CAPITULO 5

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Lo único que hacía era caminar de un lado a otro en la sala de estar del departamento de los tres chicos recién graduados de la universidad, no podía pensar en nada. La esencia que Eren desprendía era demasiado fuerte y había comenzado a inundar todas las habitaciones del lugar, no solo la de él. La doctora no sabia que hacer, el castaño estaba mal, muy mal, necesitaba a alguien que la ayudara a pensar bien.

-Mikasa, ¿Dónde está Armin?- preguntó a la chica que tenía una taza de té entre las manos para calmar sus nervios. Estaba sentada en uno de los sillones y su cara demostraba lo preocupada que estaba por su hermano. Preguntó por el rubio por el simple hecho de que era muy inteligente y, aparte de la carrera que había estudiado, se dedicaba a leer de otras cosas y se interesaba por la anatomía y tratamientos especiales para las tres razas de la jerarquía.

-Se ha ido con Jean. No podía dejarlo quedarse aquí con Eren en ese estado.- respondió con un tono desgastado y quebrado en su voz.

-Bien. Debo hacer una llamada. En un momento regreso.- dijo y se dirigió hacia la pequeña cocina del lugar. Sin pensarlo dos veces marcó el número que ya se sabía de memoria, pero que también tenia agendado en la pantalla de inicio de su teléfono móvil. La espera a que respondieran no demoró mucho. Después de dos tonos, la voz que amaba escuchar estaba hablándole del otro lado de la línea.

-Hange, cariño, ¿Qué pasó?- Moblit estaba en Los Ángeles debido a una capacitación en su especialidad por parte del hospital en el que trabajaba. Se había ido hace unos días y no regresaría hasta dentro de unas dos semanas. Para él era un poco fuera de lo común el que su pareja le llamara, siempre era él quien enviaba algún mensaje para preguntarle si tenía libre pues, por lo regular, la castaña estaba muy metida en el hospital debido a citas agendadas y uno que otro inconveniente.

-¿Tienes libre?- preguntó ella con un tono un poco desesperado.

-Claro, ahora mismo voy llegando al hotel, no tengo nada más que hacer.-

-Es…es complicado, pero no le daré vueltas e iré al grano. Eren…entró repentinamente en celo hoy…pero ya ha pasado su fecha y, él toma supresores. Está desprendiendo un aroma muy fuerte, no como normalmente hacemos los alfas en el celo, que lo que busca es atraer. El de Eren…es más…para demandar y someter.- Hange estaba realmente preocupada, ¿Cómo era posible que siendo doctora no supiera qué hacer? Bueno…nunca había visto un caso así, es más, ni siquiera habían registros de personas a las que les hubiese pasado lo mismo, era normal que no tuviera idea de lo que le ocurría al castaño.

-¿Dices que para someter?- Moblit rompió el silencio que se había formado por unos segundos. La doctora solo emitió un sonido de afirmación.- Hange…a caso…no, no estoy seguro.-

-¿Qué piensas?-

-Dices que, que el celo del chico comenzó de la nada, y que…el aroma no es para lo que lo desprenden los alfas en el celo.-

-Eso es lo que dije.-

-Bien, no se si sea pura coincidencia pero, en lo que he estado aquí en Los Ángeles no solamente he estado buscando cosas y estudiando con forme a mi especialidad. El otro día, leyendo unos documentos encontré algo parecido, pero habían sido un alfa y una omega los involucrados. Eran pareja destinada.

Hubo silencio. Solo se escuchaban las respiraciones de los dos a cada lado de la línea. Hange se asomó por la puerta de la cocina hacia la sala y se percató de que Mikasa se había dormido en el mueble. La esencia de Eren ya no se percibía como antes y los gritos y sollozos del chico ya no se escuchaban por lo que llegó a la conclusión de que, a como pudo, el muchacho había tomado unas cuantas pastillas de supresores para evitar el dolor, y terminó dormido.

Remember me [Ereri Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora