Capítulo 1

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—No es de buena educación escupir la comida a papá —dijo Oh SeHun a su único hijo, de año y medio de edad, MinKi— . Papá lleva este Versace y cuesta una fortuna.

El bebé soltó una risita y susurró, babeando espinacas por las comisuras de la boca.

SeHun limpió los churretes de comida de la cara del niño con una servilleta y luego miró el reloj, las seis y media. ¿Dónde diablos estaba la niñera? La ceremonia de entrega de premios comenzaría en dos horas y tenía que llegar para ayudar a sus esteticistas a maquillar a los actores.

La agencia de niñeras le había garantizado que tendría una allí a las seis. La ex niñera de MinKi se acababa de casar, dejándole en la estacada y obligándole a dejar a MinKi en la guardería, cosa que odiaba. Se había prometido a sí mismo después de que Irene lo abandonara, que cuando obtuviera la custodia total de su hijo, a MinKi no le faltaría de nada y tendría la mejor vida que pudiera darle. Tenía una larga lista de niñeras a la espera, a partir de mañana, de ser entrevistadas.

Sonó el teléfono. SeHun le metió otra cucharada de espinacas en la boca a MinKi y salió volando para coger el teléfono. Era su mejor amigo, Park ChanYeol, agente de estrellas, quién llamaba.

—¿Dónde estás? —ChanYeol le preguntó.

—Aún en casa, a la espera de la niñera —respondió SeHun—. La agencia me dijo que podría estar aquí a las seis.

—Se de alguien que está disponible. Nuestros niños están con sus abuelos esta noche, así que no necesitamos niñera. Voy a llamar a Lu Han por ti.

—Claro, está bien— dijo SeHun al oír el plato de espinacas a la crema caer al suelo, seguida de una escandalosa risa de un desconcertado MinKi.

—¿Puedes enviármela lo más rápidamente posible? MinKi está desde anoche de forma rara. Acaba de arrojar su plato de espinacas al suelo.

—Chico listo —respondió ChanYeol—. Las espinacas son horribles. Te veré en los premios.

SeHun oyó el click cuando ChanYeol colgó. Entonces volvió su atención a su hijo y fue recompensado con una sonrisa de amor y un par de hoyuelos iguales.

—Vas a estar castigado hasta que seas un adolescente. Voy a recordarte esto.

MinKi, simplemente se rió cuando SeHun se agachó para limpiar el desorden. 

 —Las espinacas son buenas para ti. Están repletas de vitaminas y te darán músculos como a Popeye.

Escúchame, me parezco a mi padre. Hace seis años nunca hubiera imaginado que esta escena tendría lugar.

Su vida con la madre de MinKi estuvo llena de fiestas y de alcohol. La paternidad lo había cambiado para mejor. Él no se arrepentía de haber obtenido la custodia total de MinKi. Irene no quería al niño. Todo lo que quería hacer era beber y, finalmente, la fiesta se encontró con ella.

Murió trágicamente un par de meses antes, cuando tomó mal una curva y perdió el control de su coche. Su corta vida terminó antes de que alguna vez tuviera la oportunidad de madurar. ¡Qué desperdicio!, pensó mientras guardaba los productos de limpieza y se lavaba las manos.

El timbre sonó unos minutos más tarde, después de que SeHun hubiera limpiado a MinKi y cuando estaba a punto de ponerlo a dormir la siesta.

—Esa debe ser una de las niñeras —A SeHun no le importaba quien fuera, pensaba mientras bajó de nuevo escaleras abajo con MinKi.

Querido Niñero 🍼  HunHanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora