¿Tener razón? ¡Eres tú la que tiene su corazón! (Parte 1)

643 43 9
                                    


- ¡Gracias Asahina, tomaré en cuenta tus consejos! - exclamaste a la joven de piel morena después de que terminaran con sus actividades del club de natación y ella junto a Sakura se marcharan. Tú por tu parte ya portabas tu uniforme habitual y estabas de píe en la puerta del aula donde recientemente habías dejado tu mochila con algunas de tus pertenencias, ya ibas con poco tiempo para llegar a casa y honestamente agradecías bastante el que no te hubieras tropezado con Togami en el camino sólo para recibir su enojo entre otras quejas o el que Ishimaru no te hubiera escuchado gritar en los pasillos, cualquiera de estas dos cosas te hubiera quitado más tiempo del que no tenías y... Eran molestas, además.

Ya dentro del salón fuiste directamente hasta tu mochila, tomándola para echarla encima de tu hombro sin ninguna precaución y tomando en cuenta la prisa que llevabas, observando como una hoja aparentemente doblada en dos o cuatro partes se deslizaba de un lado de la mochila hacia el suelo, dejándote con la intriga por un momento, seguido de que te inclinaras para recogerla, pues en el suelo no se podía quedar por mucho.

... Todo había comenzado en esa tarde, como cuando te habías decidido a recoger aquel papel a pesar del poco tiempo que tenías, inclinándote para tomarlo y dándote un nada suave golpe en la cabeza al ya tenerlo entre tus manos y levantarte, golpeando tu cabeza con la mesa que se encontraba enfrente tuyo...

-¡Ouch!- exclamaste por el repentino golpe llevando también tu mano hasta tu cabeza para poder sobarte... Escuchando unas risas detrás tuyo y volteando entonces todavía con una de tus manos en tu cabeza y la otra sujetando el papel que acababas de encontrar...
... Eran Leon y Mondo los que estaban allí, el pelirrojo riendo mientras el otro de ridículo peinado no podía contener una sonrisa que demostraba eso también le parecía divertido.
-¡Kuwata, Oowada! ¡No se burlen, no fue divertido! Eso dolió... - Te quejaste con un puchero casi infantil, más que nada por la vergüenza de haber sido visto así que por otra cosa.
-Claro, claro... - Por su parte el pelirrojo sólo continuó riendo, como si esa fuera la cosa más divertida del mundo, alejándose entonces con el motociclista a quien le dio unas palmadas en el hombro.
... Vaya no podías creer que compartieras clase con esos dos idiotas desconsiderados, ni siquiera se habían preocupado por si tú estabas bien...Y Leon era... Leon era un idiota, seguramente no tardaría en contárselo a alguien más como Yasuhiro o Enoshima y eso terminaría siendo un chiste... Esperabas que no... Aunque la posibilidad siempre quedaba abierta.

Diste un suspiro, lo único que querías era llegar a casa y no le ibas a ofrecer la completa atención a algo tan tonto como el que esos dos te hubieran visto al golpear tu cabeza con el escritorio, sólo había sido un accidente, cosas que pasaban... Con otro suspiro y sin pensar echaste aquella nota en tu mochila, ya lo único que querías era partir en dirección a tu domicilio y después te podrías preocupar por qué era lo que hacían Leon y Mondo a esa hora... Que deseabas no fuera espiar en el vestidor de chicas u observarlas mientras estaban en natación, lo que era igual de malo... Tal vez era sólo que ese golpe en la cabeza te había dejado algo paranoica... O algo así.

En el tiempo que tenías previsto llegaste a tu casa, saludando con ese clásico "¡Mamá, papá! ¡Estoy en casa!" que, aunque casi nunca recibía respuesta igual decías y, entonces subiendo hacia tu habitación para poder quitarte el uniforme y usar algo más cómodo.

Te detuviste al pasar frente a tu espejo para revisar el golpe en tu cabeza, levantando tu flequillo para así revelar tu frente y hacer una mueca, con la yema de tus dedos habías tocado aquella mínima protuberancia que brotaba de tu frente y esto había resultado en...

-Auch...- no se veía tan mal, era algo que seguramente con hielo se quitaría, mas, esto no significaba necesariamente que no doliera. Negaste con tu cabeza al alejar tu mano... Y pensar que todo eso había ocurrido gracias a que habías decidido levantar aquella no... ¡La nota! Cierto, que aún estaba dentro de tu mochila.

Por un momento dejando de lado eso de cambiarte fuiste rápidamente a donde tu mochila, levantándola para en ella buscar la nota y encontrándola enseguida, pues había caído al frente de los libros que cargabas.

Tomaste una larga respiración, con compañeros tan peculiares nunca sabías lo que podías esperar, podía ser cualquier cosa, quizá algo que ni era para ti y por error había terminado en tus manos, tal vez era una amenaza de muerte o una invitación a algo, ¿Una carta de amor, quizás?... Sorprendentemente, sí... Era esto.

...O lo más parecido que habías recibido.

Sorprendida leíste una a una las palabras que en esta decía, sin poder evitar ruborizarte antes de que una sonrisa entre estúpida y divertida se posara en tus labios.

-¿Qué?- en base a tu sorpresa llevaste tu mano hasta tus labios, cubriendo la sonrisa y parte de tu rubor mientras tu mano temblaba un poco, te sentías como una niña pequeña recibiendo una carta de su "enamorado"... Era tan... Era tan...

¡Era tan tonto! ¡Era tan ridículo que no podías creerlo! También era un poco aterrador... Pero a la vez... A la vez era tan lindo...

Te sentaste sobre tu cama leyendo y releyendo esas palabras una y otra vez, el hecho de que hubiese empezado con tu nombre ya te daba una pista suficiente de que eso si era para ti, con un lenguaje bastante formal y "caballeroso" él (¿O tal vez ella?) citaba alguna de las cosas que le gustaban de ti, "razones por las cuales le gustabas", al final resumiendo todo en un "¿Acaso es mucho pedir razón cuándo sabes que eres tú la que tiene mi corazón?", firmando todo con un "-Tu admirador secreto".

Cursi. (Mondo Oowada x Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora