Mercancía valiosa
Era un día soleado en el pueblo de Aberdeen, Alex caminaba solo de camino a la escuela. Seguía un poco distraído por todas las cosas que le dijo aquel hombre que se hacía llamar "Padre". Estaba tan distraído que tropezó con un chico. Éste estaba comiendo un helado y se le cayó al suelo.
—¡Noooooooooooo! —Gritó desesperado de rodillas en el suelo. —¿¡Por queee!? ¡Aún no me lo terminaba!
Alex solo lo miraba con una ceja por los aires, ya que era un poco raro.
—"Exagerado" —Pensó el ojiazul rodando los ojos.
—¡Ya lo chupó el diablo por tu culpa!—Exclamó el chico clavandole la mirada, parecía molesto. —¡Me debes uno! Que sean dos por las molestias.
—¡Si como no! —Añadió Alex entre risas, mientras seguía caminando. —Si acaso solo te debo uno.
—Que sean tres entonces —Bromeó el chico alto siguiéndolo.
—¿Que vas a hacer con tres helados? —Preguntó el ojiazul pensativo.
—¡Dah! comerlos —Respondió el chico con una mirada de obviedad.
Alex siguió caminando con una sonrisa dibujada en su rostro, el tipo era algo raro, pero gracioso.
—Vamos a la tienda —Suspiró Alex derrotado. —¡Pero te compraré solo uno!
—¡Si! —Exclamó el tipo emocionado como si fuera un niño pequeño.
Ambos se dirigieron a la tienda más cercana y compraron unos helados, ya que a Alex también le apetecía uno.
—Pero el mio era de chocolate... —Replicó el chico alto al recibirlo.
—Cometelo y no fastidies —Suspiró el ojiazul a punto de sufrir una migraña.
—Ya pues, me lo como...—Dijo el chico llevándose su helado a la boca.
Alex siguió caminando en dirección a la escuela, unos pasos atrás estaba el chico que lo seguía. Decidió restarle importancia y seguir su camino, tal vez lo perdería más adelante.
No dejaba de pensar en como conseguir más testosterona, era necesaria la receta de un médico para comprarla, pero además era demasiado costosa. Sacó su celular y comenzó a marcar un número que tenía guardado, era un viejo amigo que le conseguía sus medicamentos, pero vivía en Vancouver. Después de varios intentos fallidos, decidió rendirse, desgraciadamente el tipo casi nunca respondía su movil. Al llegar a la escuela el chico que lo seguía se acercó a él.
—¿También estudias aquí? —Preguntó el chico acercándose demasiado e invadiendo su espacio personal.
—Si... —Respondió Alex alejándose un poco, a decir verdad le daba un poco de miedo aquel chico. Al verlo bien era alto y delgado... Demasiado delgado, de piel pálida, cabello castaño y corto. También podía observar unos tatuajes que eran medio cubiertos por su ropa.
—¡Bueno! Nos vemos por ahí —Dijo el chico adentrándose a la escuela y desapareciendo entre la multitud.
La primera clase era con el señor Devon, pero primero tenía que seguir intentando contactar a su viejo amigo. Alex se dirigió al baño y se encerró en un cubículo para llamar por celular.
Se aseguró que no hubiera nadie dentro del baño para poder conversar tranquilo. Al llamar por quinta o sexta vez por fin respondió.
—Hola Alex —Saludó el tipo al otro lado de la línea, se escuchaba un poco raro.
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El secreto de Alex (LGBTQ+)
Teen FictionAlex es un chico un tanto diferente a los demás, y tiene un secreto que muy pocos conocen. Recién se mudó al pequeño pueblo de Aberdeen junto a su padre, el cual le hace la vida imposible desde que su madre murió. Alex debe aprender a sobrevivir por...