Sueños [DuanmuxYang]

Episodio 11: "Cayendo" [Final]

El grito desesperado de Xi llegó hasta los oídos del joven quien con rapidez logró esquivarlo, y aún así pudo romper un poco su prenda. Por haberse quitado de forma intensa cae al suelo y tanto Xi como Jinghua quedan impactados de la escena que acababan de presenciar sus ojos.

Yinzhe - Con ayuda de Xi lograste escapar de esa, pero ¿realmente te crees un buen rival? -

Sus ojos se encontraban dilatados y su corazón no dejaba de palpitar, además de sentir una presión que no le dejaba pensar... Se quedó por unos momentos mirando la nada, apoyó su mano en el suelo y con ayuda de su cuerpo se logró volver a levantar; miró de reojo a su oponente y por alguna razón, esa mirada le causó un escalofrío a Yinzhe.

Jinghua – Te repetiré las veces que quieras... Una y otra vez; dame a Xi, quiero que su vida sólo me pertenezca a mí, su Alma Imagen. –

Duanmu Xi sin querer sonrió dulcemente, causó una sensación cálida en su pecho que era imposible ignorar.
El demonio se quedó callado, meditando lo que había dicho pues le recordaba a algo... O alguien.

En lo que menos se esperaba, Jinghua ya se encontraba corriendo hacia él, con su espada bien agarrada la acercó hasta el rostro del demonio y éste en lo que llegó a reaccionar, la tomó con sólo una mano... y debido a la fuerza que imponía comenzó a gotear sangre.

Huaye – ¡Lord Yinzhe! –

Yinzhe – ¡No te metas! –

Le gritó dando vuelta su cara unos segundos, ella detuvo su paso pues iba a correr para ayudarle. Huaye sólo se quedó como espectadora a la especie de batalla que tenían ellos... Era increíble como Jinghua se transformó de un pequeño debilucho a un hombre con tanto poder como para siquiera llegar a acercarse a su amo.

Xi estaba sintiendo su cuerpo débil, le costaba más respirar y su mirada estaba borrosa por lo que ya no notaba bien lo que estaba pasando... Sentía en su corazón y su alma que Jinghua estaba en peligro, no obstante, en ese momento él era obsoleto y no podía ayudar en nada. Las lágrimas se deslizaron.
Esto fue notado por el demonio que por distraído, Jinghua le llegó a romper un poco su ropa.

Rió. El joven de coleta se quedó observándolo confundido, aunque aún así, no bajó la guardia por ningún motivo.
Yinzhe tapó su rostro con su mano mientras seguía riendo como si estuviera loco, lo había recordado; esa persona, ese alguien para él que no supo agradecerle... Era tan molesto recordar.
Quitó su mano para ver a Jinghua.

Yinzhe – Vamos, ataca, ¿qué esperas? –

Jinghua apretó su espada y le apuntó con ella al pelirrojo, casi pinchando su nariz. En un movimiento rápido lo atacó pasando por su estómago, y vaya que lo hirió pues se escuchó un grito de dolor ahogado.
Miró fijamente a Jinghua, por un momento ya no lo veía a él, si no... A sí mismo, cuando esos anillos le pertenecían.

Yinzhe – Toma. –

Jinghua levantó la mirada y vio como le entregaba algo que parecía ser una canica, pues era redonda y tenía un color rojo.
Levantó una ceja aún más confundido.

Jinghua – ¿Qué es esto? –

Yinzhe – Es para Duanmu Xi, si no se los das ahora, él morirá. –