🌺 Printemps 🌼

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"Es un dicho común que cuando fallecemos, no hay mas vida adelante, que se acaba nuestro ciclo y vamos al cielo, el infierno o un limbo conocido como purgatorio de acuerdo a nuestros actos realizados en la Tierra.

Nada podía ser más ficticio y fantasioso que esos cuentos."

Déjame presentarme antes de relatarte un poco más de la verdad que no te quieren contar o que nadie quiere confesar, soy Herald, o al menos ese fue el ultimo nombre que tuve, fallecí hace unas horas atrás, detestaba los taxis pero ahora los detesto más, uno me arrolló y literalmente salí volando por los aires hasta aterrizar en la calle donde curiosamente otro taxi terminó el cometido del primero, al menos la quinta parte de mi sangre quedó en esa calle principal del Boulevar y la otra mitad la fui perdiendo de a poco en el traslado que un amable conductor realizó hasta el hospital estatal, donde casualmente yo prestaba servicios. Carla me reconoció de inmediato y contactó a mi colega de urgencias, Kevin para mi traslado a una sala de cirugía, yo mismo efectué el diagnostico: trauma craneocefálico, varias costillas rotas, y por si fuera poco, también sentí un dolor abrasador en mi abdomen, deduje una hemorragia interna además de la externa producto de un corte en mi pierna. Decían que estaba inconsciente, pero de alguna manera lo sentía, percibía todo a mi alrededor como una película donde yo era el participe.

¿Quieren saber algo triste? Fallecí en la misma habitación donde yo realizaba procedimientos a pacientes de urgencias, fenecí en esa misma sala, con tonos blancos y olor a desinfectante de hospital, con las luces en mi rostro, las tenía tan cerca que al cerrar mis ojos creía que entraba al mismísimo cielo, esperaba las trompetas y que luego Dios mismo me cerrara la puerta en la cara por las malas cosas que había hecho en mi pasado, pero nada de eso sucedió.

Esperé también aparecer en el infierno y sentir las llamas devorando todo mi ser, pero tampoco sucedió.

Fue como despertar de un sueño profundo, al cerrar mis ojos, en el instante posterior, sentí una suave brisa que tomaba mi alma, que me llevaba consigo, por alguna razón no deseaba abrir mis ojos nuevamente, pero me forcé a hacerlo, me observé a  mi mismo, en esa cama de traslado con sábanas  en un pasado blancas, que yacía teñida de un rojo oscuro. Me vi con los ojos abiertos, observándome, era como ver a tu gemelo y pensar ¿Estoy soñando? Pero no, no era un sueño.

Súbitamente, mis sentidos se anularon, mi visión se volvió borrosa y de manera parsimoniosa me bamboleaba con el viento, desplazándome hasta este lugar, adentrándome en un ser moribundo de la sexta avenida.

Su nombre era Clyne Harris, herido de bala por un grupo de sicarios.

Cabe destacar que este tipo era famoso, un cantautor en su mejor racha, hasta yo había bailado sus canciones con esa chica del bar de cabello rubio, pero ahora, solo veía un cuerpo sin vida, podía haber pasado desapercibido el detalle que el mismísimo Clyne estaba sobre su cuerpo, de no ser que esa misma brisa me condujo a su lado.

—Estoy hecho un desastre ¿Crees que pueda vivir?

—¿Quieres que te lo diga como médico o como creyente?

—Dilo como médico, al carajo la religión.

—Tienes un disparo en tu cuello, dos en tu cabeza y cinco en tu pecho, has perdido más sangre de la que nunca donaste en tu vida, es cuestión de segundos para que mueras definitivamente.

—¿Cuántos por lo menos?

—Unos diez, si alguien se detiene e intenta contener la hemorragia a presión, tal vez quince.

—Es suficiente para lo que tengo que decirte.

Me extrañé porque para empezar, yo había muerto hace unos segundos atrás, y él pareciera como que si no le extrañara mi presencia, es m ás, parecía conocerme.

Neverland Mind [BLOG]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora