Capítulo VII

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Pasaron unos pocos minutos en silencio, había dejado de llorar y solo estaba pensando en mil y un maneras del cómo salir de esta mansión de locos. No quería seguir aquí, y mucho menos si estaban las tres criaturas del recuerdo sueltas por ahí.

Me paré del suelo, le eché un último vistazo al armario, o bueno... lo que quedó de él, y me dispuse a adentrarme en el pasillo por el que había venido la criatura. Solo tenía la linterna, pero no sabía cuánta batería pudiera tener, no había comprobado siquiera si tenía pilas. Pero accioné el botón y un haz de luz se proyectó por el pasillo, haciéndolo ver mucho más visible y menos tétrico.

− Por lo menos tengo luz −. Y se apagó la linterna. − ¡Esto tiene que ser una broma! −. Dije asestándole un vergazo a la linterna, la cual volvió a proyectar luz. − ¡Ja! Le hacía falta un toque técnico, jajaja.

Caminé hacia la puerta con la linterna apuntando hacia el pasillo cuando un destello me llamó la atención al cual dirigí la vista. Justo donde antes se encontraba el armario, colgada en la pared estaba una llave, a llave de la habitación. − Esto cada vez es más estúpido. ¿A quién coño se le ocurre ocultar una puta llave detrás de un armario? Tal vez sea una llave maestra o algo así, me la llevaré −. Dije mientras me acercaba a la pared para cogerla.

Cuando mis dedos hicieron contacto con la llave sentí un fuerte dolor de cabeza otra vez y todo volvió a oscurecerse.

¡Rápido, necesito hacer esto más rápido! −. Decía una y otra vez mientras corría por los pasillos. Detrás se escuchaban cosas romperse y el sonido de algo corriendo y gruñendo. Los sonidos cada vez eran menos audibles, eso solo significaba una cosa, los estaba perdiendo. Había escapado por poco, pero había recibido un fuerte golpe en la cabeza por parte de una de esas cosas que lo perseguían, haciendo que la cabeza no dejara de latirle por el dolor.

Aquí debería poder esconderme y que no me encuentren. Solo espero que Ellie y Josh estén bien −. Dijo sacado del bolsillo una pequeña llave que introdujo en la cerradura y giró, haciendo que la puerta quedara sin seguro para poder abrirla. Abrió tan rápido como pudo y entró en la habitación, ya que los sonidos se estaban haciendo más audibles. Estaba perdiendo distancia.

Ya estoy a salvo de esas cosas, o eso creo. Solo espero que no se detengan a inspeccionar detenidamente el pasillo o las habitaciones. Tengo que pensar en algo para poder salir de aquí y buscar a Ellie y a Josh −. Dijo mientras se alejaba de la puerta poco a poco. Mientras caminaba de espaldas, se tropezó con la alfombra haciendo que cayera en el piso y la llave se le escapara de las manos, cayendo por debajo de la puerta hacia el pasillo. – ¡Maldición! ¡Esto no puede estar pasando! ¿Cómo me voy a tropezar con esta mierda y soltar la llave? Ahora me quedé encerrado, lo que faltaba −. Dijo, mientras el dolor de cabeza iba en aumento.

Aún se veía por la ventana los últimos rayos del sol antes de ocultarse, la habitación había empezado a quedar a oscuras y prendió la luz. Pero segundos después la luz se apagó e intentó prenderla, pero por sorpresa no había electricidad. – ¡Esas criaturas de mierda! Capaz hicieron un cortocircuito en algún lugar de la mansión.

Ya la habitación había quedado en la penumbra en un abrir y cerrar de ojos. Buscó por todos lados algo con lo que pudiera alumbrar, en la cama deshaciéndola, en un armario de dos puertas, bajo los muebles, cerca del piano, hasta que en la mesita de noche encontró una linterna.

Le dolía la cabeza, sentía que en cualquier momento le estallaría. – Necesito algo en lo que escribir antes de que pierda la memoria, ese golpe no fue nada normal, me pareció extraño no haber perdido el conocimiento aún −. Dijo mientras buscaba algo con qué y en donde escribir. En una repisa había un portarretrato que tumbó y se hizo añicos el cristal, mostrando una foto de él junto a Ellie, Josh y Andrew. Siguió buscando y encontró una pluma en la gaveta de la mesita de noche y tomó una de las hojas de las partituras que estaban en el piano y lanzando las otras regándolas por todo el suelo.

Con la linterna prendida se puso a redactar la nota dirigida a él mismo para cuando despertara. Al terminarla, la releyó y la puso en la mesita de noche junto a la linterna. De pronto recordó dónde se encontraba la llave de repuesto de la habitación. – Tengo que apresurarme y escribir en dónde está la llave antes de desmay... −. Sintió que toda la vista se le nublaba mientras caía de bruces en el suelo y todo se volvía de color negro.

La nitidez volvió seguida de un dolor de cabeza muy fuerte. Estaba agarrándome muy fuertemente las sienes mientras estaba apoyado a la pared con los ojos fuertemente cerrados. El dolor de cabeza fue bajando considerablemente y pude abrir los ojos. Pude ver que tenía la llave en la mano derecha fuertemente apretada, luego miré a mi alrededor y todo seguía igual, el silencio y la penumbra seguían haciendo gala de la situación.

− No puede ser... ¿Yo mismo fui el que se encerró aquí? −. Susurré atónito. − ¿Yo soy Matthew, el científico loco que creo esas cosas? ¡Esto no puede ser verdad! Es una locura, no creo que sea verdad −. Dije sin poder creer lo que vi en mi recuerdo. Recordé el portarretrato y me acerqué para ver la fotografía. Y efectivamente, ahí estaba yo, con Ellie, Josh y el difunto Andrew.

− No puede ser... maté a Andrew con uno de mis experimentos locos −. Dije mientras unas lágrimas surcaban mi rostro. − ¡Tengo que salir de aquí y encontrar a Ellie y a Josh antes de que esas cosas los encuentren! −. Dejé el portarretrato en la repisa y me dirigí hacia la puerta.

Hacia lo desconocido.

Posiblemente, hacia mi propia muerte.    

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⏰ Última actualización: Jan 15, 2019 ⏰

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