
-Bien... que tal tío? Responde Gabriel casi sin aire del fuerte abrazo de Kevin.
Solo hacía dos semanas que no se veían, Kevin quería mucho a Gabriel, eran amigos y compañeros desde que tenían uso de razón. Eran cómplices en sus travesuras y se contaban absolutamente todo lo que les pasaba. El lazo entre ellos era muy fuerte, como de hermanos, aunque algunos días Gabriel se quejaba de lo sobre protector que podía llegar a ser su amigo.
Siguieron hablando mientras se dirigían a clases, pero Kevin notaba algo extraño en Gabriel, algo inusual, sabía que había alguna cosa que no estaba bien en su amigo o que le preocupaba algo.
Al salir de clases, Kevin comenzó a contarle las anécdotas de sus vacaciones de las últimas dos semanas, pero Gabriel no estaba precisamente prestándole atención.
-Y entonces lo aplasto un camión- Dijo Kevin levantando la voz para captar la atención de Gabriel.
¿A quién? ¿El qué? -Pregunto Gabriel un poco desorientado.
-Te pasa algo? No has escuchado ni una sola palabra de lo que he dicho- dijo Kevin mientras golpea no muy fuerte el hombro de Gabriel.
-Auch! Grita de dolor al sentir el golpe de Kevin sobre su hombro
-Hombre... sí a penas te he tocado! Le dice Kevin sorprendido por la reacción de Gabriel.
Entonces se levanta un poco la manga de la camiseta y le muestra un golpe en su hombro.
-Otra vez con las pesadillas? ¿Te has vuelto a caer de la cama? Le pregunta Kevin con cara de preocupación por su amigo.
-Si- responde mientras mira el suelo con el semblante preocupado.
ESTÁS LEYENDO
Neudum, Tierra Mágica y Eterna
Fantasy¿Qué pasaría si un día cualquiera descubrieras que toda tu vida ha girado alrededor de un engaño?? ¿Qué ha sido una gran mentira y que nadie, ni siquiera tú eres quién has creído ser todo este tiempo? Desde niño Gabriel ha sufrido pesadillas; ha vis...