Historia 3: Tu peor enemigo.

32 0 2
                                    

~Pequeñas notas antes de empezar a leer.~

Hola, ¿qué tal?  Esta vez, esta historia no la pidió nadie. (sí, están pendientes 2 historias aún, procuraré subirlas antes de el próximo fin de semana, pero la verdad tengo un bloqueo en 1 historia y en la otra ni siquiera sé cómo empezar.) Esta historia, o más bien, pequeño "relato" o lo que sea, lo hice para mí misma, porque últimamente mis sentimientos han estado demasiado mezclados, espero les guste, y todo eso. 

* * * * * * * * * *

Las personas solemos pensar mucho, cuestionarnos casi todo lo que nos rodea, desde nuestra infancia, hasta nuestra vejez. Todo el tiempo nos preguntamos cosas, de las más estúpidas hasta las más profundas, pero esto varía dependiendo la persona, porque como se dice: "Cada cabeza es un mundo." Y eso es totalmente verídico. 

Pero, en otro contexto, yendo hacia las preguntas sobre los sentimientos, como (por ejemplo) "¿Por qué amamos? ¿Por qué odiamos? ¿Por qué lloramos?" Todos nos preguntamos este tipo de cosas la mayor parte del tiempo, nos confundimos sólo por estos sentimientos que al principio pueden ser tan insignificantes, hasta volverse cosas que nos hacen quedarnos despiertos todas las madrugadas, sentados en la cama pensando el por qué.

Los sentimientos que más me han hecho hacerme estas preguntas son la culpa, la traición, la decepción, el enojo, la tristeza. ¿Por qué debo pasar yo este dolor y los demás, ser casi completamente felices mientras yo me hundo en la tristeza? ¿Por qué yo no puedo olvidar tan rápido como otras personas? ¿Por qué no me quito este sentimiento de culpa? No lo sé. 
Cada día me levanto con sentimientos revueltos, alegría, aburrimiento, tristeza, melancolía, apatía. Llego al lugar donde en algún momento fui muy feliz y comienzo a distraerme, pero un momento de silencio, comienzo a recordar, a imaginar y a extrañar.

La alegría es limitada, nunca nadie en verdad es totalmente feliz. Todos suelen demostrarlo, riendo, platicando, bromeando; haciendo básicamente, cosas que alguien feliz y normal haría. 
Pero, inmediatamente al llegar a este momento de soledad y silencio absoluto, es cuando nuestra propia mente empieza a herirnos. Comenzamos a pensar cosas que no deberíamos, empiezan a dolernos cosas que pensamos que habíamos superado.
Hay algo que nos carcome la conciencia, pero no sabemos con exactitud qué o quién es. 
Los sentimientos encontrados en ese momento nos confunden, nos confunden completamente y queremos buscar ayuda, necesitamos a alguien que simplemente nos escuche, pero realmente nunca nadie lo hace. Todos están tan perdidos en su mundo y sus problemas, por eso, sin quererlo, somos egoístas "¿Por qué piensa esto sobre sí mismo si tiene otras tantas cualidades?" Pero es un sentimiento inevitable.

El egoísmo, el odio, el rencor, todos esos malos sentimientos son los causantes de esto, dan vueltas y vueltas en nuestra cabeza, repitiéndonos una y otra vez cómo arruinamos una cosa, tratamos de que no nos afecte, pero no funciona, al menos no por un largo tiempo.

Tarde o temprano, esos sentimientos que tanto te guardas para ti mismo, saldrán a la luz. 
Da igual si estás rodeado de gente o no.
Si estás en un momento importuno.
Todo eso no importa.
Porque tu mente, no te ayudará, porque tú no la ayudaste cuando debías, reprimiste absolutamente todo lo que debiste decir o sentir al momento.

Y en cuanto lo hagas, explotarás.

De un modo totalmente doloroso.

Sucede tarde o temprano, pero es un hecho, siempre sucede.

¿Y por qué? Porque la mente es tu peor enemigo. 
Pero, nunca podrás esconderte ni salvarte de ella, porque es parte de ti, y tú eres quien más daño se hace a sí mismo.

* * * * * * * * * *

Bueno, siento que esta historia no tiene pies ni cabeza, pero tenía la necesidad de escribirlo, porque sé que todos en algún momento nos hemos sentido así. 
Sin más que decir, espero que les haya gustado, nos leemos después, ¡adiós!

~María. <3

[Historias cortas.]Where stories live. Discover now