Dos meses antes de la invasión a Mare.
La rutina diaria era sencilla, desde el canto del gallo, las tropas de infantería eran sometidas a un riguroso entrenamiento físico por cuatro horas; dos horas de combate cuerpo a cuerpo; noventa minutos de almuerzo, cortesía de los cocineros de cada división de infantería; entrenamiento en el uso de armas de fuego tres horas; y finalmente la cena que duraba tres horas, más dos horas libres antes del toque de queda, que mandaba a todo soldado raso a las barracas con el objetivo de recargar energías para el día siguiente.
Es en las ultimas horas del día, que Jean aprovechaba la ausencia de aquel que normalmente acaparaba la atención de Mikasa, para acercarse a ella y platicar de cualquier tema. Inicialmente, las conversaciones entre ellos, se resumían en Jean preguntando cual entrevistador a la oriental, pero ella poco a poco estaba conociendo a Kirschtein, y casi imperceptiblemente, Mikasa ahora era la entrevistadora de Jean.
Alguna vez ella y Sasha tuvieron una charla, mejor dicho, la de apetito voraz hablaba hasta por los codos y la de raíces asiáticas escuchaba casi sin pronunciar una sola palabra, el tema de conversacion era sobre los sentimientos y quienes hacían que estos se intensificaran.
--...Hanji se ve bien con el comandante Smith pero si la loca de los titanes se acerca a mi enano la mato-dijo Sasha mientras devoraba un pedazo de carne seca y la luz artificial que les brindaba la luz natural era remplazada por una bombilla eléctrica importada desde el continente, reemplazando las velas y los viejos quinques que combustionaban su mecha con grasa animal.
--Am… una pregunta Sasha, ¿Cómo te hace sentir Levi?-preguntó la asiática después de soltar una risa tímida por los comentarios de su amiga, guardando las ahora anticuadas fuentes de luz.
--Levi, me hace sentir…-la castaña dio un leve suspiro-, no se como explicarlo, me hace sentir querida, segura, feliz, como si escapara de este mundo a otro-añadió dándole una mordida a un pedazo de carne seca y los técnicos en electricidad terminaban de instalar los generadores que se usarían para la luz.
--Graci…
--No me digas que por fin le darás una oportunidad a Jean-interrumpió con la boca llena de carne a punto de hacer fiesta.
--Es complicado…-suspiró, soltando una lágrima y sonriendo al mismo tiempo-, verás, este…
--Déjame adivinar, Eren y Jean, los dos te provocan lo mismo que… que Levi a mi-la voraz cazadora trató de adivinar, mientras el rostro níveo de la Ackerman se teñía de escarlata.
--Con ambos me siento más segura como si nada malo fuera a pasar, también... siento que debo protegerlos, pero, es Jean con el que me siento más segura y es Eren el que me hace sentir que debo protegerlo-confirmó la teoría de su glotona amiga.
--Si que es complicado-dijo Sasha.
--Prométeme que no se lo dirás a ninguno de los dos, ya sabes como…
--Correspondencia no bélica desde Mare para la señorita Ackerman-interrumpió un soldado que venía de Mare con el correo, dejando la carta en manos de Mikasa.
--Gracias…-Mikasa apenas pudo ver al mensajero que le entregó la carta, pues este ya estaba en camino a los muros para entregar los documentos que Eren enviaba a los altos mandos.
--No diré nada, soy una tumba, no escuché nada ni vi nada-dijo Sasha antes de levantarse.
La cazadora en busca de un bocadillo, concedió a su amiga un momento de privacidad, para que esta última pudiese leer lo que la carta había de comunicar. La epístola provenía del puño y letra de Eren, dicha carta poseía un tono melancólico, libre de contenido relacionado a la guerra en transcurso en el continente, redactaba la añoranza del titánico soldado de volver a casa, volver a ver a sus compañeros y amigos, pero por sobretodo sobretodo, ver a Mikasa al menos una vez más.
Una semana después del censo.
Si bien la cazadora es la mejor amiga de Mikasa, también posee el mismo grado de amistad con Jean, por ese motivo, al ver a su amigo con el corazón destrozado por la inminente unión matrimonial entre la asiática de sangre azul y el titán con complejos suicidas, y posteriormente ver que ese mismo amigo se induce por exceso de alcohol en un caso de identificación errónea, por esos motivos es que Sasha soltó la lengua y contó todo lo que la bella Ackerman confesó en el pasado, con excepción de la carta de Eren. Aquel benemérito de la guerra al que algunos apodaban "cara de caballo", había sido testigo de la ambigüedad del corazón de Mikasa, él recibió las señales de que la Ackerman lo consideraba como algo más que un amigo, pero ella demostró que las señales eran erróneas.
--No se… que creer-Jean estaba confundido soltando lágrimas discretas en el restaurante de Nicolo, con una cara de preocupación que no se le había inmutado en toda la velada, es más, ahora empeoraba.
--Jean, sabes que jamás te mentiría-afirmó Sasha.
--Te creo, pero esto es muy confuso, y se pone peor porque…-el deprimente Jean fue interrumpido cuando un mesero les sirvió la comida.
--Vamos Jean anímate-la castaña jugueteaba con su comida en un intento de subirle la moral a su amigo-, esto es faisán al horno con hiervas aromáticas, es una delicia disfrútalo, olvida a la princesa Mikasa por un momento y disfruta de esto-dijo llevándose toscamente un pedazo de carne a la boca.
--Esta bien, pero te quería...-él tomó de su copa de vino sin alcohol-decir que el lunes de la siguiente semana, Annie y yo iremos al médico, cre.. creo que metí la pata-dijo Jean aún más desanimado, desfigurando su figura en una joroba, haciendo notorias las ojeras que se generaron a causa de la falta de sueño.
--Creo que perdí el apetito-habló Sasha con la boca llena, tragando su contenido, uniéndose al semblante de preocupación de Kirschtein.
Nota de autor:
Hallo mis fieles lectores, el siguiente capítulo saldrá en 48 horas (aproximadamente).
Subo este capítulo en este día y no en un martes o miercoles porque los trámites de cambio de carrera son un dolor de cabeza, disculpenme por quejarme de eso en este lugar.
Nos leemos
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En Silencio
RomanceJean tratara de conquistar el corazon de su Dulcinea, haciendola olvidar al suicida, pero, para lograrlo no habra un camino facil. Todos los personajes pertenecen a H. Isayama. Todos los creditos de la portada a su dueño.