Historia 1: Dar la vida por ti.

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~Pequeñas notas antes de empezar a leer~

Pues, primero que nada, esta historia me pidió una persona (que por cierto, quiero mucho, hola si lees esto.) y que tuviera 3 características especiales: 1-Un personaje es ciego, 2-El otro sabe artes marciales, 3-Que desarrolla en un "apocalipsis zombie."
Hice mi mayor esfuerzo, lamento si quedó muy empalagoso, tierno, no sé. No suelo escribir este tipo de cosas, y bien, a mi parecer quedó muy triste.
Bueno, disfruten la bella historia triste, bye, jiji.

* * * * * * * * * *

El ambiente era muy extraño, las calles se encontraban desoladas, a pesar de que se estaba viviendo un momento difícil, las calles no estaban infestadas de zombies (como de costumbre) al contrario, todo se encontraba demasiado tranquilo.
Dos chicos se encontraban sentados dentro de un establecimiento, que anteriormente pudo haber sido un restaurante de comida tailandesa. La chica había revisado cada uno de los rincones para asegurarse de que no hubiera nada que pudiera dañarla a ella y a su pareja, ya que el chico no podía defenderse bien, ya que era ciego.

-Cariño.- El chico murmuró, buscando con sus manos la cara de la chica.-
-¿Qué sucede?- Respondería ella, tomando sus manos y guiándolas hacia su cara.-
-No quiero que sigas haciendo esto.-Comenzaría a tocar sus mejillas, haciéndole un pequeño masaje con sus pulgares.-
-¿Qué cosa?- Ella sólo lo miraría con ternura, mientras se acercaba para abrazarlo.-
-Protegerme. – Hizo una pequeña pausa mientras tomaba las manos de la chica, suspirando.- Ambos sabemos que no podré sobrevivir más. Soy muy inútil, soy ciego y estúpido. Es una muy mala combinación, lo sabes, ¿cierto?- Se quedaría callado unos segundos, y al no recibir respuesta de la chica, continuaría.- Tú, en cambio, eres fuerte, inteligente... y eres una pequeña karateka. –En forma de broma, el chico reiría, mientras ella trataba de aguantarse las lágrimas.-
-No digas eso de ti, eres demasiado capaz. –Su voz sería entrecortada, mientras el chico se acercaba para abrazarla fuertemente, aferrándose a ella.-
-No discutiré contigo, sabes que lo odio, cariño. –Ambos se quedarían abrazados por un momento, sin decir una sola palabra.-

El ambiente entre ambos hacía que la catástrofe no fuera tan terrible, sabían que mientras se tuvieran el uno al otro todo estaría relativamente bien. A veces parecía que las cosas eran como antes, los dos acostados en la cama, escuchando música, abrazándose y hablando sobre cosas raras, que era su costumbre.
Ella siempre le decía como eran las cosas, ayudaba a que el chico tuviera una imagen en la cabeza de lo bello que era el mundo. Pero ahora con todo lo que había pasado, ya no lo hacía. No había abierto la boca sobre el ambiente, no quería que él tuviera esas imágenes tan espeluznantes en la cabeza, ella se conformaba con el simple hecho de saber que él no estaba viendo esa pesadilla: todos esos lugares hermosos de la gran ciudad, destrozados, cubiertos de sangre y cadáveres.

Ambos se quedaron dormidos, pero tan sólo 5 minutos después, la chica se levantó y acomodó al chico, para que pudiera dormir cómodo, mientras ella hacía guardias, como siempre. Recorría el pequeño restaurante, volteando simultáneamente a ver a su amado, que yacía dormido en el piso, con una mochila simulando una almohada.  La noche fue tranquila, así que la chica también se dispuso a dormir, porque no creía que fuera a haber ningún zombie por ahí; las puertas eran demasiado pesadas y si se azotaban, no podrían abrirse con facilidad después.  Alrededor de las 4 de la madrugada, la chica se levantó por un fuerte estruendo que escuchó en lo que antes era la cocina; al mirar a su costado izquierdo, notó que el chico no se encontraba a su lado, se alarmó y rápidamente se levantó, sin tomar ninguna cosa y corrió hacia la cocina. Al llegar ahí, vio al chico en el piso, se había tropezado con una estantería y varias cosas habían caído de ella, el chico trataba de encontrar con las manos un lugar para recargarse y levantarse.

