En blanco

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-Hola, buen día. ¿Martha?

-Oh, Dalton. ¿O te gusta más Alton?

-Para ti soy Alton, linda Martha.

-Oh… Alton. ¿Lo has pensado? La paga será muy, muy buena.

-Sí, lo he pensado. Y me ha costado bastante. Lamento tardar más de lo planeado.

-No te preocupes. ¿Entonces…?

-Lo haré.

Grita. ¿Está feliz?

Vaya, sí que las mujeres son… difíciles de entender.

Me explica dónde cuando y como es la chica. De hecho, me envía un correo con la foto de la chica.

No es ni bonita ni joven.

Es como de esas mujeres que puedes encontrar por doquier. No como mi dulce Chloe…

¡Baghhh!

Cómo sea. Esta noche debo hacer un trabajo. Y, no es por presumir, pero soy excelente en eso.

He concluido el trabajo satisfactoriamente. Fue un poco tardado ya que el esposo de Martha estaba con ella.

Tuve que esperar a que la tipa tuviera un escandaloso clímax, que solo perturbo mis oídos…

Asqueroso.

No es que no me gustara el sexo. ¡Me encanta! Pero esa mujer era terriblemente fea.

Su mujer está mejor. ¡Por favor!

¿Qué sucede con los hombres casados?

Martha me ha pagado muy bien. Supongo que algunas mujeres no son tan perras…

De cualquier manera…

Hoy no tengo nada que hacer.

Bueno. No creo hallar qué hacer a las 3 am.

Supongo que podría ir a un club…

He llegado a un club de bailarinas que está en el centro.

Veo a muchos hombres hipnotizados por los senos y glúteos de aquellas mujeres con un diminuto pedazo de tela.

El club es como cualquier otro. Solo que esté sí tiene mujeres buenas. No como las ballenas, viejas y descuidadas del club al que solía ir a los 17…

Hay muchas rubias. Una que otra morena, pero una llama mi atención.

Es castaña. Muy alta, tiene un cuerpo muy bonito, un rostro bastante conocido, pero lo que más llama mi atención es su brazo izquierdo. Es como si hubiera tenido un accidente automovilístico.

Tiene miles de pequeñas cicatrices.

Se parece a… ¿Tamara?

¡¡Es Tamara!!

-¡Alton!

-Tamara. Hola.

Me siento tan vulnerable hablando con ella. Es como si desenterrara viejos fantasmas. Ella era mi amiga. A los 15 años nos separamos. Ella se fue, justamente aquí, a la ciudad.

Recuerdo que con ella tuve mi primera relación sexual. A los 14… ¿Cómo olvidar eso?

-Alton, te ves muy bien. ¿Conseguiste una nueva vida, eh?

Amante de mujeresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora