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Estaba nerviosa por la mudanza. Una parte de mí estaba deseando llegar y ver como es "el nuevo hogar" y otra parte no estaba muy segura, no sé muy bien por qué, supongo que vivir en España durante tantos años me hacía dudar sobre como me tratarían las personas en otro lado.

Mientras mi mente seguía deambulando el aire fresco me acariciaba el rostro. Mi padre me notó algo triste y distraída.

-Cariño ¿estás bien? -me preguntó.

-la verdad es que ni yo misma lo sé -le contesté.

-creo entender lo que te pasa, tú solo deja que todo fluya y relájate. Ya verás como harás nuevos amigos, y en cuanto a Marcos... Lo siento.

A mi padre le ofrecieron una muy buena oferta de trabajo y cuando me dio la noticia me puse muy contenta por él, hasta que mencionó que para eso nos tendríamos que mudar a Chile. Yo parecía una estatua y mi padre al ver la reacción que tuve se le ocurrió abrazarme. Él sabía que esto sería duro para mí.

Antes de irnos me despedí de mi mejor amiga y de mi novio, y claro que de mi madre...

La chica nombrada como mi mejor amiga se llama Maïssa y su origen es Argelino, pero según me contó ella cuando la conocí resulta que vive en España desde los 3 años, si no recuerdo mal. El día que llegué a esa escuela para empezar 3° de primaria fue cuando la conocí, esa linda niña de pelo castaño oscuro con rizos y ojos cafés un poco más alta que yo con quien pasaba mis recreos.

Y mi novio es, o mejor dicho era, Marcos, tres años mayor que yo. Este era alto, moreno y de unos ojos negros como los mios. Tenía buen cuerpo y mucha fuerza. Tenía ese toque chistoso en cada momento oportuno sin ser impertinente y su presencia fue agradable.

Como era de esperar ninguno de los dos lo tomó bien y bueno, yo tampoco me hacía a la idea. Prometimos quedar en contacto y luego, decidí ir al cementerio... me dirigí hacia la tumba de mi madre y le conté todo.

Entre tanto recuerdo se me pasó el camino y sin darme cuenta ya habíamos llegado.

Papá me ayudó a llevar las maletas a mi nueva habitación y luego me dejó sola, no sin antes darme un beso en la frente como hace siempre antes de irse.

Yo miraba como examinando cada rincón intentando acomodarme, sin mucho interés me tire a la cama. Me quedé sentada saltando en ella, luego me levanté para desempacar y colocar mi ropa en el armario de pared que tenía dos puertas deslizantes con espejo de cuerpo entero.
Coloqué mis novelas en el escritorio y como no me apetecía leer en ese momento y tampoco ver la televisión, para matar el aburrimiento empecé a dar vueltas en la silla giratoria del escritorio.
Cuando empecé a marearme paré y fui a poner mis calzados bajo la cama.
Saqué fotos enmarcadas y las puse en mi mesita de noche.

Entré al baño propio de mi recámara y dejé cada cosa en su lugar: el champú, las toallas, papel higiénico, mi cepillo y lo demás.
Por último coloqué mis peluches por la estantería de la pared lateral a mi cama. Tenía un peluche Piolín dormido de gran tamaño, pero no como los típicos osos gigantes, un perro pastor alemán negro con orejas y patitas marrones llamada Luna del mismo tamaño que Piolín, y un hipopótamo celeste con un peto rosado llamada celeste por su color. Ah, y casi se me olvida, el gran Garfield rey con la corona y su capa roja de tamaño grande como Luna y el canario amarillo. Fui hacia la ventana y tiré de las cortinas, ya había oscurecido y me quedé mirando al cielo estrellado.

Escuché como me llamaba mi padre para que bajara a cenar y eso hice.

-¡¡preparaste espaguetis!! -dije ilusionada.

-sabía que te alegraría -comentó

-eres el mejor padre que puede existir -Sonreí ampliamente.

-lo sé -y ambos reímos.

Durante la cena estuvimos hablando de lo que haríamos estos dos últimos días que nos quedaban antes de que yo empiece el curso y él su trabajo.

Papá es empresario y mamá era abogada, sus casos eran violaciones y maltrato de género por que ella siempre quiso defender los derechos de las mujeres y poder ayudarlas.

Mañana iremos a la sala de juegos del centro comercial que no quedaba lejos de mi casa y de paseo por el parque mientras comeremos helado.

Al acabar me dio un beso de buenas noches y me fui a dormir.

Después de todo, un nuevo comienzo no tiene porque ser algo tan horrible, no?

28 de Diciembre (pausada Temporalmente)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora