Los deseos de Verónica

Un vistazo al placer

- si, sé quien es.- Víctor asintió.

- ¿y por qué no me dijiste antes?.

Este miró a Verónica con desdén.

- si claro, porqué veo el futuro.- le miró.- pero a ver, ¿qué planeas?.

Lo miró y alzó sus hombros con inocencia al notar la mirada interrogativa de su primo.

- ¿qué?.

- es que no sé porqué creo que intentas algo. Tu mirada me lo dice.

- el psicólogo entonces.

Vero rodó sus ojos, Víctor sonrió.

- lo acabas de admitir. Suelta.

Esta lo miró con complicidad pues el plan que tenía maquinando en su mente la carcomía de adentro hacia afuera y tenía la necesidad de contarlo, ¿y qué mejor con uno de sus primos?, los cuales eran de absoluta confianza.

- resulta que mamá tiene un prometido.

- pero tu padre murió ayer como quién dice.

- alguien que me entiende.

Vero alzó su vaso de café hacia él, dando un pequeño brindis en su mente.

- y el prometido es Alejandro Villalba, ¿no?.

- si.- asintió.

- bueno.- este recostó su gran espalda del asiento y la miró nuevamente.- sé lo que tratas de hacer ya, te conozco demasiado como para no deducirlo.

La castaña sonrió.

- ¿piensas que estoy loca?.- Víctor frunció el ceño ante la pregunta.

- te diría que si, si no fuera consciente de las cosas de tu madre. Si hace años trató de desvirgarme aún sabiendo que soy un sobrino suyo.

- la verdad es que eres su sobrino político.

- ¿eso importa acaso?, la conozco desde niño y fue un poco traumático cuando me llevó a su habitación a buscar mi "Xbox".- hizo comillas con sus dedos.

Vero rió al ver su cara y se relajó sobre su asiento. Ya estaba acostumbrada a oír ese relato y no le chocaba en lo absoluto, incluso no se impresionó cuando este se lo contó con cara de que había visto un fantasma el mismo día de su intromisión.

- si fuera otro tipo de chico me la hubiera cogido sin pensarlo dos veces pues es una fantasía sexual que aveces abruma a muchos adolescentes. Y tu mamá no se ve nada mal.

- ¿te estás arrepintiendo en estos momentos el no hacerlo?.

- claro que no, no soy de ese tipo de chico y lo sabes. Además eso es enfermo.

Entonces mamá era una enferma, pensó ella. Y tampoco se sorprendió al pensarlo, era como si ya lo sabía.

- pero bueno, lo que te decía era que se lo merece, la verdad es que es una mujer descarada pero no sé si debas de convertirte en ella solo para hacerle una mala jugada.