CARTA

1K 225 69
                                    


Para Jongdae:

¡Buenos días, Jongdae hyung! agh, hacía tanto que no decía eso que incluso ya lo echaba de menos. Te preguntarás a qué se debe esta carta y por qué está en tus manos en lugar que yo. Sincermente ni yo mismo sé si llegaré a dártela algún día, esta carta la estoy realizando por si algo llega a ocurrir. Ahora mismo te imagino con la típica expresión que pones cuando te encuentras desconcertado. Con el ceño fruncido y los labios abultados. Yah...no sabes lo que daría por verte hacerlo. Pero ese no es el caso. Ese no es el problema.

Creo que empezaré desde el principio si no te molesta mi amor. Hace mucho tiempo, cosa de dos años, yo me cambié de preparatoria porque en la anterior en la que estaba ya no lo soportaba más. Siempre me trataban como si fuera basura y se reían e insultaban mi orientación sexual. Usted hyung, usted sabe que soy débil a esos comentarios y realmente más de una vez pensé en quitarme la vida. Por esa misma razón mis padres no dudaron ni un solo segundo en cambiarme de sitio. Cuando entré a mi nueva escuela sinceramente me sentía tan solo que pensaba que nada había cambiado, que la historia se volvería a repetir de nuevo. Pero un día, un chico sonriente y de cabello castaño se acercó a mi mesa y estaba tan feliz que no podía creerlo. Ese chico era Baekhyun, Baekhyun me dijo que tú le impulsaste a que se juntase conmigo y que no se arrepentía en absoluto de haberlo hecho. Eso de alguna manera me hizo sentirme diferente, querido quizás. Y todo gracias a ti, siempre fue gracias a ti. No fue cuando comencé a mirarte en clase y te encontraba observándome cuando me di cuenta de que me gustabas. De que eras la persona más bonita que mis ojos habían podido ver. La forma en la que tus mejillas se sonrojaban y empezabas a jugar nerviosamente con tus bolígrafos me volvían loco. Los meses, incluso años pasaron y yo seguía sin dejar de observarte, cada vez más, cada vez anhelaba estar más cerca tuyo. Baekhyun me había metido a su grupo de amigos y gracias a ello había ganado todavía más confianza en mi mismo. Pero tú, tú eras diferente al resto. A pesar de que todo el mundo quería estar contigo tú te negabas y preferías la soledad y la tranquilidad. Eso realmente me pareció interesante. Me sorprendió que yo siempre luchase por no estar solo y que tú preferieses el silencio. Me hizo darme cuenta de que quizás lo único que era, era un egoísta, solo pensaba en mi mismo y aquello no me ayudaría a poder conseguirte algún día. Por ello me volví más distante en clase y nunca quería salir a la pizarra o simplemente cantar en público. Aquella timidez que había tenido desde niño había vuelto en mi, ya no confiaba en mí mismo. Unos chicos de nuestro aula aprovecharon la situación y volvieron a empezar a meterse conmigo, a golpearme, a insultarme. Cada una de sus palabras se repiten en mi cabeza diariamente. Pero eso en verdad me seguía sin importar. Ya no era un niño y no me afectaba de la misma forma. Mientras pudiera observarte, yo me sentía feliz. Mientras nadie se enterase de lo que esos chicos me hacían pensaba que estaría bien.

Incrédulo por mi parte pensar aquello ¿Verdad? Un tiempo más tarde mientras cantaba en el piano de mi casa todo para mí se volvió negro y tras un fuerte golpe no pude sentir nada más. Mi madre me encontró tirado en el suelo y con sangre saliendo de mi boca por el impacto contra el suelo y no dudó ni un solo segundo en llevarme inmediatamente al hospital. Allí me atendieron y cuando desperté me diagnosticaron que mi corazón no se encontraba correctamente y que debían operarlo si quería vivir. ¿Sabes cuánto miedo pasé en ese momento mi amor? ¿Sabes el miedo que sentí de perderte? Lamentablemente la operación era muy costosa y mis padres, aun teniendo la empresa no podían permitírsela. Así que el cirujano les dio la opción de un posible tratamiento que no era igual de seguro pero sí más económico. Así que mis padres no lo dudaron y aceptaron la segunda opción. Todas las semanas iba al hospital para que me diesen tratamiento, pero yo no parecía mejorar y cada vez me fatigaba más realizando mis actividades diarias. Estaba empezando a perder las ganas de vivir. Le conté a Baekhyun mi situación y fue ahí cuando me dio tu número. Yo quería almenos hablar contigo aunque fuese una vez si mi destino iba a ser morir. Pero el hablar contigo para mí se volvió rutina y algo adictivo. Y tú, mi vida, fuistes tú quien me dio ganas de vivir. Porque apesar de saber quién era, sabías que yo era Kim Minseok, lo sabías y aun así seguiste conmigo. Eso me impulsó a seguir hacia delante. Por una vez en mucho tiempo tenía miedo de morir, tenía miedo de tener que dejarte. Por ello saqué la fuerza de voluntad que no había tenido y empecé a luchar por respirar. Los tratamientos seguían y yo no me veía con las fuerzas necesarias para contártelo. Simplemente me veía incapaz de tener que hacerte daño. Prefiero un millón de apuñaladas en mi cuerpo que a verte sufrir mi amor. Sentí que todo estaba mejorando, que los tratamientos funcionaban, que alomejor no necesitaría operación. Pero de nuevo, incrédulo por mi parte haber pensado aquello. Al volver de Daejeon mi estado calló en picado, todos los tratamientos parecieron haber servido en vano. Luhan, quien ya por fin se había mudado me acompañaba a todos y cada uno de ellos. Él ha sido uno de mis mayores apoyos desde que he sido un niño y le estaré agradecido eternamente. Cuando tan solo era un niño sus padres murieron en un accidente de coche y lo acogí en mi casa hasta que sus abuelos lo llevaron a China, separándolo de mi y dejándome completamente solo, al merced de la sociedad. Por ello cuando le comenté mi situación no dudó en mudarse de nuevo aquí al haber conseguido la mayoría de edad y ayudarme y apoyarme en todo. Él es un gran chico y estoy muy feliz de que vaya a ser quien te entregue esto en caso que deba de hacerlo.

