CAPITULO #29 (CARTA DE EMILY)

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Se siente un poco extraño pasar de escribirle hace tan poco tiempo atrás cartas al primer amor, a escribir ahora una carta a la persona que hoy está en mi vientre ya casi por salir. El tiempo me ha demostrado que la vida en un segundo te puede cambiar y que el poder de una decisión por más mínimo que sea, puede mover montañas. No me siento orgullosa de todas la decisiones que he tomado pero sí tengo claro que una mala decisión que acarrea tantos sentimientos y emociones encontradas puede cambiar el rumbo de tu vida y no necesariamente para peor, al contrario, te puede llevar a lo más alto de la cima y te puede hacer encontrar un sentido cuando todo está perdido. Al saber que estabas dentro de mí, mi mundo se alborotó, la mente de esa joven adolescente soñadora se distorsionó y sintió que todo era oscuro. En muchos lugares vi y escuché en base al mal utilizado libre albedrío de muchos, que era aceptable tomar la decisión de no tener al bebé e interrumpir su desarrollo. La verdad es que yo misma en base a mis valores y principios inculcados por mis padres y desarrollados posteriormente cuando ya era consciente de lo que es la realidad, no me pude permitir realizar semejante acción. Aunque suene cliché se me hacía imposible pensar en que podría terminar con algo que la maravillosa madre naturaleza había puesto en mi camino.

Es increíble cómo el proceso de ser madre comienza desde el primer momento que sabes que hay algo dentro de ti. Es verdaderamente complejo y hay cosas que aún no logro comprender pero sé que con los años esa incertidumbre se irá terminando. Al principio de este proceso, primero comienza el cuestionamiento, sabes que tus acciones te llevaron a eso pero es un cuestionamiento mucho más profundo acompañado de un sinfín de emociones como la incertidumbre, el miedo, la ira, la soledad, que quisieras que no estuvieran pero aun así permanecen, no obstante de una manera muy fugaz si así te lo propones. No sé lo que se sentirá tener el apoyo de la persona con la que concebiste esta gran responsabilidad. En los primeros momentos es inevitable no sentir impotencia al verte hundida en la soledad a pesar de tener millones de personas a tu alrededor diciéndote "no estás sola". (Exagero al decir millones cuando en realidad son contados con los dedos de una mano). Pero aunque no lo creas bebe, me arrepiento de haber tomado esa absurda decisión de darte en adopción, no es justo para ti, no es justo par ambos, que después de que te haiga llevado dentro de mi tanto tiempo, tengamos que separarnos.

Otra frase cliché es que el tiempo todo lo cura y créeme que es lo más cierto que pude oír, si bien las cicatrices de las heridas nunca se borran, se pueden curar completamente. Luego del cuestionamiento, del preguntarme "¿por qué a mí?", y preguntarme si realmente estaba destinada a esto, viene el proceso de aceptación. Me costó mucho y es que es muy difícil pasar de pensar sólo en ti, de estar estudiando algo que te apasiona y tener metas, de estar planificando tus vacaciones, de tener un plan de vida totalmente distinto tuyo y de nadie más, a pasar a darte cuenta que ya no eres sólo tú, sino que eres tú y tu bebe, y me costó mucho asumir esa palabra. ¡Es un bebe y estará TODA la vida junto a ti! Para eso antes de aceptar que llevaba conmigo otra vida, primero debí aceptarme a mí misma, debes quererte, respetarte y perdonarte ante todo, sólo así puedes comenzar a amar a otra persona, reencontrándote primero contigo misma y amándote intensamente. Después que pase por todo ese proceso pude comprender que a mi familia, tú padre y demás les gustaría formar parte de tu vida y que tú formaras parte de ellos. De ante mano bebe quiero disculparme por no haberme cuidado como debía, por no haberte hablado todo este tiempo, por no haber formado un vínculo madre e hijo, sé que tal vez en un futuro todas mis acciones tendrán una consecuencia y tal vez tenga que cargar con la culpa de todo. Pero debo decir que me arrepentí y agradezco la oportunidad de que tan solo seamos tú y yo, ya que de otro modo no habría podido encontrarme conmigo misma y menos contigo.

Esta carta te la escribo para que cuando crezcas y te molestes conmigo por alguna tonta discusión de madre e hijo, puedas entender que mi amor hacia a ti siempre va hacer mil veces más grande que cualquier cosa en este mundo. Tal vez cuando seas mayor entiendas porque yo pensaba de esta forma y así puedas perdonarme, siempre pensé en tener una familia con el hombre que más amo que es Shanty y en los hijos que queríamos tener, yo siempre quise un niño que se llamara Samuel, pero tu padre opuesto a mí, le gustaría que fueses niña y te pondría el nombre de Maddie. Seas lo que seas bebe hoy a tus 6 meses de gestación puedo decir que falta muy poco para terminar este proceso de aceptación, cada vez siento que te voy amando más y más a pesar de que no te vea, no puedo imaginar cómo será una vez que te tenga en mis brazos.


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