CONOCIENDO

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(Burbuja)

Me desperté temprano como de costumbre para realizar a tiempo mis encargos domésticos. Preparé el desayuno, que en este caso fue un coctel de frutas picadas con granola y miel, más aparte té verde para la salud de mi abuela. No es tan difícil, solo es mi abuela y yo después de todo.

Me gusta vivir aquí, un poco aparte de la caótica ciudad de Tokio. Quizá por la tranquilidad que me proporciona y el silencio penetrante que se extiende en cada remota esquina.

Mi abuela y yo convivimos en silencio. Estamos acostumbradas a saber lo que la otra necesita con nada menos que el instinto mismo. Después de terminar mis deberes, quise despedirme de ella como siempre, pero ahora la encontré con la mirada perdida en el arroyo del patio trasero.

-abuela, ya me voy

-Miyako.. -pausó- su tono de voz lo hizo aún más preocupante

- algo raro sucede ¿lo percibes?

-No abuela, a qué te refieres?

- Los pájaros no cantan, los peces no salen, las capullos de flores no florecen.

Mi abuela nació con el don de la intuición elevada. Por eso, más que nadie, sabe qué me sucede y qué me podría suceder si ejecuto una serie de eventos pre-vistos en su ingeniosa mente.  Es mi protectora, mi  única fuente de seguridad y confianza. Tras años de meditación, jamás conseguí desarrollar del todo mi parte intuitiva. En parte, vivimos lejos de la ciudad porque ella considera que la zona urbana está plagada de energías negativas que podrían causar un gran impacto en mi persona de no estar preparada en cualquier ámbito.

-entonces, abuela, qué crees que sea?

-No sé mi niña, solo....-pausa- cuídate.

-ok abue, yo...

-y porfavor, no te acerques a nadie que se comporte extraño

-Está bien abue.

Salí de casa un poco extrañada por las palabras de mi abuelita. No soy una chica suspicaz con las advertencias de mi abuela, por lo que, tomaré precauciones en mi trayectoria rumbo a la ciudad.


(BOOMER)

-Hoy desperté con un sentimiento raro,  similar a la angustia.

- y? me ves cara de psicólogo? - decía con ironía mi hermano Butch

- No, te veo con cara de idiota.

- Marica - se despide.

Camine rumbo a la Universidad. La ciudad es muy transitada, cegadoramente iluminada y ocupada. Por eso me gusta, por su complexión caótica. La mercadería es diversa; se encuentran mercancías orientales y occidentales,  ameno para el paladar de una persona  impetuosa en el arte culinario. Me fascina curosear por las calles y examinar el rostro de cada persona, con el minúsculo intento de adivinar sus pensamientos y figurar con ello una historia de estructura fantástica.  Soy raro, lo sé, pero no puedo evitar observar hasta el más récondito detalle que aguarda esta ciudad.

A unos metros de la Uni me encontraba, cuando apareció Miyako. Esa chica cuya belleza e inteligencia me mantiene cautivado. Su pelo, finos hilos dorados; sus ojos, celestes y penetrantes; mujer de complexión delgada y finos rasgos, como si hubiese sido moldeada por las manos de un escultor profesional.

-¡DEJA DE SER TAN CURSI BOOMER!- grité sosteniendo mi cabeza

Miyako giró para mi lado con una expresión preocupada, pero manteniendo todavía su dulce sonrisa intocable. Ella no detuvo su paso y no me dijo palabra, pero me  dedicó una mirada dulce con sus ojos melancólicos.

(BELLOTA/KAORU)

-¡A LA MIERDA ESTÚPIDO HIJO DEL CHANGO MALPARIDO DE LA CALLE RUMBO A AFGÁNISTAN!

- Ojalá tuvieras más pecho que tú extenso vocabulario hermanita -reía mi hermano mayor después de aventarme un globo de agua con la ayuda de papá.

-¡VAYANSE A LA MIERDA TODOS! - grité sin darme cuenta de la presencia femenina detrás mía

-Menos tú , mamita -dije avergonzada hasta los codos.

-MENOS TÚ MAMITA, AJIO AJIO -reía mi hermano mayor imitando al personaje cómico "Goofy" de Disney.

-¡ESTOY HASTA LA PUTA MADRE! - no pude evitar lanzarme contra ellos mientras mi madre solo observaba indiferente y servía el desayuno.

-¿QUIÉN TE CREES? ¿EL SEÑOR DE LA TIENDA? - Gritó mi hermano mayor mientras mi padre reía a  bocanadas de aire.

- YO LOS VOY A... -me detuve al sentir la cálida mano de mi madre sobre mi hombro-

- Ten -me dio una toper con mi desayuno adentro.

-La venganza será después -dije recuperando la compostura.

Salí de mi casa deambulando por las calles con mi skateboard.  Son las 5 de la mañana y voy en camino al gimnasio para practicar boxeo y kick boxing. A la vista de otros esto parece una locura, para mi es un estilo de vida. Mi padre una vez dijo que uno nace con talento, pero debe perfeccionarlo; y eso hago.

Se cree que existen varias inteligencias. Yo no soy buena en matemáticas,  ni en ciencias y mucho menos en la comunicación que requiera diplomacia. Solo tengo inteligencia física y estratégica, o eso creo yo. Cuando me pregunto acerca de mi futuro, no me figuro como una representante de las Naciones Unidas, porque seguramente provocaría  una guerra o algo así.

Dentro de todo, al ser boxeadora profesional, quiero demostrar lo invencible y fuerte que soy sin importar mi género. Quizá nosotras (MIYAKO, MOMOKO Y KAORU) ya no tengamos poderes, desde la última batalla con EL, pero.... el impacto que tuvimos en la sociedad todavía perdura. Las niñas luchan más por su derechos y reconocen su valor  y fortaleza interior . Los hombres (la mayoría) han dejado de decir piropos o comentarios ofensivos que cuestionen la integración de la mujer. Es eso lo que quiero, superarme y ser una motivación de cambio para las personas.

Dentro del gimnasio, me puse las vendas alrededor de mis manos dispuesta a entrenar con el saco de arena. El lugar se encontraba vacío, oscuro y frío como de costumbre. Busqué en vano mis audífonos, los olvidé en mi cama. Hoy sería un día de entrenamiento sin música.

HOLA CHICOS, HACE MUCHO QUE NO ESCRIBO.


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⏰ Última actualización: Mar 30, 2018 ⏰

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