-¡Derek! ¿Qué haces? –La chica, bastante preocupada, corrió hacia donde se encontraba, lo ayudaría a levantarse, quitando las cosas que estaban a su paso para que no volviera a caerse-
-Lo lamento... yo pensé que podría dar una pequeña caminata y...–Fue interrumpido por la chica, que había puesto su dedo índice en los labios de este.-
-Hiciste demasiado ruido, debemos salir de aquí. –Comenzaría a susurrar, mientras le ayudaba a salir de la cocina, acercándose a donde se encontraban anteriormente para tomar sus cosas.-
-Yo... Perdón, soy un idiota. –La chica le daría un tierno beso en los labios rápidamente, mientras él sólo se quedaba parado, esperando que ella le dijera si podía moverse o no.-
-No debes pedir perdón ahora, sólo debemos salir. –Cuando terminó de decir aquello, escuchó varios gemidos de dolor fuera del establecimiento y comenzó a preocuparse.-
-No pudieron ser tan rápidos... -Dijo el chico al haber escuchado lo mismo, dirigiendo su cabeza hacia la puerta delantera.-
-Tenemos que salir por la puerta de la cocina, vamos –La chica fue interrumpida, varios zombies comenzaron a entrar por la puerta, era una gran horda, por lo tanto pudieron entrar sin tanto problema.-
-Mierda... Corre, corre ¡cariño, vete de aquí! –El chico comenzó a gritar al haber escuchado la puerta abrirse, mientras caminaba hacia los zombies.-
-¿¡Qué demonios haces!? ¡No me iré sin ti, lo sabes! –La chica gritó desesperadamente, mientras se acercaba a él, jalándolo hacia la cocina.-
-Yo te metí en esto, yo te sacaré. –El chico se soltó del agarre de la chica. Los zombies cada vez estaban más cerca de ellos, no se movían ni muy lento, ni muy rápido, dándoles tiempo de pensar sobre qué hacer.-
-¿Qué mierda haces? ¡No! –Un zombie se acercó rápidamente hacia la chica, tratando de tomarla por el cuello, pero ella lograba esquivar cada vez que trataba de tocarla.--Te amo, ¡sé que no es el momento adecuado, pero debo hacerlo! –El chico comenzaría a tantear por su espalda la puerta que se encontraba detrás de él y jalaría con fuerza la manija para abrir la pesada puerta que daba hacia el callejón que se encontraba detrás del establecimiento, después jalaría el brazo de la chica y la pondría detrás de él, a continuación giraría para quedar frente a ella, le daría un rápido abrazo y un pequeño beso en los labios y en la frente.- Vete, ¡por favor vete!-
-¿Por qué estás haciendo esto? ¡Derek! –Los zombies comenzarían a jalar al chico, tratando de separarlos a ambos. Sin pensarlo dos veces, empujó a la chica fuertemente hacia el callejón, mientras respondía a su pregunta.-
-Por ti, ¡porque te amo! –Al terminar de decir eso, la puerta se cerraría estruendosamente, la chica caería al piso y lo último que vería sería el cuerpo de su novio siendo jalado por todos los zombies que tendría detrás.-
-¡Derek! ¡No! –Se levantaría rápidamente y comenzaría a golpear la puerta, pateándola y tratando de abrirla, velozmente, lágrimas comenzarían a recorrer sus mejillas.- No, por favor, no es cierto, ¡esto no está pasando! –Hablaría para sí misma, mientras cerraba los puños y golpeaba de nuevo la puerta, llorando fuertemente.-

Detrás de la puerta, ya no habría ningún sonido, se escucharían pasos alejándose de la puerta, y la chica también se quedaría callada.
Después, todo se quedaría en completo silencio.

Momentos después, la chica se dejaría caer al otro lado, llorando y pronunciando unas palabras por lo bajo.
-Gracias, Derek, te juro que sobreviviré, sólo por ti. Te amo mucho más. –Se levantaría lentamente, y recargaría ambas manos en la puerta, unos segundos después se limpiaría las lágrimas de las mejillas y se daría media vuelta, alejándose de ahí, de el lugar donde su amado había dado la vida por ella.-

* * * * * * * * * *

Bueno, pues, espero la historia les haya gustado, ahora que la estoy editando, no está tan sad como cuando la escribí, pero bueno, igual, gracias por tomarse tantito tiempo para leerla, se les quiere.

~María. <3

[Historias cortas.]Where stories live. Discover now