4

459 39 4
                                    

El miedo estaba apoderándose de ella, podía sentir la respiración de él sobre su cuello, podía sentir el roce de sus dedos por la longitud de su brazo izquierdo, hubiese querido apartarlo con todas sus fuerzas, pero su miedo la había dejado tal cual un maniquí, quería que sus piernas respondiera y suplicaba a Dios que nada malo le pasara, ella no era religiosa pero en ese momento solo quería escapar de una segura violación, no quería perder su virginidad de esta manera, no quería sentir ese vacío que muchas mujeres e incluso algunos hombres sentían, deseaba que su madre estuviese  a su lado, que la protegiera, que su padre golpeara a ese individuo hasta morir, pero eso no iba a ocurrir, cerro con fuerza los ojos haciendo resbalar todas las lágrimas acumuladas; intento moverse, su cuerpo no respondía, sin embargo seguía sintiendo esos dedos en su brazo y la respiración en su cuello.

Le parecía extraño que aquel hombre no intentara nada mas, que solo se dedicara a eso ¿o es que quería tranquilizarla? Cuando sintió unos labios en su cuello supo que él iba a hacerlo, que él solo buscaba una cosa de ella, quería suplicar que no lo hiciera, quería que él se diera cuenta que le iba a causar daño a ella, pero cuando intento hacerlo un sollozo se escapo alertando a su atacante, de inmediato Blake se separo y por fin la visualizo, sus ojos seguían echando lágrimas como si fuesen un grifo, sus mejillas estaban pálidas por el esfuerzo de no soltar ningún sollozo que la delatara, había un leve temblor en sus hombros, ella estaba asustada, y todo era por culpa de él y de nadie mas que él

—Mierda... Alessandri, joder, yo jamas te voy a hacer daño, no me temas cariño, yo no haré nada que tu no quieras hacer, pero de algo debes de  estar muy  segura, tu no saldrás de aquí —su voz era segura, no era un juego, el no le iba a hacer nada, él no iba a intentar algo raro con ella, eso ya lo tenia muy claro, pero también estaba segura que lo de no dejarla ir era muy pero muy enserio, ella estaba secuestrada, por suerte ella aun llevaba su teléfono celular, podría llamar a sus padres, podría decirles todo, y eso lo haría cuando él se fuera, ella no era tonta, o quizá si... Miro como Blake le había quitado su celular con tan rapidez, suspicacia y agilidad de su cartera, miro como lo tiraba a un vaso con agua, haciendo que este se arruinara, quiso reprimir un sollozo, hoy estaba llorando mucho, no quería verse débil pero por mas que intentara, no podía dejar de llorar, estaba secuestrada, sus padres no tenían suficiente dinero para un rescate, y ese hombre, oh Dios, todo esto era su culpa, ella se había servido en bandeja de plata, entregándose a su propio secuestrador, ella lo había incentivado a que la llevase a ese lugar tan lejano. Sabia que su padre no se iba a rendir nunca en buscarla, haría todo lo que estuviese a su mano, pero su madre, de ella no podía confiar, ella era pesimista, y seguro se iba a rendir muy fácilmente, ella diría que ella ya esta muerta, y que ya no valdría la pena seguir buscando a alguien que ya no esta en este mundo, seguro y le iba a hacer una tumba.

—¿pero por qué?... Mis padres no tienen dinero... Pero.... Por favor deja que me vaya, te prometo que no le diré nada a nadie... —el la miro, sus ojos eran tan oscuros como su cabello, su mirada era como la de una vestía mirando a su presa, temió por ella, no quería que él le hiciera daño.

—¿que te hace pensar que quiero dinero? Mira donde estas parada ¿crees que lo necesito? Hace mucho tiempo que te he estado buscando, y ahora que te he encontrado no voy a dejarte ir —el lugar era fascinante, y por alguna razón sentía que ya había estado en este lugar, pero eso no quitaba que él quería tenerla a la fuerza.

—nunca te he visto... No te conozco... Por favor no hagas esto... Tarde o temprano todo se sabrá... No vale la pena, de verdad no lo vale... —el sonrió de medio lado, se burlaba de ella, disfrutaba de su dolor, disfrutaba mucho de lo que ella estaba sufriendo, en ese momento, ella sintió asco por él, él solo era un ser despreciable, quería escupirle la cara, pero no quería recibir un golpe, no quería sufrir mas de lo que ya estaba  haciendo....

El ÚltimoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora