Parte de mí [Goku X Bulma] °En Edición°

¡Cita!

Bulma pasó de estar sorprendida a reír y mirarme con los ojos brillantes, no sabía a que se debía su cambio tan repentino de ánimo, bueno, así son las mujeres... creo. Me separé de ella y solo la miré dudoso.

—A Yamcha tuvo que haberle dolido el orgullo.— Continuó riendo. —¡Así se hace Goku!— Celebró ella con un puño de victoria.

Rasqué mi cabeza, seguía sin entender. Aquella reacción era algo que no esperaba, correspondí a su sonrisa contagiándome de su buen humor.

Bajó su mirada hacia mi pecho, estaba con heridas, quemado y mi traje gastado.

—¿Qué fue lo que ocurrió?— Preguntó levemente seria arqueando una de sus cejas. —¿Estuviste entrenando de nuevo?— Dudó en un tono neutral inclinándose hacia mí.

Pareció analizarme detenidamente unos segundos. Abrió sus ojos alarmada.

—No me digas que Yamcha...— Apuntó mi pecho.

No pude evitar ponerme nervioso y reír con una gota de sudor sobre mi frente.

—¡No te preocupes Bulma!, fue a causa del entrenamiento.— Mentí. Después de todo, habíamos acordado no decir nada con Yamcha.

Bulma sin decir nada, corrió hacia una habitación de su casa y llegó con un envase extraño, se echó un líquido espeso color blanco sobre la palma de su mano y me observó.

—Quítate la parte superior del traje.— Ordenó.

Mis mejillas se sonrojaron, ¿qué quería hacer?. Nuevamente mi estómago comenzó con esas sensaciones extrañas.

—Vamos, ¡O tendré que hacerlo yo!— Advirtió ella.

No quería que se enojara y me golpeara, por lo cual, obedecí rápidamente.

Bulma se acercó a mí, no podía creer lo rápido que me ponía nervioso. Sin poder evitarlo, miré sus labios, supongo que mi cara estaba completamente roja. ¿Acaso iba a pasar de nuevo?.

—Espero que no haya sido por alguna pelea con Yamcha.— Su ceño se frunció levemente.

No pude evitar observarla nervioso, Bulma al verme rió y puso una de sus manos sobre mi pecho masajeando con ese líquido espeso blanco.

—¿Qué estás haciendo?— Miré concentrado sus manos mientras frotaban mi pecho, ya me había logrado calmar un poco.

—Es una pomada para que no te duela el pecho, funciona contra las quemaduras.— Dijo mientras terminaba de colocarla.

—Muchas gracias.— Agradecí cruzando nuestras miradas, ambos nos miramos unos segundos.

Era señal de una sola cosa. De algo estaba seguro, extrañaba ver su cuerpo desnudo.

Ambos nos encontrábamos cada vez más cerca, sentía como mi corazón golpeaba con cada vez mayor fuerza mi pecho. Por desgracia, el momento fue interrumpido ya que el teléfono de Bulma sonó.

Ella recogió el llamado y se alejó unos cuantos metros, lo cual lo hizo parecer misterioso. La miré confuso y con bastante curiosidad, luego de unos minutos dejó de hablar y volvió.

—¿Quién era?— Pregunté curioso.

—El hotel donde haré mi cena de bodas.— Respondió guardando su teléfono en el bolsillo de sus pantalones.

¿Acaso dijo cena de bodas?. Tragué fuertemente, asumo que la mujer de cabello rubio no le mencionó que fue lo que pasó con Yamcha en la habitación en donde los vi. Durante un instante, sentí muchas ganas de hacerle un interrogatorio a Bulma, ¿cómo podía querer a alguien como Yamcha?. Definitivamente, no me gustaba eso de los celos.