Lluvia Roja

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-No tienes mucho tiempo - susurré nerviosa - Como puedo deshacerme de ellos.. ¿Qué es lo que haría Ellie?

Mientras huía vi a lo lejos una casa con una ventana abierta.

-Esta es mi única oportunidad de escapar - me persigue uno de ellos y a diferencia de el, yo estoy a punto de quedarme sin fuerzas - Espero que la ventana aguante a todos esos malnacidos. 

Me esforcé en dar el último impulso y llegar antes, pasé por la ventana de un salto, cayéndome al suelo, ya dentro. Me dolía el cuerpo, aún así me incorporé rápido antes de que esos monstruos lograran entrar detrás de mi. 

Agarré la ventana, pero ya tenía a un infectado con medio cuerpo dentro, los otros estaban a punto de llegar. Le di una patada con todas mis fuerzas intentando alejarlo pero no funcionó. Una patada tras otra en el estómago, cabeza, brazos y manos hasta lograr desprenderlo y alejarlo lo suficiente. 

-No pienso dejarte entrar, hijo de puta - dije con rabia mientras volvía a agarrar la ventana para cerrarla con brutalidad. Sus dedos podridos se interponían en mi camino, así que cerré una y otra vez hasta romperlos, cayendo a mis pies - haberte dejado los dedos en casa. 

Aun sin sus extremidades empezó a golpear la ventana salvajemente en busca de carne fresca, yo. La sangre de sus dedos se escurría por la ventana, fue el primero de ellos que vi derramando sangre, y no me esperaba que fuese así... como una lluvia roja. El resto no tardó en llegar, golpeando desesperadamente por entrar. Cerré la persiana a toda prisa, alejándome hasta tocar mi espalda con la pared mas cercana. Miré hacia todos lados asustada, esperando a que se fueran, que perdieran el interés para confirmar mis dudas. Para aprender de ellos sin darme cuenta. 

-Tengo que encontrar un arma, algo con lo que defenderme - por suerte había caído en el pasillo, y vi la cocina a pocos metros de mi, adentrándome en ella - con conseguir un cuchillo es suficiente, por ahora - empecé la búsqueda de mi salvación.

 Primer cajón: Tenedores y cucharas a montones.

-Pero, ¿Dónde están los cuchillos, con que corta esta gente?

Segundo cajón: Servilletas y guantes de goma

-Que raro.. - Tiré las servilletas al suelo, di unas cuantas vueltas y volví a los cajones.  - Pero qué...- No estaba segura de si lo que estaba viendo era real - Esto me empieza a gustar más.


Había 4 navajas, todas de colores diferentes, y unas cuantas cuchillas

-Levante las manos señorita, despacio- se dirigió a mi una voz grave, masculina - cualquier movimiento y disparo. 

-¡Mierda! - rechiné los dientes enfadada - S-solo he venido a esconderme de esos... seres o lo que sean, ya me estaba yendo. 

Empecé a levantar las manos lentamente, sabiendo que ni siquiera le he visto la cara y estoy en una clara desventaja, calculando mi próximo movimiento. Algo que me saque de aquí viva. 

-Suelta esa navaja, te vi esconderla antes - añadió esa voz - sin moverte de tu posición. 

Estaba aún más molesta que antes 

-¿Cómo se supone que sobreviva sin nada?

-No es asunto mío. 

Fui acercando mi mano al pantalón, donde había guardado la navaja. Ya la tenía en la mano pero esta vez, en vez de soltarla me di la vuelta y la lancé hacia él. Fue un tiro bastante patoso y arriesgado, pero lo había distraído unos segundos, los suficientes para analizar la gravedad de la situación en la que me había metido. 

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