Cuando iba al gimnasio, iba a los tratamientos. Cuando debía estudiar, estaba en los tratamientos. Se me hizo tan dificil engañarte mi amor, no sabes cuanto. Pero para mí habría sido más dificil decirte la verdad. Nada iba bien. Mis padres llevaron a la empresa a la banca rota, ya no podían pagar mis tratamientos y todo se iba a pique. El cirujano sigue diciendo que necesitaré la operación que tanto dinero cuesta, pero, ¿Como la pagaré? No puedo hacerlo. Soy consciente. Por ello escribo esto. Por ello te escribo a ti. Ultmamente te he estado hablando mal, te he dicho que te alejases de mi, me siento tan mal por ello. Pero esque siento que si lo haces no te dañará tanto cuando sepas la verdad, porque no queda mucho para ello. Porque si estás leyendo esta carta significará que he desistido. Que me encuentro en el hospital dependiendo de máquinas esperando una operación que no podré pagar. Si estás leyendo esto significa que ya no tengo suficientes fuerzas para seguirte escribiendo.

No llores mi amor, sé que lo estás haciendo. No llores, porque a pesar de estar inconsciente puedo oirte. A pesar de que mi corazón no funcione correctamente este puede sentir los latidos del tuyo, por eso sé que están acelerados, por ello sé que estás asustado. Pero no temas. Te escribo esta carta para darte todas las fuerzas que tú me diste. Para decirte que no me rendiré tan fácilmente. Que aunque me encuentre en esta cama de hospital viviré por ti. Porque no me iré hasta que hayamos hecho todas esas cosas que planeamos hacer juntos. No me iré hasta que nos casemos y formemos una familia. Pero existe la posibilidad de que eso no pueda ocurrir, así esque desde aquí te pido que si me voy, que si en algún momento me voy no te rindas. Sé fuerte. Haz y vive lo que siempre quisimos. Sé que nuestra historia no es la más normal de todas, y que te merecerías más. Pero si algo hay de lo que estoy completamente seguro es de que te amo, y que si ahora, a pesar de estar inconsciente si vivo, es gracias a ti. Siempre gracias a ti.

Por ello le pedí a Luhan que te entregara la carta junto a la rosa. ¿Recuerdas esa rosa? Yo jamás la olvidaré. Aquella que me diste cuando nuestra relación empezó. Aquella que era de plástico pero me dijiste que nuestro amor duraría hasta que marchitase. Te la entrego para recordarte esa frase que tanto entró en mi débil corazón. Porque es cierta, nuestro amor durará para siempre. Y por ello debemos ser fuertes. De nuevo vuelvo a pedirte perdón por todo lo que te he engañado y por todo el daño que te he hecho. Pero sinceramente no sabía como actuar. Yo tan solo quería estar siempre en tus brazos, ¿Acaso es tanto pedir? ¿Acaso fui tan mala persona como para que ese deseo no pueda serme concedido? De igual forma te sigo pensando, siempre te pensé y siempre te pensaré. Así esque no desistas mi amor...no desistas...porque aunque ahora me encuentre sumido en esta oscuridad, siempre seré capaz de decirte, ¡Buenos días, Jongdae hyung!

De tu acosador que tanto te ama y te amará siempre. Sé fuerte mi amor. Viviré, te lo prometo.


¿Esto es lo que se siente cuando te quedas sin ganas de continuar? Por qué algo tan débil e indefenso como puede serlo mi pareja se encuentra sufriendo en estos momentos. Por qué no soy yo quien está en esas máquinas. Demacrado, así se podría definir mi estado de ánimo. Demacrado.





¡Buenos Días, Jongdae Hyung! | Xiuchen/ChenminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora