Capítulo III.

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Me acerqué a la ventana e intenté reorganizar mis ideas y pensamientos. Me había empezado a dar jaqueca por tanto pensar en alguna solución, la cual no encontraba, lamentablemente. Por lo que puedo alcanzar a ver desde el panorama que me permitía la ventana, no se ven casas ni edificios, o algún tipo de construcción por los alrededores, solo... el oscuro y espeso bosque. Por la altura de la edificación en la que me encontraba, deduzco que es una casa de dos pisos, probablemente una mansión, alejada de la civilización.

Al no encontrar alguna pista, cerré mis ojos con tanta fuerza que sentía que la jaqueca aumentaba gradualmente. Inhalé y exhalé aire cinco veces con mis ojos aún cerrados. Al abrirlos, quedé inmóvil, por el miedo que me invadió en ese momento. En la penumbra del espeso bosque, pude ver a una extraña criatura oculta entre las sombras. Se movía de un lado a otro buscando algo.

− ¿Qu... qué cosa... es esa? −. Tartamudeé al ver a esa criatura. No podía creer lo que estaba viendo. ¿Qué cosa es eso? Me preguntaba a cada momento. Es algo... extraño. ¿Serán las extrañas criaturas de las que hablaba el tal Matthew en la nota? Me froté los ojos fuertemente a ver si dejaba de verla, pero... seguía allí, buscando lo que fuese que intentaba encontrar. Tenía los ojos tan rojos como el rubí, su piel era escamosa y grisácea, y tenía como una especie de furúnculos por todo el cuerpo, que explotaban uno tras otro de vez en cuando. Tenía cuchillas en las manos que repicaban y sonaban por lo profundo del oscuro bosque. – Su apariencia me resultaba... ¿asquerosa? ¿Repugnante? No encontraba las palabras exactas para describir aquella extraña y misteriosa criatura −. El temor por no saber qué cosa era eso y el miedo por no saber qué podría hacerme si se percataba de mi presencia en esta mansión, iban creciendo poco a poco haciendo que mi cordura y mi sentido de la orientación decayeran tanto, que tuve que apoyarme del cristal de la ventana para no perder el equilibrio. Sentía que en cualquier momento me desmayaría, pero no iba a ceder tan fácilmente, no me lo iba a permitir. Me sentí mareado y la jaqueca no ayudaba para nada.

Volví a mirar por la ventana a ver si se había marchado, pero no, la criatura seguía allí. Al ver esa cosa, la sensación de repugnancia aumentaba poco a poco. No podía creer que una criatura tan repugnante y horrible existiera. Lo creería si se tratara de un sueño, pero... ¿en la vida real? ¿Acaso sería posible? ¿O sólo es mi mente tratando de jugarme una mala pasada? No lo sé, sólo sé que si me ve estaré en un gran aprieto.

Opté por olvidarme de ella y seguir con la búsqueda de la llave. Al girarme, sentí que algo me miraba desde afuera, desde el bosque. Me volteé y allí estaba... la criatura observando hacia la mansión. Mis ojos se volvieron a centrar en ella instintivamente, esta vez en su cabeza, era deformen su totalidad y con cortes irregulares que alcanzaban a llegar hasta el rostro. Antes de saber cómo reaccionar, la criatura se percató de que la había visto, y rápidamente se ocultó en el bosque.

Empecé a creer que se había ido por haber sido descubierta por mí, ¡Pero no! Salió salvajemente de lo profundo del bosque hacia la estructura en donde me encontraba. Al parecer encontró lo que estaba buscando... a mí.

¡Solo en la oscuridad!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora