Capítulo 4: Oportunidades

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Ya era de mañana, y Mikasa se dirigía a la habitación de Eren, y este estaba recién abriendo los ojos cuando Mikasa entró, al lado de la cama del suicida, estaba Jean leyendo atentamente un libro viejo, de historias y leyendas sobre el rey Fritz y la guerra contra Mare, libro que le robó a Berthold cuando reveló su identidad de titán colosal junto al acorazado de Reiner.
Cuando Jean se dio cuenta de la presencia de Mikasa y el despertar de Eren, dejó el libro sobre la mesita de noche y fue a llamar a Hanji.
--¿Mikasa?¿donde estoy?-balbuceaba Eren al despertar de ese sueño profundo-¿seguimos vivos?-al parecer deliraba.
--Eren, aquí estoy, Armin y yo estamos bien, ya terminó estamos dentro de los muros-decía llorando Mikasa.
Minutos después, llego Hanji, que le hizo unos exámenes mas que rutinarios a Eren, ya que esta se encontraba fascinada con la anatomía del titán cambiante, Levi decía que si fuese que esos exámenes no fueran necesarios, pensaría que Hanji esta obsesionada con Eren, cosa que ponía algo celoso al hombre mas fuerte de la humanidad, aunque este lo negara. Al concluir sus exámenes, Hanji le recomendó a Eren reposar un par de días, para asegurarse de que estaría al cien por cien de su capacidad.
--Oye Mikasa, ya que Eren estará en reposo, ¿quisieras entrenar conmigo?-preguntaba ya fuera de la habitacion de Eren.
--Claro-decía amistosamente la asiática.
--Genial-pronunciaba calmado pero en el interior estaba eufórico.
Luego de que Levi diera la instrucción de que ese día se llevaría a cabo el entrenamiento de combate cuerpo a cuerpo, Jean se lamentaba parcialmente de su suerte, pero pensaba que valdría la pena el dolor de enfrentarse a Mikasa en combate, ya que podría al menos conversar un rato con ella.
--¿Cómo le haces para ser tan fuerte Mika?-dijo Jean, magullado y tendido en el piso.
--No lo sé, es un don-dijo amistosamente Mikasa, mientras ayudaba a Jean a ponerse de pie.
--Deberías enseñarme tus técnicas, seguro así podría darles una lección a esos cobardes de la Policía Militar-decía Jean ya de pie y dirigiéndose al lado de Mikasa.
--…--miraba a Jean con una expresión fría y desafiante.
--¿y ahora que dije?-expresó Jean ante la mirada de Mikasa.
--Nada, eres muy “sincero” y algo “suicida”, si quieres darles una lección  a los de la Policía Militar-hablo Mikasa en un tono algo burlón-Adiós Jean, fue un gusto entrenar contigo hoy-se despidió amistosamente de su compañero, dejándolo solo otra vez.
--Adiós  Mika…-se despedía Jean de su compañera, que ya estaba distante.
En ese momento Jean, estaba algo triste, pues Mikasa fue amistosa, pero no lograba entender el por que de ese trato, tan distinto a su cena, donde ella fue menos conversadora y menos amistosa, Jean pensó que ya estaba progresando, pero cuando vio a Mikasa en dirección a la habitación de Eren, al parecer fueron simples ilusiones de grandeza. Esto llenó a Jean de muchas dudas, de esas dudas que no te dejan dormir, para suerte de Jean, tendría mas tiempo para pensar, ya que le tocaría la guardia nocturna.

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