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Todos los hermosos momentos que vivimos juntos... 

Los recordaré.


Chanyeol persigue a Sehun por el pequeño jardín de su casa. Ambos sonríen y gritan exaltados con las mejillas coloradas un las traes cuando sus pequeñas manos tocan con inocencia sus cuerpos.

Desde la puerta, al otro lado del patio, Yoora mira la tierna escena de un juego de niños con una sonrisa en rostro, al igual que su padre.

—¿Cuándo se le dirás? —hablo el señor Park tranquilamente, tomando su café.

—¿Decir qué? —pregunta Yoora confundida, mientras ve a Sehun caer con Chanyeol al pasto y estallar en risas. Ella solo sonríe.

Sung-gin la mira con una mueca y se masajea la sien con cuidado, preparándose para dar aquel sermón que ambos conocen de memoria.

Porque los secretos nunca se olvidan.

—Que Sehun no es tu hijo biológico, que no son familia.



Yoora se congela y hace una mueca, maldiciéndose interiormente.

Tres años han pasado desde que Sehun llegó a su vida, tres duros años en los que miles de preguntas rondan por su mente. ¿Qué debería hacer? Esa es la primera de todas, su bebé aún es tan frágil e inocente. ¿Cómo tomará el hecho de que fue encontrado por una adolescente becada de 19 años en los basureros de los barrios bajos de Busan? ¿Chanyeol lo seguirá queriendo de la misma forma? No tiene idea, pero tampoco quiere averiguarlo.


Sonríe dolida, recordando la primera vez que su niño alzó sus pequeños brazitos al verla: sus primeras palabras, la primera vez que la llamó mamá, sus primeros pasos, sus primeros besos de buenas noches y aquellos abrazos sinceros cada mañana. Incluso, sus primeros retratos mal hechos colgados en el refrigerador de la cocina, de ellos dos juntos, de su familia.

Yoora miro a su pequeño y decidió ocultar toda la verdad una vez más, justo como lo hizo con su madre.



—Chanyeol y Sehun no tienen porque enterarse, papá. 

don't tell your mother ; chanhunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora