Guardería

234 27 20
                                    

-Llegué con los antibióticos- los dejé sobre la mesa esperando el siguiente comando, y así durante toda la noche, hasta que terminó en una operación exitosa, y un paciente durmiendo aliviado. Al amanecer habíamos caído todos muertos sobre el sofá, cuidando a nuestro compañero herido.


**************


Habían pasado dos semanas desde el incidente. Chris estaba mejorando poco a poco pero aún le faltaba mucho para recuperarse completamente, y nos estábamos quedando sin medicinas. Mis padres se ocuparon de proteger mejor la casa y trazar pequeñas rutas por fuera mientras que yo y la pequeña nos ocupamos de fabricar armas, principalmente arcos y flechas, bates con pinchos y machetes bien afilados.

-Supongo que ha llegado el momento de visitar esa famosa guardería- dije ante todos- por como habíamos entendido, entrar en ese terreno es pasar a lo desconocido. No sabemos como estará ese lugar, pero probablemente nadie habrá entrado a saquearlo hasta ahora porque no lo verían de utilidad... y evitan el pensamiento de cruzarse con un niño zombie... o unos cuantos. Podremos encontrar medicina para Chris, y conseguir algo de comida si tenemos suerte, que también está empezando a escasear... y así tanto Rina como nosotros descubriremos por fin lo que esconde esa guardería.

-Tienes tu punto, no vamos a discutir mas sobre el tema, esta noche vamos a la guardería- dijo Marvin decidido

-Noche no- respondió casi al instante la pequeña.

-¿Por qué? de noche las oleadas nos detectaran con mas dificultad.  

-Yo ocuparme oleadas pero noche no - no dijo nada mas, y decidimos confiar plenamente en su instinto. 

Ya era de madrugada, habíamos preparado mochilas con una botellita de agua por persona y la comida necesaria. Cada uno eligió cuidadosamente sus armas, yo me llevé el arco y un machete, mi padre el bate de pinchos y un rifle de asalto, mientras que la pequeña no necesitaba llevar nada. Cuando ya teníamos todo listo fuimos a despedirnos. 

-Puedo ir yo también, estoy mejor ahora - dijo Chris decidido.

-Chris, sabes que no es verdad - agarré su mano dirigiéndonos hacia la silla mas cercana, dándole un abrazo y sentándolo - quiero que descanses, y cuides de mamá. Nosotros volveremos pronto - sin poder decir mas, se quedó callado sujetando mi mano por unos segundos más.

-Toma esto, Hannah - sacó de su bolsillo un pequeño y brillante objeto, cerrándolo en mi mano antes de poder verlo.

-¿Qué es?- abro mi palma viendo una hermosa amatista envuelta delicadamente en cadenas, creando un collar. 

-Era el collar de mi madre.. ¿puedo pedirte que seas tu quien lo lleve?

-Yo... no se si debería hacer eso.

-Quiero que tu seas tu - se levanta agarrando el collar mientras se pone detrás de mi - ¿lo serías?

-Con todo el placer del mundo - agacho un poco la cabeza y aparto mi cabello para que me ponga el collar - Es precioso, gracias. Lo voy a cuidar bien.

-Te queda bien, Hannah..... te voy a esperar el tiempo que haga falta.

-Antes de que te des cuenta volveremos a estar aquí - le doy un beso en la frente y voy a ver a mi madre - mamá, cuida bien de ti y de Chris, si llega a pasar algo y estáis en peligro no dudéis en abandonar la casa si hace falta.

-No te preocupes por nosotros Hannah, aquí estamos mas seguros que en cualquier otro lugar... mamá os quiere muchísimo - nos dio un fuerte abrazo a los tres antes de salir por la puerta - cariño, cuida de nuestras pequeñas.

Minutos después estábamos cortando cabezas con la mas fría de las miradas y un aire un tanto psicópata, como si disfrutáramos del momento. Hablábamos entre nosotros como si nada pasara mientras íbamos rebajándolos uno por uno, hasta vaciar las calles. Nos habíamos manchado bastante de sangre así que ya no nos prestaban tanta atención, solo alguno que pasaba muy de cerca, y el que lo hacía no duraba mucho mas tiempo ''vivo''. 

Pasada media hora, nos habíamos abierto paso hasta la guardería.

-Por qué las puertas que llevan a sitios que tenemos que inspeccionar me dan escalofríos, el resto de puertas son normales. Solo miradla, esta llena de dibujitos de niños con sonrisas vacías y escalofriantes, rodeados de florecitas y arcoíris. ¿Y esa abeja que? parece un homúnculo. 

-Pensé que era el único al que le daba mal rollo esto, al parecer mi hija piensa igual que yo. Esa abeja tiene pinta de que en cualquier momento cobra vida y nos persigue diciendo ''a que te pinsho'' 

-Niños feliz, ¿Cuál problema? - Rina no entendía que veíamos de malo en los dibujos, para ella era una obra de arte nunca mas vista. La miramos soltando una pequeña risa, diciendo al unísono - ya crecerás y lo verás. 

-¿Entramos? Seguro vemos mas dibujos que te gustarán - agarré su diminuta mano y pasamos por la puerta después de nuestro padre. 

Todo estaba muy oscuro, sospechosamente oscuro. El suelo estaba lleno de cristales, se escuchaban pequeños susurros y gemidos agudos. 

-No estamos solos - susurró Marvin mientras encendía su linterna - prestad mucha atención a vuestro alrededor. 

A veces veíamos pequeñas sombras que se escondían en la oscuridad, pensando que era consecuencia de estar mucho tiempo a oscuras. No le veíamos fin a la situación, el silencio era inquietante y confuso, con cada minuto que pasaba nos poníamos cada vez mas nerviosos y paranoicos. 

Seguíamos obedientemente las ordenes de Marvin cada vez que estábamos a punto de entrar en una sala nueva, sin separarnos en ningún momento. El lugar estaba hecho pedazos. Paredes  llenas de arañazos y pintura, los armarios tenían marcas desgastadas de manos pequeñas en la parte superior y grasa en la inferior. Todo era tan escalofriante y había tantos detalles que no me podía concentrar, pero hubo uno que me dejó inquieta. Aunque todo estuviera destrozado, las cortinas estaban en perfecto estado, igual que las ventanas y las camas de los niños, de hecho se podía notar que se habían estado usando recientemente.. puede que aún haya niños aquí que necesiten nuestra ayuda... niños que supieron como protegerse del peligro, ocultándose en el mismo sitio que quedaron atrapados. Si no, no tendría sentido lo de las camas y las ventanas... Todo está bien cuidado. Seguramente se hayan escondido al escucharnos porque es algo nuevo para ellos. Empecé a tener mas esperanza. 

-Papá, quizás los niños se estén escondiendo en un sitio mas seguro, por eso no les habremos encontrado hasta ahora.

-¿Niños? 

-¡Si! aquí viven niños estoy segura, mira las camas, parece que esta misma mañana fueron usadas. Están desordenadas y no hay ni una mota de polvo. 

-....No se si confiar en estas pruebas, no tienes que bajar la guardia bajo ninguna circunstancia.

-Pero estas pruebas nos dan esperanzas, y prefiero tener esperanzas a esperarme lo p-

Fshhhhh

Una brisa fría recorrió mi cuerpo, como si de un rayo se tratase. 

-Q-qué fue eso - miré a mi padre asustada. Tenía los ojos como platos, fijados en mi con terror y pena.

Lluvia RojaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora