El campamento

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Bianca "Como si el tiempo no existiera"

Dios.

No sé que escribir.

Me estresa.

Las palabras en negrita sobresaltaban en la pantalla blanca de la computadora. Mi ensayo para literatura era un verdadero fracaso.

Siendo realistas ¿Qué clase de persona, o mejor dicho que clase de profesor, pretende que escribas sobre la felicidad? No estabamos en filosofia. Se supone que tiene que darnos un texto, que ya leído para despues analizarlo. Eso es todo. Nada que no sé pueda sacar de argumentos de la historia. 

"Ser feliz es terminar este trabajo"

Teclee para luego terminar borrandolo. El maldito cursor seguía ahi, titilando, rogando que mis neuronas se reactivaran, como hace meses, y escribieran cualquier estupidez que sirviera para esta materia.

Todos los problemas semanales, las elecciones, Sofia, las peleas entre Iago y mis padres, me habían distraído de mis verdaderas obligaciones. Mi abuela se mudo a casa, mañana teníamos el campamento, aparte de tener que entregar este trabajo, y la resolución de los votos para presidente de la clase. Asi que prácticamente estaba por entrar en colapso. No era que no estuviera acostumbrada a estar llena de actividades, solo pasaba que últimamente estas cosas me ponían demasiado sensible e histérica.

¿Sére yo el problema?

No, eso no tiene lógica. Yo soy muy feliz.

— ¿Bianca? — Mi abuela llamó a la puerta de la habitación sacandome de mis pensamientos— Tocaron el timbre ¿Podes atender?

— Si, enseguida bajo — Afirmé cerrando mi netbook.

Baje rápidamente dando fuertes golpes sobre los escalones, y atravesé el hall de la casa decorando con sillones de antiguedad, y un hogar eléctrico que irradiaba calor a toda la casa. Dejé entrar una fría ráfagas al abrir la puerta, y me dispuse a eliminar al molesto invitado.

— ¿Qué haces acá? — Dije cuando lo vi apoyado sobre el marco de la puerta — Acaso sos masoquista ¿Querés morir a tan temprana edad?

El arqueó las cejas — Solo sería masoquista por vos rubia. Si el destino señala que tengo que morir por vos, entonces no puedo hacer nada al respecto — Guiño su ojo, con una sonrisa ironica entre sus labios. Yo bufé ante sus estúpidas palabras, a lo que el aprovechó para intentar pasar. 

Lo detuve antes de que fuera capaz de poner un pie en los pisos de parqué.

— No podes pasar. Mi abuela esta en casa 

—¿Y? ¿No me dijiste que tenía alkzeimer? — Miro el interior del living comprobando que ella no lo escuchaba.  

—No podemos arriesgarnos — Contrarresté empujandolo afuera. El se resistió.

— Vamos Bian. Toma una vez un riesgo en la vida. Una vez. Por mi 

— Esto debe ser broma — Frunci el ceño y sostuve mi cabeza con una mano — Siempre estoy en problemas por tu culpa, hace menos de 24hrs que me dejaste con la discusión más grande de mi existencia. No estaa vez. Te vas — Ordené firmemente.

Me miro desafiante, provocandome, tratando de moverme a un lado. No iba a contar con mi aprobación, no otra vez, no iba a ganar. Sus manipulaciones no darían resultado, me negaba a hacer que funcionaran en mi.

Yo no tenía intenciones de dejarlo afuera tiritando de frío, pero si eso hacía que volviera a mi asignación de responsabilidades, entonces lo haría con gusto. No podía darme el lujo de bajar los brazos en mi último año, el más importate, el que definiría el resto de mi vida como médica egresada en la Universidad de California.

Wild BitchesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora