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Blake camino de un lado a otro, estaba a punto de transformase y reclamar lo que era suyo, pensar que ella estaba al lado suyo, sentir su aroma, y no poder hacer nada, lo abrumaba, pensar que ella vistiese su ropa, y que solamente era suya le volvía loco, quería abrir su puerta y hacerla completamente suya, sentirla y recorrer su piel para que jamás se olvidase de su aroma, de su tacto, que hacerla gozar y que gritase su nombre, para luego marcarla y no dejarla ir nunca

-Tranquilizate Blake -respiro hondo, podía escuchar sus movimientos al despojarse su pequeño vestido, podía escuchar como se ponía su ropa, todo esto le estaba superando, y sin pensarlo se transformó y salió corriendo al bosque, gruñó al saber que al poco tiempo ya se había cansado como si estuviese viejo a punto de morir, era un lobo, podia vivir todo lo que él quisiera, pero la única que podía alabarlo era su pareja eterna, esa ir tenía en su casa, hubiese deseado tenerla, poseerla, y beber de su sangre


Alessandri vio por la ventana a aquel lobo, no se extrañaba que hubiesen lobos en el bosque, lo que le extrañaba era que ese lobo fuese tan grande, tan inmenso y rápido, que tuviese ese pelaje tan brillante, por un momento lo envidio, él podía ser libre, podía disfrutar de la brisa mientras corre por el bosque, podía cazar y comer, pero ella estaba encerrada, encerrada por las garras de Blake, era irónico todo lo que le había pasado, ya casi era de día y sus padres seguro que no tarden en despertar e ir a su habitación para decirle que ya debe de ir a desayunar, y ahí se darán cuenta que ella no está y la comenzarán a buscar, tenía las esperanzas que dentro de unos días estaría en los brazos de su madre y de su padre, pero ahora estaba con Blake, ese hombre que la había cautivado, había sentido su sensualidad en su mirada, pero la había acorralado como una presa, la miraba como carne y pronto sería comida, se divertía con ella, lo odiaba

Miro la puerta del balcón y camino hacia ella, estaba cerrada, suspiro, debia de hacer algo antes de todo, y sin pensarlo tomo el vado que había en el estante y lo tiro a las paredes de vidrio, haciendo que este se quebrara y volaran trozos de cristal se tapo el rostro, la pared seguía ahí, intacta, y el vado roto estaba esparcido por toda la habitación.

—Mierda, eres una tonta Alessa —dijo mientras miraba su brazo donde un cristal se había quedado, gruñó del dolor y tomando el cristal, lo saco, pero no sé espero que Blake llegase en ese preciso momento

—¿Que has hecho Alessandri?— estaba tenso mirando como la sangre escurría por su brazo, trago saliva mientras se acercaba a ella, Alessa se alejó tan rápido como pudo pero él fue mucho más veloz y tomando su brazo la hizo que se acercara un poco más y pudo su rostro en la herida

—¿¡Qué haces!? ¡Estas loco! Sueltame— gritaba mientras Blake se deleitaba con su sangre, tan pura y fresca, jamás se había sentido tan vivo, bebía la sangre de su pareja eterna, la disfrutaba.

Su lobo interno quería salir, se alejó en ese preciso momento, ella no debía de saber nada, debía de controlarse

—Lo lamento—dijo antes de cerrar la puerta con llave y dejarla a ella sola

—¿Pero que...?—dijo ella al ver su herida completamente curada

Espero y les guste, este nuevo capítulo

Atte. F

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