-Travesía juntos

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Era increíblemente hermoso todo lo que me rodeaba, el rostro de Goku se veía realmente iluminado, parecía un niño, hacia relucir que en su interior habitaba una calma y paz única, parecía muy relajado, estaba cautivada.

—¿Ves esa nube?— Apuntó mientras flotábamos en medio de ellas interrumpiendo mi pensamiento.

—Sí, logro divisarla.— Respondí enérgica.

—¡Tiene forma de perrito!— Prosiguió él riendo. Su alma era la de un niño.

—Bueno, creo que es hora de irnos.— Sugirió Goku con su alegría característica. —¡El lugar que quiero enseñarte debes verlo de día!.— Exclamó iniciando su vuelo a toda velocidad conmigo en sus brazos.

Me hallaba bajo una hipnosis, no podía evitar ver como su cabellera negra azabache se movía en conjunto con el viento, sus ojos y labios. Tal parece que fui levemente sutil al hacerlo, ya que Goku rápidamente me miró.

—¿Que ocurre?, ¡¿tengo algo en la cara?!.— Vociferó alarmado.

 Desvié mi mirada rápidamente y mis mejillas comenzaron a tornarse de color rojo.

—N-no es nada.—Tartamudee.

 Mantuve la esperanza de que no se diera cuenta del cambio de color en mi rostro, Goku sin más, comenzó a reír.

—¡Mira!, ¡ya vamos a llegar!— Exclamó riéndose Goku, al parecía ansioso por llegar a aquel lugar.

Luego de unos minutos de vuelo, ya nos encontrábamos aterrizando en el lugar destinado, parecía ser un bosque, bastante lejano a la ciudad, estaba en excelentes condiciones, repleto de arboles que decoraban su fachada, era una zona bastante extensa. No parecía haber sido manipulado por el hombre.

—¿Y este lugar?— Pregunté mirando de un lado a otro confundida y ensimismada. —vaya, es realmente hermoso no puedo creerlo.— 

Al decir esto Goku me observó, inhaló hondo, cerro sus ojos y sonrió calmadamente.

—Este es un lugar que nadie más conoce, cada vez que puedo, vengo solo a meditar y despejar mi mente, después de todo un entrenamiento no esta completo sin tener una mente fuerte y clara— Explicó.

Un sentimiento de dicha y nostalgia pareció apoderarse de él.

—La demás gente no puede acceder a este lugar ya que se encuentra protegido por una cerca, por lo cuál solo puedo acceder volando.— Aclaró el saiyajin mientras apreciaba su alrededor.

—Bueno, con su lejanía,  imagino que nadie nunca lo ha visto o ha tratado de atravesarlo.— Espeté muy curiosa.

—Eso espero.— Manifestó Goku sonriendo mientras apreciaba el cielo.

 Inhalaba el aire puro que emanaba aquel lugar.

Me encontraba muy confundida ¿porque me habrá traído hasta aquí?, si es un lugar tan especial para él, si dice ser desconocido por otros, probablemente siquiera Milk pudo ser la excepción, ¿debería preguntarle?, no, parecerá muy raro y repentino, ¡Bulma detente con las idioteces!.

Desperté luego de estar inmersa en mis pensamientos y ví que el pelinegro había dado unos pasos para luego acostarse en el césped y seguir mirando las nubes, me dirigí a él sentándome su lado.

—Oye Goku.— Dije silenciosamente.

 A pesar de tener confianza con el, me ponía nerviosa estando a su lado. Goku sin decir nada, me miró directo a los ojos, al parecer le gusta hacer eso. 

—¿Por qué me trajiste hasta aquí?.— Consulté fingiendo determinación y correspondiendo a su mirada.

—Cuando estábamos en el laboratorio, no te veías bien, además, me preocupe mucho cuando lloraste, sentí que necesitabas distraerte, salir de ese lugar un momento, no sé que tan efectivo sea realmente un abrazo.— Volvió a mirar el cielo pensativo tocándose la barbilla.

Parte de mí [Goku X Bulma] °En Edición°Where stories live. Discover now