III

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9:30 a.m.

Oigo unos golpecitos tocando a mi puerta.
Yo aún no me he levantando, que pereza... Gruño y de mala gana le digo que pase.
Como era de esperar, mi padre entra y me ¿regaña?

—¿por qué sigues en la cama? Apúrate en asearte, que solo fata media hora para que vengan los vecinos.

¡Oh, mierda! Olvidé que hoy habría visita. Me paro de la cama y corro al baño para ducharme.
No quiero atrasarme y hacerles esperar. Estaría feo por mi parte.

Me seco el pelo rápido y me visto casual.
Suena el timbre y grito.

—¡un momento!

Mientras voy hacía la puerta de la casa escaleras abajo mi padre ya alcanzó a abrirla.

—Buebos días, señor...

—No me digas señor –le dice mientras se aparta ligeramente para dejar que pase– no soy tan viejo todavía. –continúa. —mi nombre es Ernesto.

—está bien. –asiente ella.

—veo que tus hermanitos son muy tímidos.
Eliot y Sebastián se escondían detrás de Isabel.

—Esto es por el comienzo, se acostumbran con facilidad y luego son incontrolables. Espere a que entern en confianza.

Interrumpo con mi presencia que los gemelos enseguida notan corriendo hacia mí.
Me abrazan los dos al mismo tiempo y yo les desordenó el cabello.

—¡María! –Isabel hace los mismo que sus hermanos y le correspondo.

—Bueno, yo me retiro. Tengo asuntos pendientes que arreglar todavía antes de que empiece el trabajo y no tengo mucho tiempo a mi disposición. Si necesitan algo, me avisan. Estaré en mi oficina.

—Lo tendremos en cuenta –le digo junto con una sonrisa de boca cerrada. Siempre tan cuidadoso.

~×~×~×~

—Llegamos a mi "cueva" – y los dos hiperactivos se lanzan directos a saltar en mi cama.

—¡bájense! –les ordena su hermana mayor.
–¿recuerdan la charla que tuvimos antes de venir? Donde les puse la condición comportarse como es debido, no como lo están haciendo ahora. Así conseguirán asustarla. No sean salvajes.

Ellos la obedecen y pasan al cristal de mi ventana. De pronto empezó a llover.

—¿Qué les apetece hacer? No planeamos nada. –decido romper el silencio aburrida.

—No lo sé, que tal si le pones dibujos a esos cavernícolas mientras nosotras podremos hablar mas tranquilas. –no pude evitar reírme cuando pronunció la palabra "cavernícolas".

—Buen punto.

Tomo el control y pongo un canal donde aparecían dinosaurios. Los mantendrá entretenidos, creo.

—voy por gominolas y dulces. Enseguida vuelvo.

Fui a la cocina y eso hice. Traje desde donas y chocolatinas hasta ositos de goma haribo. Soy muy variada.

Los enanos sentados en la alfombra mirando televisión y nosotras en mi cama conversando entre risas. Nos seguimos en instagram, claro que pusimos fotos en historia juntas, me solicitó en facebook y le di mi whatsApp.

De un momento a otro empezó la guerra de cosquillas en la que los pobres renacuajos eran nuestras víctimas. Pero se lo ganaron por quitarme el ultimo trozo de dona que me quedaba y comérselo.

Me apiadé  con estas pobres criaturas. Necesitaban respirar. Soy malvada... En realidad no, se divirtieron y todo.

Un poco asustada comento:

—me da miedo el día de mañana. –dejo salir un largo suspiro como soltando aire que retenía sin darme cuenta –más que eso, estoy aterrada. Ser la nueva me asusta... No conozco a nadie.

—Me tienes a mí. Relájate, todo irá bien.

Por alguna razón que desconozco me da seguridad. Y la creo.

Pasaron las horas, empezó a oscurecer, por suerte somos vecinas.

—En la mañana paso por ti. Papá nos llevará en su auto, ves acostumbrándote.

—Es todo un honor –río ante sus palabras.
—creo que deberíamos irnos, se ha hecho tarde. —Eliot la mira suplicante como queriendo quedarse y Sebastián se une a él.

Estos dos son tan tiernos... ¡Me los como!

—Mamá se enfadará –y ellos se rinden.

—Buenas noches –dicen los gemelos al unisono abrazándome. Acto seguido Isabel imita a sus hermanos.

—Nos vemos.

Después de que se fueran a su casa me dirigí a la oficina de mi papá. Toqué la puerta y la abrí. Le di las buenas noches y él como de costumbre besa mi frente.

28 de Diciembre (pausada Temporalmente)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora